Capítulo 12

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Llegó la hora de comer y Jeremy no daba señales. Simone recalentó el estofado por segunda vez mientras que su marido la miraba preocupado. Se sentían culpables por no haber dicho a tiempo a Bill lo que le estaba pasando a su nieto, no quisieron molestarle estando a punto de disolver ese grupo que tanto trabajo le había costado llevar a la fama y en esos momentos sentía que Jeremy se les había ido de las manos.

Bill pensaba igual, sentado a la mesa su mirada estaba perdida. Buscaba las palabras adecuadas con las que explicar a su hijo que creyó estar haciendo lo correcto al dejarlo al cuidado de sus abuelos, que jamás fue su intención abandonarlo y que necesitaba que le perdonara.

— ¿No deberíamos llamar a alguien? —preguntó Tom rompiendo el tenso silencio.

—Ya hemos llamado a sus amigos y no saben nada de donde pueda estar—explicó Simone—Me temo que ya no son tan amigos desde que le han visto tan cambiado, y nadie tiene el número del tal Eddie.

— ¿Y si vamos a buscarlo?—sugirió Tom poniéndose en pie.

— ¿Por dónde?—preguntó Gordon a su vez.

—Podría estar en el parque hay tras el instituto—murmuró Tom pensativo—Me sé de algunos rincones donde...donde poder fumar o beber sin ser vistos.

—Pues vamos—dijo Simone apagando el horno.

—Lo mejor sería que fuera yo solo—apuntó Tom.

—No—dijo Bill con firmeza—He tenido tiempo para pensar, puede que Jeremy no sepa que soy su padre, pero soy su hermano y me haré respetar.

Se levantó de la mesa y Tom y Bobby fueron tras él. Subieron al coche del último y le indicaron donde estaba el instituto. Una vez aparcaron Tom les guio hasta donde pensaba que estaba Jeremy.

—Es un lugar conocido por...por algunos—empezó a explicar carraspeando.

— ¿Has venido aquí muchas veces?—preguntó Bill con curiosidad.

—Sí, con Andreas-contestó Tom sonriendo—Quiero decir, que nos fugábamos de clase a veces y veníamos aquí a fumar. Otras veces me citaba con alguna chica y...y bueno, veníamos aquí a pasar un buen rato.

Bill le escuchó con pena, jamás le había contado nada de eso. Sabía que se refería a esa época cuando él tenía que esconderse de la gente y Tom podía disfrutar de algo de libertad, si entonces no le dijo nada fue para no hacerle sentir mal, porque podía divertirse mientras que él tenía que plantearse como poder seguir con el grupo sin pensar en lo que dejaba atrás...




Estuvieron buscando a Jeremy una hora sin resultado alguno, mirando por todo el pueblo y preguntando a todo aquel con quien se cruzaban, pero nadie le había visto. Parecía que se lo había tragado la tierra.

Regresaron a casa con las manos vacías, Simone negó con la cabeza cuando Bill la miró fijamente.

—No ha llamado—explicó Simone muy preocupada—Hemos vuelto a llamar a sus amigos y ellos también han salido a ver si le encontraban.

—No le encontraremos—dijo Tom para desasosiego de Bill—Con esas nuevas amistades que ha hecho puede estar metido en cualquier parte haciendo Dios sabe que...

— ¡Tom! —murmuró Simone carraspeando.

No hacía falta ser tan explícito, pero Bill no era tonto y ya había pasado por su cabeza que Jeremy estaba con Eddie en esos momentos haciendo justo lo que más temía...

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