La llamada telefónica de los hombres de Marco resonó en el oscuro almacén, lleno de noticias sobre la neutralización del peligro, pero con un sabor agridulce: el enemigo y la misteriosa segunda persona habían logrado escapar. La tensión se palpaba en el aire mientras el eco de la conversación llenaba la estancia.
- Entiendo. Háganme saber si obtienen alguna pista sobre su paradero. No puedo permitir que escapen impunes. (Con tono grave)
Los hombres de Marco asintieron a través del teléfono, transmitiendo su determinación para dar caza a los fugitivos. Marco sabía que debía mantenerse enfocado en la situación, pero en su interior, la frustración crecía. El enemigo y su misterioso cómplice se desvanecerían en la oscuridad, y eso tenía consecuencias inquietantes.
Luego de finalizar la llamada, Marco decidió llevar a Sam a su casa. No podía explicar del todo por qué sentía una especie de apego hacia ella, pero sabía que había algo en su presencia que lo intrigaba.
Marco se volvió hacia Sam, quien observaba la escena con preocupación en sus ojos. La noticia no era lo que esperaban, y Marco sabía que el tiempo apremiaba.
-Sam, necesitamos cambiar de plan. Vamos a mi casa. Hay estaremos seguros.
-Marco, no estoy segura de que sea una buena idea. Apenas nos conocemos, y no me quiero meter en problemas
-Vamos, nena. Sé que conoces mi reputación, y sabías en lo que te estabas metiendo cuando te acercaste a mí. Mi casa es un lugar seguro, y podemos hablar sin preocupaciones. No te meterás en problemas, te lo prometo.
- Está bien, Marco. Iré contigo, pero solo porque de verdad llamaste mi atención. Pero estará alerta, ¿entendido?
-De acuerdo, nena.
Cuando llegaron a su casa, Marco no podía imaginar lo que le esperaba. Sus padres, Umberto y Donna lo estaban esperando en el living e inmediatamente vieron a Marco y su a acompañante llamaron a los guardias de seguridad.
-Llévense a esta mujer de aquí, enciérrenla en una de las habitaciones y esperen fuera.
-Sí señor, respondieron los guardias al unísono.
-Marco, ¿qué has hecho? Has revelado demasiado a una extraña. No puedes permitir que ella sepa tanto.
Marco intentó decir algo en defensa de Sam, pero Umberto interrumpió bruscamente.
- ¡Cierra la boca! Ya he escuchado suficiente de tus tonterías.
Donna, por su parte, actuaba como una madre preocupada, aunque sus intenciones eran muy distintas.
- Marco, ¿qué te pasa? ¿Por qué permitiste que esta muchacha se entrometiera en tu vida? No necesitas a alguien como ella cerca de ti.
Marco estaba atrapado en medio de una tormenta emocional, enfrentándose a sus padres mientras luchaba por defender su elección y a Sam.
-Esta mujer no es digna de ti, Marco. No deberías haber abierto tu corazón de esa manera. Las emociones son un signo de debilidad.
- No soy un niño, madre. No puedes hablarme de esa manera. Sé lo que hago, y no permitiré que desprecies a Sam de esa manera.
Sin embargo, Donna no estaba dispuesta a dar marcha atrás en su postura, y después de ver que su manipulación no funcionaba decidió arremeter contra Marco.
- No, Marco. Actuaste como un novato. Deberías haber manejado esta situación con más discreción. No necesitas a una mujer como ella en tu vida.
La tensión alcanzó su punto máximo, y Marco, desesperado pero decidido, finalmente habló.
- ¡Cállense los dos! Sé cómo manejar mis asuntos. La traje aquí para investigarla, llamé a un viejo colega para que averigüe todo sobre ella. Me gustó, y la quiero a mi lado. Es mi elección.
Las palabras de Marco dejaron claro que no cedería ante la voluntad de sus padres. Pero la madre de Marco, Donna, continuó lanzando insultos y preguntas hirientes.
- ¿Por qué querrías a alguien como ella? ¿Por qué no resuelves las cosas con Antonela? Ella sí que era una buena mujer.
Ante las provocaciones de sus padres, Marco, enojado, los enfrentó.
-Basta madre. ¡¡¡No pienso seguir discutiendo y lárguense de mi casa, AHORA!!!
Umberto se dirigió hacia su hijo muy enfadado y lo abofeteó
-A quién crees que le hablas malnacido?, Si esta mierda te explota en la cara no quiero que vengas donde nosotros suplicando ayuda porque no pienso dártela.
Marco furioso por la bofetada de su padre los miro con determinación:
-Ni tampoco pensaba en pedírtela, ahora, lárguense de mi casa.
Marco empezó a caminar hacia las habitaciones que estaban en el segundo piso y escucho a lo lejos el sonido del portazo que dieron sus padres al irse. Inmediatamente al encontrarse solo, se detuvo y llamo a su amigo Dante.
-Hola Dante
- Marco, hombre, cuanto tiempo sin saber de ti. Dime para qué soy bueno.
-Dante, necesito que revises las cámaras del bar y averigües todo sobre la mujer que está conmigo.
-Hombre, no sería más fácil si me dieras su nombre completo.
-Si lo supiera te lo daría no crees (dijo ya de mal humor) pero me dijo que se llama Samantha.
-Bueno viejo, cálmate. Investigaré todo lo que pueda y te informaré cuando haya terminado.
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Entre Sombras y Secretos
RomansaEn una ciudad controlada por la mafia, un mafioso de oscuro pasado cruza caminos con una mujer entrenada para matar. Ella busca venganza y libertad, pero en su encuentro, la pasión se desata y los secretos más oscuros se revelan. En medio de la trai...