Capítulo 14

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Regresaron al hospital a primera hora de la mañana, el médico ya había pasado a reconocer a Jeremy y llevarle a hacer una última prueba con la que corroborar que estaba bien del todo. Y así fue, le dieron el alta esa misma mañana y le mandaron a casa para alegría de todos.

—Necesita descansar aún unos cuantos días—explicó el médico—Aquí tienen el parte médico, entréguenselo a su médico de cabecera. Puede que le duela la cabeza, que tome un analgésico pero si el dolor es muy fuerte o tiene fiebre, no duden en venir.

—Así lo haremos, muchas gracias—dijo Gordon estrechando su mano.

—Al menos me libraré unos días de ir a clase—comentó Jeremy mientras se vestía.

Bill estuvo a punto de saltar, pero una mirada de Tom le hizo contenerse. Mejor no enfadarle hasta que llegasen a casa y pudieran hablar. Suspiró resignado y dejó que su madre ayudase a su hijo a terminar de vestirse y recogiera sus cosas. Le habían llevado algo de ropa nueva, la del día anterior estaba arrugada y sucia. Bill en persona se había encargado de escogerla, cogiendo adrede una camiseta suya vieja roja y unos vaqueros. Al verlo vestido de esa manera y con su pelo lacio, era como si Bill se estuviera viendo reflejado en un espejo, ¡es que eran idénticos!

Regresaron a casa divididos en dos coches, Tom y él con Bobby y Jeremy con sus padres. Nada más llegar Simone acompañó a Jeremy hasta su habitación para que se echase a descansar, momento que Bill aprovechó para hablar con su padrastro y pedirle que se llevase a su madre fuera.

—Voy a hablar con Jeremy y necesito estar a solas con él—explicó mordiéndose el labio—Tom se quedará conmigo, entre los dos le vamos a contar todo.

Gordon asintió y en cuanto bajó su mujer le explicó el plan de Bill y decidieron salir a desayunar, cruzando los dedos para que todo saliera bien.

— ¿Preparado? —preguntó Tom una vez a solas.

Bill asintió y acercándose a Bobby le besó suspirando en los labios.

—No te muevas de la cocina oigas lo que oigas—le pidió cogiéndole de las manos—Prefiero que no se quede mi madre porque sé que tratará de ayudar y en cuanto oiga algún que otro grito subirá para que no nos tiremos de los pelos, pero es mejor que Jeremy se desahogue y si necesita gritar que grite.

—Lo vas a conseguir Bill—dijo Bobby con mucho optimismo—Sé que lo harás.

Bill sonrió con timidez y se despidió con otro beso. Se reunió con Tom y subieron las escaleras. Llegaron a la puerta de la habitación de Jeremy y entró primero Bill sin llamar.

Jeremy se encontraba en la cama con los ojos cerrados. Dormía, pero no parecía que descansara. Más bien tenía una pesadilla, o recordaba algo que le hacía gemir y negar con la cabeza en sueños...




Estaba muy enfadado con Bill, siempre lograba hacerle estallar y estropearle los planes. Como esa tarde, tumbado en la cama de Eddie se dejaba besar con los ojos clavados en el techo. No podía apartar esa imagen de su cabeza.... hasta que sintió que Eddie colaba una de sus manos por el borde de su pantalón.

Se puso tenso, quiso decirle que no pero no quería que pensara que era aún un niño. Lo suyo le costó que se fijase en él y dejara a un lado la diferencia de edad que los separaba. Pero no podía sacarse a cierta persona de la cabeza y Eddie lo notó, dando el beso por finalizado.

— ¿Qué te pasa? —preguntó Eddie resoplando.

—Perdona...ya sabes, es Bill—contestó Jeremy también resoplando.

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