Un adiós físico
Luego de horas. Emily se despertó. Cate dormía a su lado, pero no la despertó.
Sólo se levantó, se vistió y se fue.Emily viajaba en el taxi de vuelta a su hotel, un torbellino de emociones la envolvía. Estaba feliz por el reencuentro con Cate, pero al mismo tiempo, la culpa se apoderaba de sus pensamientos. Isabella la esperaba en casa, creyendo que su vuelo se había retrasado, sin imaginar que Emily había pasado la noche con su ex. El silencio en el taxi era ensordecedor, mientras las sombras del amanecer se difuminaban en el horizonte, y Emily se enfrentaba a una realidad complicada y llena de decisiones difíciles.
Emily llegó a su hotel. Fue a su habitación y empezó a guardar toda su ropa en la maleta y luego se metió a bañar. Cuando salió de la ducha, se miró al espejo y no podía ir así a su casa. Su cuerpo estaba lleno de marcas por Cate. Aunque no quería, una sonrisa salió de su boca, sabiendo que la noche anterior fue una de las mejores noches.
Emily se puso su ropa interior y sacó su maquillaje. Necesitaba tapar esos chupetones y rasguños, pero no podía hacerlo sola. No lo pensó dos veces y llamó a Cate. La primera llamada no la contestó, pero la segunda sí.
Emily: (nerviosa) Cate, necesito que vengas a mi hotel a ayudarme.
Cate, con la voz algo dormida, preguntó:
Cate: ¿Ayudarte en qué? ¿Qué pasa?
Emily: No preguntes, solo ven. Esto es tu culpa.
Emily colgó y Cate quedó extrañada. Poco después, recibió un mensaje de Emily con la dirección del hotel.
Cate se vistió rápidamente y se dirigió en su auto al hotel de Emily. Mientras conducía, se preguntaba qué había sucedido y por qué Emily la necesitaba de esa manera.
Cate llegó al hotel y se dirigió a la recepción, donde algunos huéspedes la reconocieron.
Fan 1: ¡Cate, ¿podemos sacarnos una foto?!
Cate: (con prisa) Lo siento, no tengo tiempo para fotos ahora. Necesito encontrar a alguien.
Se acercó a la recepcionista.
Cate: Hola, estoy buscando a una joven llamada Emily Reed. ¿Puede decirme en qué habitación se encuentra?
Recepcionista: Claro, puedo ayudarte, pero necesito autorización de la señorita Reed antes de darte esa información.
Cate: (frustrada) ¿En serio? No tengo tiempo para esto. ¿Hay alguna forma de agilizarlo?
Recepcionista: Lamentablemente, necesitamos seguir el protocolo de seguridad del hotel.
Cate: (molesta) Está bien, llamaré a Emily y pediré autorización yo misma.
Cate llamó a Emily rápidamente y le explicó la situación.
Cate: Emily, no me quieren dejar ir a tu habitación.
Emily: (desde el teléfono) Dame un minuto.
La recepcionista recibió una llamada en el teléfono de la recepción, la contestó y, después de unos minutos, cortó.
Recepcionista: Muy bien, la señorita Reed ha dado su autorización. Su habitación es la 305.
Cate le sonrió falsamente a la recepcionista y con un tono sarcástico dijo:
Cate: Gracias por tu eficiencia. Tu preocupación por la privacidad es admirable.
Cate se dirigió a la habitación de Emily, ansiosa por entender por qué la llamaron de esa manera tan repentina y urgente.
Cate tocó la puerta de la habitación de Emily, quien la hizo pasar rápidamente. Cate, preocupada, preguntó:
Cate: Emily, ¿qué ha pasado?
Emily, con una expresión seria, se quitó la bata y mostró su cuerpo marcado. Cate observó todas las marcas y una sonrisa se dibujó en su rostro. Emily, confundida, preguntó:
Emily: ¿De qué te ríes?
Cate: (sonriendo) No me estoy riendo, Emily.
Emily: Entonces, ¿por qué sonríes? ¿Eso te parece divertido?
Cate: (seria) No, no es divertido. ¿Me llamaste aquí para mostrarme esto?
Emily: (frustrada) No, por supuesto que no. Necesito que me ayudes a tapar estas marcas.
Cate la miró sin decir nada, y Emily insistió, entregándole su maquillaje.
Emily: Por favor, ayúdame. No quiero que nadie más las vea.
Cate tomó el maquillaje y comenzó a tapar las marcas una por una, mientras hablaban.
Cate: (riendo) ¿Esto hice yo?
Emily: (suspirando) Te tuve que haber dicho que tengas cuidado, pero me olvidé.
Cate: ¿Cuidado? Era lo menos que quería tener...
Mientras Cate trabajaba en cubrir las marcas, la tensión en la habitación era palpable, y ambas mujeres estaban atrapadas en un momento de complicidad y confusión
Cate le dijo que había terminado y le devolvió su maquillaje. Emily se puso de pie y comenzó a vestirse rápidamente. Tenía que irse al aeropuerto y su vuelo salía en una hora.
Cate se paró frente a Emily, quien se estaba poniendo los pantalones. Cate le acomodó el cabello y luego le acarició la mejilla.
Cate: (cariñosa) Disfruté mucho la noche anterior, Emily. Te voy a extrañar mucho.
Emily la miró con tristeza en los ojos. Cate la besó tiernamente y le dijo:
Cate: Te amo.
Emily se puso la camiseta y respondió:
Emily: Yo también te amo.
Ambas se abrazaron con fuerza, compartiendo un momento de amor y despedida. Cate se ofreció a llevar a Emily al aeropuerto, aunque Emily en un principio rechazó la oferta. Sin embargo, Cate insistió, y finalmente, Emily no pudo negarse. Juntas se dirigieron al aeropuerto, compartiendo un último viaje juntas antes de despedirse.
Cate y Emily llegaron al aeropuerto. Antes de que Emily bajara del auto, Cate tomó su mano en silencio. La besó de nuevo y le dijo con emoción en sus ojos:
Cate: Si algún día decides volver, estaré aquí esperándote.
Emily la miró sin decir una palabra, con una mezcla de emociones en su rostro. Luego, se bajó del auto, tomó su maleta y se adentró en el aeropuerto.
Cate se quedó en su auto, observando a Emily mientras se perdía entre la multitud. Finalmente, cuando ya no pudo verla, encendió el auto y se fue, con la esperanza de que algún día sus caminos se cruzaran nuevamente.
Después de una hora, Emily ya se encontraba a bordo del avión. Decidió enviar un mensaje a Isabella para avisarle que estaba en camino a casa. El mensaje era:
"Isa, estoy en el avión de regreso a casa. Nos vemos pronto. ❤️"
El avión despegó y Emily se alejaba de la ciudad... de Cate. Mientras el avión tomaba altura, miró por la ventana y contempló la ciudad que se alejaba a lo lejos. Sus pensamientos estaban llenos de recuerdos de su noche con Cate y las emociones encontradas que había experimentado. Con un suspiro, se preparó para el vuelo de regreso a casa.
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two glances do not meet by chance
RomanceEn las calles bulliciosas de Nueva York, donde las luces destellaban y el arte se fundía con la esencia de la ciudad, comenzó a tejerse una historia que cambiaría el curso de dos vidas de manera inesperada. Una joven de diecinueve años, cuyo corazón...