Capítulo 13

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Le hubiera gustado quedarse más tiempo pero pasados unos minutos la misma enfermera que le indicó el camino le pidió amablemente que saliera.

—Quiero quedarme con él—pidió Bill negándose a moverse de la cama de su hijo.

—Tu hermano está en buenas manos—explicó la enfermera—Va a permanecer en observación unas horas más hasta que tengamos el resultado del TAC, entonces le subiremos a una habitación y allí podrás estar con él.

Bill quiso insistir, decirle a la mujer que él era su padre y no quería separarse de su hijo. Pero no pudo ser, regresó a urgencias donde sus padres esperaban ansiosos y sonrió con esfuerzo al verlos.

—Se ha despertado—explicó con los ojos llenos de lágrimas—Me ha mirado...y me ha reconocido.

—Eso son buenas noticias—dijo Simone suspirando.

—Quiero quedarme a su lado pero no me dejan—murmuró Bill cruzándose de brazos.

—El médico ha dicho que pronto tendrá el resultado del TAC y podremos verlo todos—intervino Gordon—No te preocupes, está en buenas manos.

—Está solo—musitó Bill.

—Será solo un par de horas más cariño—susurró Bobby poniendo las manos en sus hombros.

—No pienso moverme de la sala de espera—dijo Bill con firmeza—No quiero que...si pasara algo y no estuviera cerca...

No pudo terminar la frase, sentía un nudo en su garganta impidiéndole respirar.

—Mejor no pienses eso—dijo Bobby besándole en la frente.

—Todo ha quedado en un susto—intervino Simone—No te tortures pensando que podía haber sido peor.

Bill asintió, pero era inevitable que pensar que le podía pasar algo malo a su hijo. Suspiró y ocupó una de las sillas de la sala de espera. En sus brazos aún llevaba la bolsa con las pertenencias de su hijo. Estaba abrazada a ella, como si de esa manera pudiera transmitir todas sus fuerzas a Jeremy para que se recuperase cuanto antes. A su lado de sentó Bobby y Tom se apoyó suspirando en la pared sin apartar la mirada de él. Estaba claro que quería hablarle a solas...

Se volvió hacia Bobby y sonriéndole con esfuerzo le cogió una mano.

— ¿Me traes un café de la máquina, por favor? —le pidió.

— ¡Claro! ¿Quiere alguien otro? —preguntó Bobby poniéndose en pie.

Bill miró a su madre y suspiró aliviado cuando vio que asintió a su muda súplica.

Simone no quería irse, Bill estaba sufriendo y ella no había podido ver a su nieto con sus propios ojos. Pero...esa mirada que su hijo le dirigía lo decía todo, pasaba algo y quería hablarlo con la única persona que mejor le comprendía: Tom. Suspiró resignada y asintió con la cabeza, sus hijos compartían una especie de lazo especial y en esos momentos sabía que la única persona que podía ayudar a Bill era Tom, y por mucho que le doliera no poder o saber ayudar a su hijo pequeño, tenía que dejarlos solos para hallar la solución adecuada.

—Te acompañamos—dijo Simone mirando a su marido.

Se pusieron en marcha seguidos de Bobby. Había una máquina al fondo del pasillo y sabiendo que los hermanos querían hablar a solas se entretuvieron todo lo que pudieron.

— ¿Qué pasa Bill? —preguntó Tom yendo directo al grano.

—Jeremy me ha reconocido—repitió Bill en voz baja.

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