Capitulo 27

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El día siguiente fue un dolor de ojos, no específicamente por ver algo feo o así.

Si no por el hecho de que los ojos de Tom y Tord quedaron hinchados, un pequeño dolor de cabeza y cierta incomodidad pero a la vez confianza algo cercana entre ellos.

Técnicamente ahora ambos eran los primeros en levantarse, aunque seguían en la habitación del británico de sudadera azul.

Sip, ambos cansados del llanto y un poco ebrios, quedaron dormidos en la cama con frazadas a cuadros que lastimosamente se habían manchado de un tinte rojizo, el vino.

Ambos suspiraron cuando se vieron obligados a sentarse casi en la misma posición en la que estaban la noche anterior: Apoyados en la pared con la espalda mientras sus manos iban a los lados de sus cuerpos.

La ventana de la habitación de Tom reflejaba una mañana gris, nubes oscuras y un olor húmedo, ¿Quien diría que no fue ninguna ilusión que esa noche lloviera?

El piso estaba frío, el aire friolento sacaba ciertos escalofríos y el silencio era algo satisfactorio.

Los ojos de Tord estaban hinchados, Tom era igual aunque por sus cuencas eso solo podía notarse con las pequeñas bolsas bajo sus ojos infladas.

—Esta... haciendo algo de frío. —Tord hablo intentando romper el hielo, pero ahora parecía uno bastante grueso.

Iba a bajar los hombros levemente al no obtener una respuesta de Tom, pero se sorprendió al escuchar una risa del de azul.

—Llovio toda la noche, ¿Cómo no iba a ser frío? Aunque, sería bastante usual que empiece a nevar.
—Crei que estabas algo enojado.
—El que debería estar enojado eres tú.

Tord entreabrio los labios.

—Pero no lo estoy. —Nego suavemente.
—¿Por qué no? Digo, es válido, quizás lo que pasaste en secundaria, digo, lo que te hice pasar, no podrá arreglarse con simples: "Lo siento"

Tord dió una sonrisa ladeada.

—¿Quieres que te castigue o algo así? Demonios, eso suena muy raro de ti. —Alzo una ceja en plena burla, ganándose el hecho de que Tom abriera los ojos.
—Eso sonó muy mal. —Tord intento ahogar una risa suya pero solo salió carcajeando.

Y por primera vez, no cubrió su boca.

Si pudiera, Thomas abriría más sus ojos, pero solo le quedó el hecho de ser contagiado por Tord y reírse juntos.

—¡Hey!, ¡Realmente tienes una risa contagiosa! —Tord se encrespó cuál gato, cubriendo sus labios al instante y mirando a otro lado.— Oye, no lo digo por quedar bien y así, de veras tienes cierto ánimo. ¿Eh?

El noruego pudo haber quedado aún inseguro pero, algo en Tom hacia el hecho de que fuera posible dejar de ocultarse.

O el de no temer que el lo pudiese humillar o algo así.

Giro sus orbes plata hacia Tom, quien se sobresalto al parecer, achico los mismos y bajo su mano, demostrando una sonrisa genuina.

Una sonrisa que mostraba sus colmillos, tal como eran.

Esa sonrisa burlona.

Una bonita y animada sonrisa burlona.

Y volvió a reírse a carcajadas sin cubrirse.

—¡Dios, Tom!, ¡Tu cara!, ¡JAJAJAJA! —Se agarro del estómago, y el británico apenas pudo reaccionar, frunció el ceño al instante forzando una sonrisa.
—¡Oye, deja de burlarte de mi! —Lo codeo.

Pero después de todo, ablandó su expresión al ver que Tord no se escondía más.

Que alegría...

—Entonces, ¿Me perdonas?
—¿Ahh? —Tord suspiro relajándose, limpio una lágrima de uno de sus ojos cerrados y se dejó caer en la pared, posicionó una de sus manos en su vientre e hizo sonidos pensativos.— Hmmm, vamos a ver... ¿Debería...?

Pequeños Favores Entre Rivales [Multiship]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora