Capitulo 28

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Es como si el sol se hubiera abierto y dado paso entre las molestas nubes.

¡Quien diría que tener una amistad era mejor que estar pelear con esa persona que tanto odiabas!

Y es más, con el tiempo de los días, Tom y Tord se dieron cuenta que no eran tan diferentes en cuanto a gustos, en específico desde aquel día que se escabullieron a un establecimiento de comida en la mañana luego de declararse amigos.

A este paso iban a convertirse en mejores amigos.

Desde elegir los mismos gustos en comida, hasta de hecho tener las mismas ideas creativas, vaya cosa.

Cada uno quedó sorprendido en cuanto al hablar de sus ideas resulta que el otro podía continuar la otra sin ningún miedo.

Incluso ahora mismo, parecía que finalmente los dolores de cabeza o cosas así se fueron para siempre.

Tord permanecia rayoneando un cuaderno mientras Tom hablaba frente a el, expresándose hasta con las manos y diferentes muecas que no conocía de Tom, eso le dió cierta cercanía.

Ambos estaban en la habitación de Tord, eran tan solo las seis de la tarde, ambos estaban en la cama del noruego, sentados con las rodillas en el pecho, aunque Tord dejaba que el cuaderno en el que boceteaba se apoyará en sus piernas.

—Entonces desde ese día decidí ahorrar para comprarme un bajo y es el que tengo hasta ahora, ¡Susan!
—Pero creo que está algo frágil, ¿No? Digo, no me extraña desde esa vez que una versión futurista de Edd vino y Edd utilizo tu bajo para protegerse.
—Ah, no me lo recuerdes, fue un día triste. —Tom se limpio una lágrima, ese suceso con su amada Susan aún dolía.
—Si quieres puedo hacerle unos arreglos. —Tord le sonrió.
—¿Ah?, ¿En serio?
—Mira.

Tord le pasó a Tom el cuaderno en el que boceteaba, solo para demostrar una especie de planos boceto donde se veía un ensamblado de Susan pero nueva, ponerle una nueva base, nuevas cuerdas, ¡Y capaz hacerla un arma que dispare!

Tord era genial... eso Tom lo tenía que admitir.

—¡Wooow!, ¡¿Y de veras puedes hacer esto?! —Tord le asintió con ojos entrecerrados, casi le daba un gesto tierno, como un cachorro el cual movía la cola incesante.

Tord pronto decayó en un gesto algo molesto.

Bueno, no estaba molesto exactamente, solo una idea se le cruzó por la mente...

¿Quizás... podría...?

Demostrarle a Tom algo que no le demostró a nadie más, y bueno, tenía confianza en Tom, el chico aparte no parecía que podría hacer algo con malas intenciones.

Sonrió en cuanto fijo su mirada en Tom quien seguía observando el plano boceteado de su bajo, Susan, renovado.

—Hey, Tom, ¿Quieres ver algo?
—¿Eh?, ¿Algo como? —Se desvió con gesto neutro, Tord posicionó su dedo índice al frente de la comisura de sus labios.

Sip, como aquella noche que le enseño a Tom a ir al techo para relajarse un poco y desastrosamente termino casi cayendo.

Bueno, ahí va.

—Ven, sigueme, solo... —Pauso mientras se levantaba de la cama.— No hagas mucho ruido, ¿Ok?

Tom alzó una de sus cejas, en eso veía como el de sudadera roja se encaminaba al estante lleno de mangas Hentai que tenía, el británico de cuencas dejo salir un sonido pensativo de sus labios, se sorprendió un poco la forma en la que Tord quitaba ciertos mangas de la parte más alta del estante.

En ella había una compuerta plateada de metal con franjas negras y amarillas, Tord presionó a su lado una especie de código, pues junto a esta compuerta había un teclado mecánico.

Pequeños Favores Entre Rivales [Multiship]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora