Capitulo 31

168 24 13
                                    

Tom no se espero que el viaje fuese increíblemente largo, bueno, una hora y algo más.

Llegaron a casi la frontera, lo que dejó a Tom algo absorto por ello, cuando finalmente se estacionaron pudo divisar un portón grande con dos puertas de hierro rojo, un rojo oscuro casi sangre.

El color de las paredes era un camuflado, militar por supuesto, las dos columnas del portón estaban con dos cabinas en las puntas hacia arriba.

Que no se nos olvide también los alambres enroscados en los topes de los muros hacia arriba, suponiendo que nadie debiera pasar infraganti.

—Acerquemos un poco más el auto. —Tord menciono, saco medio cuerpo por la ventana y tocó la bocina del auto.

Tom escucho a Tord gritar en noruego algunas cosas, se quedó ciertamente confundido, no se tardó en que las dos compuertas rojas se abrieran lentamente.

—¿Que les dijiste? —El británico de sudadera azul cuestiono alzando una ceja.
—¡Ah!, Solo que venía de tiempo e iba a quedarme un poco, nada más.
—La base de tu armada se ve... enorme.

Tord enarco ambas de sus cejas, ahora girando el volante con suavidad, cuando el auto verde paso por las rampas de metal, Tom noto como cuatro soldados con abrigos azules estaban parados en la entrada de gran magnitud.

Mientras Tord cruzaba esto mismo, los soldados elevaban el pecho y hacían un saludo militar totalmente quietos, Tord respondía con el mismo saludo y por primera vez, Tom pudo divisar su expresión sería.

Parecía enojado, pero transmitía cierta aura demandante.

Cuando entraron finalmente, Tord suspiro.

—Ven Thomas, sigueme, te daré un recorrido. —Le sonrió con diversión a lo que el de azul asintió algo nervioso.

Finalmente, cuando estuvieron listos, Tom se sorprendió aún más con la forma en que Tord era respetado.

No era un líder abusivo, menos agresivo, de hecho, llevaba el mismo humor de siempre entre sus soldados.

Tan solo era bastante estricto, era casi como si Tord fuese otra persona y eso... no le desagradaba al de cuencas.

Por cierto, el vestuario del noruego había cambiado en su característico abrigo azul, un par de guantes negros de cuero y unas botas militares negras.

Caminaba con buena postura, eso ha de admitirlo, espalda recta y pecho afuera, pasos perfectamente cordinados, cordial y saludando a todos los soldados.

Hubo incluso algunos problemas, y Tord tan solo mantuvo la calma y dió instrucciones totalmente relajado y sensato, no estaba enojado, claro era, pero su tono de voz era demandante.

Nunca, nunca en su vida vio a Tord asi.

Casi se podría decir que Thomas comparado con el era un total desastre, postura encorvada, manos en el bolsillo central de su sudadera, expresiones nerviosas o sorprendidas por todo alrededor.

¡Pero era obvio! Tord había ido al ejército, ya había probado todo aquello, incluso la disciplina.

—¿Yyy como obtuviste tu armada?
—Estaba esperando a que me lo preguntarás. —Tord finalmente relajo su postura y frotó ambas de sus manos.— Antes de que te aburra un poquito, ¿Quieres tomar algo? Incluso hay una cafetería.
—¡¿Tu armada tiene una cafetería?!

Si Tom tuviera el chance de unirse quizás no sonaría tan mal...

Cuando los dos estuvieron sentados frente a frente con un escritorio de por medio, Tom se dedicó a echar un ojo sus alrededores.

Pequeños Favores Entre Rivales [Multiship]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora