Capítulo 4

59 4 0
                                    


15 años después


Sentados en la sala de reuniones, los chicos se miraban entre ellos en silencio. Sobre la mesa estaba el contrato que firmaron con la Universal hacía algo más 15 años y que esa misma mañana iban a dar por finalizado.

Estaban cansados, esa era la verdad. Ya rondaban los 30 años y no eran unos chavales para estarse recorriendo el mundo entero. Tenían responsabilidades, algunos se habían casado, otros empezaban una nueva vida junto su familia. Otros... era como si el tiempo no hubiera pasado...

—Dime Tom, ¿dónde has dejado a Kimberly?—preguntó Georg guiñándole el ojo.

—Como se nota que el pequeño Luke te absorbe el tiempo—rio Gustav dándole un ligero codazo—Kimberly pasó a la historia la semana pasada, ahora es... ¿quién es ahora, Tom?

—Nadie—contestó Tom resoplando.

— ¿Nadie? ¿Estás enfermo?—rio Gustav de nuevo.

—Dejaos de meter con mi hermano—intervino Bill levantando la mirada de su móvil—Tiene 30 años, ya no es ese chico de 17 que no sabía cómo pasar una noche sin nadie al lado.

—Justo todo lo contrario que tú, ¿eh?—dijo Georg sonriendo—Me he fijado que no has parado de mandar mensajes desde que llegamos hace 15 minutos, ¿es que tú y Bobby no podéis pasar un día sin veros?

—Llega esta tarde de viaje y dice que me tiene preparada una sorpresa—explicó Bill muy emocionado.

Bobby Drake. Llevaban juntos ya 4 años y estaban muy enamorados. Le conoció en una de las muchas fiestas a las que acudía junto con el grupo. Hijo único, llevaba el negocio familiar y nada más verse supieron que entre ellos podría haber algo muy fuerte.

Bobby le pidió el teléfono y él se lo dio sin dudar. Le llamó al día siguiente, quedaron para comer y hablando se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Esa misma noche se lo presentó a Tom y a él también le cayó muy bien.

Desde entonces eran como uña y carne. Estuvieron saliendo casi un año hasta que Bobby le planteó la posibilidad de vivir juntos los dos. Bill se lo pensó mucho, llevaba 26 años viviendo con Tom y aunque siempre decían que nada ni nadie los separaría, cuando el amor llamaba a la puerta...era mejor dejarla abierta.

Se lo estuvo pensando mucho y mientras tanto Bobby vio que era imposible separar tan drásticamente a los dos hermanos y le dio otra solución. Se mudó al apartamento donde aún vivían desde que tuvieran 15 años e hizo a Bill el hombre más feliz del planeta.

Y 4 años después, y tras tantos años de fama y éxitos...el fin llegaba para Tokio Hotel. Habían estado un mes pensándolo con calma pero todos llegaron a la misma conclusión: su sueño había terminado. Había llegado el momento de poner punto y aparte y dedicarse cada uno a sus familias o a otras cosas.

Como Georg, casado con la bella Claire y padre del pequeño Luke. O Gustav, comprometido con Helen y a punto de embarcarse en un negocio junto con Georg.

Tom...aún no había sentado la cabeza, pero se pondría pronto manos a la obra. Tenía muchos proyectos en mente, no tenía intención de abandonar del todo el mundo de la música, ya fuera como compositor o llevando algún grupo o cantante de moda. David había visto en él un digno sucesor y ya lo había hablado con la discográfica, en breve tendrían una reunión importante para decidir donde encajaría mejor.

Luego estaba Bill, quien tras aparecer en miles de portadas y hacer algún que otro desfile de moda le habían ofrecido hacer realidad otro de sus sueños. Iba a ser diseñador de moda, y Bobby también había tenido mucho que ver. Su padre era el dueño de una cadena de tiendas en donde se expondrían el maravilloso trabajo de Bill y pensó que sería una buena publicidad tener al cantante como diseñador y también como imagen de la firma.

Déjà vuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora