Capítulo 5

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Llegaron al apartamento y nada más ver el Porsche de Bobby aparcado ante la puerta Bill casi se bajó del coche en marcha. Deseaba verlo, hacía solo dos días de su último abrazo y beso y le había echado mucho de menos.

Entró en el apartamento y subió las escaleras corriendo. Su habitación era la primera a la derecha y abrió la puerta esbozando la mejor de sus sonrisas. Bobby estaba deshaciendo su maleta y en cuanto presintió su presencia dejó lo que tenía en las manos y se volvió.

— ¡Cariño!—saludó abriendo los brazos.

Bill se echó a ellos, abrazó a Bobby con todas sus fuerzas y se apoderó de sus labios gimiendo por lo bajo. Empezó a besarle al tiempo que pasaba sus manos por la espalda de Bobby, susurrando contra sus labios lo mucho que le había extrañado.

Siguieron besándose hasta que un leve carraspeo a sus espaldas les interrumpió. Entonces sus labios se separaron y aún entre los brazos de Bobby Bill se giró y miró muy sonriente a su hermano.

— ¿Qué tal el viaje, Bobby?—preguntó Tom metiéndose las manos en los bolsillos.

—Muy bien, gracias—contestó Bobby besando a Bill en el cuello.

—Ahora me acuerdo que dijiste que me tenías una sorpresa—dijo Bill girándose de nuevo.

— ¿Hay otra para mí?—preguntó Tom sonriendo.

Bobby le fulminó con la mirada en broma, Tom siempre aprovechaba la oportunidad para picarle con lo que fuera. Lo malo venía cuando Bill se ponía de su parte y entre los dos le sacaban de quicio con sus risas y bromas, hasta que al final él se "enfadaba" y Bill corría a su lado a hacer las paces mientras escuchaban a Tom desde la habitación de al lado decirles que se buscaran un hotel y que se diera perdonado por él.

—Pues sí, la verdad es que sí—contestó Bobby para sorpresa de los hermanos.

Soltó un minuto a Bill y echando mano de su maleta abrió uno de los compartimentos y sacó un sobre de ella que tendió a Tom con una amplia sonrisa.

— ¿Qué es esto?—preguntó Tom sin atreverse a cogerlo.

—Cógelo y ábrelo—dijo Bobby tendiéndoselo.

Así lo hizo Tom, entró del todo en la habitación que Bill y Bobby compartían y cogió el sobre con curiosidad. Lo abrió y se quedó sin habla al ver lo que era.

—Pases vips para el próximo concierto de Sammy Deluxe—explicó Bobby sin necesidad.

— ¿Cómo lo has conseguido? —preguntó Tom sin podérselo aún creer.

—Su manager sale con una amiga mía y me los encontré ayer por la noche—explicó Bobby estrechando de nuevo a Bill entre sus brazos—Me acordé que te gustaba Sammy y...

—Qué generoso eres—dijo Bill suspirando.

—Muchas gracias, de verdad—murmuró Tom aún sin podérselo creer.

—De nada, y vete pensando con quien irás. Son para dos personas—siguió explicando Bobby.

Tom asintió y comprendiendo que era hora de dejar solos a los tortolitos se despidió de ellos y se fue a su habitación mientras pensaba a quien podía llevar a ese fantástico concierto que le esperaba. Pero no tuvo que pensarlo mucho, solo había una única persona a la que quería invitar. Y esa persona era...su sobrino.

— ¿Y...y mi regalito?—preguntó Bill una vez a solas.

—Luego, durante la cena—contestó Bobby sonriendo.

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