Capítulo 9

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A la mañana siguiente Bill fue el primero en levantarse, la noche anterior había notado muy raro a Tom y sabía que tenía que ver con su hijo. No le había querido contar nada, le dio la excusa que le dolía la cabeza y se durmió nada más meterse en la cama. Pero él sabía que estaba despierto, que había algo que le impedía dormir.

Se moría por preguntarle qué había pasado la noche anterior, no había más que mirar la cara que traía para saber que algo malo había pasado y Tom no sabía cómo contárselo. Sabía que quería tiempo para hallar la mejor manera para que no sufriera. Pero no podía esperar más y sabiendo que Jeremy tenía que ir a clase se levantó a las 8. Bajó a la cocina y allí se encontró con Gordon desayunando solo.

— ¡Buenos días!—saludó Gordon extrañado—Pensé que dormirías hasta tarde.

—Quería ver a Jeremy antes de se marchase—explicó Bill suspirando.

—Todavía se quedará varios minutos más en la cama—dijo Gordon tras mirar su reloj—Siempre va con el tiempo justo, se levanta y echa a correr para no llegar tarde. Bueno...eso los días que va...

— ¿Y no desayuna?—preguntó Bill.

—Dice que luego toma algo con sus amigos—murmuró Gordon.

— ¿Por qué se lo permitís?—estalló Bill sin querer—Ayer casi ni cenó y se va a ir con el estómago vacío. ¡Le puede dar algo!

—Tu madre y yo lo hemos intentado todo, y castigándolo no se obtiene nada—dijo Gordon en su defensa—Esperábamos que con tu llegada y la de Tom cambiara, ya no sabemos qué más hacer con él.

—Lo siento—se disculpó Bill suspirando.

No podía culpar a sus padres del mal comportamiento de su hijo, él también había tenido algo que ver al no estar ahí para intervenir en su educación. Decidió ir a despertarlo y subió a su antigua habitación, llamando antes de entrar para que no sucediera lo de la tarde anterior y empezar así el día haciendo enfadar a su hijo.

— ¡Pasa!—escuchó la voz de Jeremy.

Y Bill así lo hizo. Tal y como le había dicho su padrastro, Jeremy estaba aún en la cama a pesar que en media hora tenía que estar en clase. Fue hasta la ventana y descorrió las cortinas.

—Vas a llegar tarde—dijo con voz firme.

—No pasa nada—murmuró Jeremy dándose la vuelta en la cama.

—No quiero que faltes a clase—empezó a decir Bill— ¿Qué harás si no terminas los estudios? ¿A qué te quieres dedicar?

—Bill, no me des la charla tan temprano—gruñó Jeremy resoplando— ¡Hablas igual que papá!

—Será porque a mí también me decía lo mismo—dijo Bill suspirando—A tu edad, yo también quería divertirme pero también sabía que estudiar es importante y nunca se me ocurría ir de fiesta teniendo que ir a clase al día siguiente, porque...

—Se me hace tarde—murmuró Jeremy levantándose de la cama.

Bill le miró en silencio, como pasaba por su lado y salía de la habitación para encerrarse en el baño. Estaba claro que le pasaba algo con él, porque con Tom podía hablar e incluso reírse. Y salir a tomar algo, cuando su madre le dijo que les acompañara le dirigió una dura mirada que le hizo encogerse en el sitio. Mucho se temía que su hijo estaba resentido con él, como si le hubiera hecho algo imposible de perdonar...

Decidió entonces abordar a Tom. Fue a la habitación que compartían y al igual que con Jeremy descorrió las cortinas.

—Un poco más, mamá—gruñó Tom cubriéndose la cabeza con las sábanas.

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