Pequeños Favores Entre Rivales [Multiship]

Capitulo 21

Tord se mantuvo titubeando mientras increíblemente veía como ambos chicos con pelo antigravedad disfrutaban de una exagerada cantidad de helado.

Mientras el portaba un simple pedazo de pastel con mocca y café, y si, estaba amargo.

—Dios mío, espero no se les congelé el cerebro. —Tord suspiro entonces sintiéndose leve confundido al notar como ambos chicos tocaban su cien con dolor y cerraban los ojos.

Congelamiento de cerebro.

Luego de la tonta sesión de helado que se dieron aquellos dos, el trío volvió a casa, más por parte de el cuernudo quien supuso que los problemas entre los hermanos ya debieron haber acabado.

Pero lo malo estaba por comenzar, y más cuando Tord al ser el primero en ingresar se topo toda la casa a oscuras, parpadeo intentando ver en la oscuridad.

—¿Edd? —Llamo, pero nadie respondió.
—Seguro solo salieron con su hermano. —Menciono el de cuencas, quien chistosamente ni se le notaba la silueta al tener ojos negros.
—Edd nunca dejaría la casa a solas y con todas las luces apagadas... no sin avisarnos. —Concluyo ahora Matt, más su tono se escuchaba algo temeroso.

Los tres chicos caminaron con la intención de encontrar el interruptor de la luz, lastimosamente, Tom fue el primero en darse con una esquina en el pie derecho, lo que lo puso a sisear.

Matt fue quien se burló de aquello en cierta forma, pero también fue el siguiente en chocar su pie dolorosamente.

Cuando Tord finalmente pudo encender la luz del pasillo, la casa se torno en un ambiente algo tenebroso, apenas la luz iluminaba el camino a la sala y la cocina.

Y ahí finalmente vio a su mejor amigo, sus ojos se ensancharon con cierta pena.

—¿Edd? —Tord se agachó a la altura del suelo, ahí estaba el castaño chocolate, casi como si hubiese tenido un feo tropezón para quedar con el cuerpo contra el suelo, su sudadera verde tomo leves manchas oscuras causa de quizás suciedad, su pelo estaba desordenado.

Y sin duda alguna una leve palidez se le veía, el cuernudo frunció el ceño.

—¡Edward! —Solo utilizaba ese nombre cuando buscaba llamar seriamente al otro, aparte la situación en la que lo encontró lo asusto, tomo ambos de sus brazos y lo sacudió.

Quedó algo pasmado al notar como la cabeza del británico se dejaba ir hacia atrás como si no tuviera algún signo de vida.

Eso no podría ser...

—¡Tom!, ¡Matt! —Llamo a los dos, asustado, su acento resonó por ello, los nombrados dejaron de intentar buscar más interruptores y fijaron la vista donde Tord se encontraba.

Y la segunda reacción escandalosa fue la de Tom.

—¡Edd!, ¡Edd! —Respiro erraticamente, ahora siendo el quien sacudía al de verde.

Matt fue el que al menos se quedó algo tranquilo, y se menciona solo "algo" por qué de no ser por el quedaba bastante asustado.

De hecho, lo estaba.

Su boca se entreabrio y no podía moverse, una sensación de vacío lo invadió.

Y luego pudo notar que la isla de la cocina llevaba un extraño líquido goteando.

Poso su mano sobre ella y noto que está era como el agua, transparente.

Matt frunció el ceño, dirigió sus orbes zafiro a otra dirección.

Bingo.

—¡Tom! —Llamo el rubio fresa en cuanto tomo la boquilla de una botella rota a la mitad.

Smirnoff.

El de azul cuando volteo abrió las cuencas preocupado, Tord tampoco tardo en voltearse y darse cuenta.

Entonces olfateo el cuello de la sudadera del de verde, agrio, arrugó la nariz no acostumbrado al alcohol.

Oh.

—¡Matt, corre y llama al 911!

Oh.

Oh.

Oh Dios santo.

¿Que iba a pasar con Edd?

Pensamientos como estos eran repartidos en la mente de los tres restantes, Tom se encargó de tomar el cuerpo del castaño chocolate como podía y cargarlo.

No pasó bastante para que los cuatro se encontrarán en una camioneta de ambulancia, de camino al hospital más cercano mientras veían como un par de enfermeros le ponían un respirador a su amigo líder de la casa.

Un momento, ¿Por qué Edd estaba tomando?

Su rostro se encontraba con el piso, frunciendo la frente mientras llevaba una maleta pequeña con ruedas arrastrándose y una mochila, tal como vino, marchandose.

Y regresando al mismo lugar donde su madre vivía.

Ah...

¿De nuevo tendría que pedirle perdón hasta arrodillarse?

Desvió la vista, realmente no quería volver a lo mismo, ahora no después de enterarse que ni su madre ni su hermano lo querían.

Nadie lo quería.

Demonios...

Gruño en cuanto se encontró con aquella puerta conocida para el, junto con esas paredes y ventanas, ¡Al demonio!

No iba a volver a ningún lugar, quizás como lo quiera o no, se alejaría de todos.

Pero pronto se escuchó un rechinido junto a un par de pasos.

—¿Adam...? —Ah, esa voz femenina, el nombrado se volteo lentamente, totalmente arrepentido.

Arrepentido de regresar una vez más, a lo que solo atino a sonreír nerviosamente.

—¡Ah, hola mamá! —Levanto leve la mano, no podía ver la expresión de la mujer adulta, la luz de la casa provocaba una fuerte sombra en la parte delantera de la fémina.— Supongo debes pensar, "¿De nuevo vuelve este chico? Menuda vergüenza."

Sus ojos avellanos bajaron al piso, mientras su boca se tornaba una línea recta.

—Pero hoy no vuelvo, mamá, ya no más.

¿Alguna vez has sentido un dolor punzante al decir que no ibas a regresar a un lugar donde sabías que no te querían?

¿Pero a pesar de todo aún era especial para ti?

Ese mismo dolor fue el que opaco su pecho, adormilando sus ojos, conociendo que aquel dolor posiblemente no lo dejaría conciliar el sueño está noche.

—¡Espera, cariño, aún no te dije nada! —El de gorra de lana alzó una de sus cejas, no quiso voltearse claro que no, peor aun cuando escucho los pasos de su madre acercarse a el.

Y abrazarlo.

Adam abrió ambos de sus ojos mientras dirigía la mirada hacia atrás finalmente.

—Por favor hijo, escucha lo que tengo que decir, al menos si te vas a ir de verdad.

¿Por qué uno debería sentirse culpable en estas situaciones?

Mientras en el otro lado un Edd ya se encontraba sobre una camilla mientras un montón de enfermeras le daban el cuidado adecuado junto a un doctor y los otros tres mordian el interior de sus labios.

Rogando por qué no pasará lo peor...

No a su amigo...

No a él...