Bora deborah

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Siempre he creído que las malas relaciones están destinadas a ser miserables e injustas, a tener momentos desgarrantes y muchas ideas ocultas, a ser asfixiantes y a albergar motas de locura, es por eso que muy poco duran. Yo creí que nunca tendría una de esas, que no me había equivocado al elegirlo como mi pareja, hasta que lo ví besandose con otra en su carro desde la acera, esa noche vestía de morado porque era su color favorito, quería sorprenderlo así que llegue sin avisar a su edificio, en mitad de la carretera ví en vivo la transmisión, en 3D la cruda y dolorosa traición, quería comprometerme con el así que le iba a pedir que sacara sin rodeos el anillo del bolsillo, que yo ansiaba decir que si usando el brazalete que me había regalado en el tobillo, y su denominación escrita en mis zarcillos, mi misión era hacerle saber que yo era su tornillo, que lo sujetaría y le daría alivio, porque estar conmigo era algo muy sencillo. Pero todo se vino cuesta abajo, me había dicho que le diera espacio, que se encontraba muy ocupado, pero estaba con una chica menor que yo en el auto, me sentía como si a mi corazón le hubieran dado un achazo, quería darle una cachetada y un rodillazo, pero solo me fui deseando que el me siguiera el paso, no lo hizo solo me grito que estaba sobre actuando, que estaba exagerando, que esto no era lo que estaba pensando, que lo estaba haciendo ver como un desgraciado, que el no era el malo, que el no me estaba engañando, no puedo creer que sea así de desvergonzado. Según su sensatez era solo el error de una sola vez, que plante un chip en su coche por eso infraganti lo atrapé, que debido a mi desconfianza infundada esto fue lo que provoque, nunca me sentí tan poca cosa al lado de una chica de veintitrés. Sin nada de tacto estaba mencionando todo lo que le molestaba de mi mientras me iba, sin filtro que cuando estaba conmigo el aire se sentía denso decía, que era como estar en una reunión formal con la corbata apretada en el cuello, en medio de la ida me resbale y caí al suelo, no sintió ni un mínimo deber de ayudarme, solo se dió la vuelta y me dejó tirada en uno de los cruces peatonales. Fue mi momento más humillante, sabía que al día siguiente no podía esperar que fuera a buscarme, que me rogara porque quería reconciliarse, porque los tres años juntos fueron geniales, y no podía esperar el momento para hacer las paces, pero como lo intuí en mi teléfono no había ningún mensaje, su intensión era aprovechar la discusión para alejarse.

Era tan patética que lloraba cuando estaba comiendo, cuando me estaba bañando y cuando estaba eligiendo atuendo, me descargaba donando la ropa que alguna vez me dio, gritándole a la planta que me compro, la que antes regaba y cuidaba con mucha dedicación. Antes que todo colapsara habían cosas que me extrañaban, el celular boca abajo siempre se encontraba, interrumpía nuestras cenas con un plan de la nada, pedía perdón incesantemente, el rastro desconocido de alguien estaba latente, veía la misma película dos veces, sus asuntos se volvieron clasificados, estaba metido de lleno en el trabajo, siempre revisaba mi horario. Cómo no me di cuenta que algo estaba pasando, que el amor que sentía por mi se estaba esfumando, no dejo de preguntarme porque me hizo esto, cuando yo siempre estube firme desde el comienzo, cuando siempre estube impecable, siempre estube siendo amable, siempre mostrándome perfecta, siempre mis ánimos estubieron de buenas. Ahora la lastima que le doy le hace tocar mi puerta, invitarme a un café para decirme que conmigo no está en deuda, que deje de preocupar a mi hermana porque el no vale la pena, ya desde hace tiempo veníamos teniendo problemas, pero el fue quien terminó las cosas de esta terrible manera, aunque alguien valla a morir mañana si lo matan hoy es un asesinato, ya nosotros teníamos fecha de caducidad pero el lo arruinó todo antes del lapso estimado. Al salir y caminar de regreso a mi barrio me sentí muy tonta, así que empecé a decirle las cosas que lo hacían ser un idiota, eso nos hizo acabar al lado de un camión de basura teniendo una pelea, nunca creí que esto le pasaría a la que se dedica a ser una consejera, la que decía que su amor era más duradero que el de cualquiera, nos conocíamos tanto que sabíamos dónde golpear para dar el golpe fatal, me dolió cuando me dijo que era un desecho mortífero que no se podía reciclar, que no tenía ganas de volver conmigo porque para el la ruptura ya era oficial. En mi cama bebía mientras me decía que esto era como un común resfriado, pronto todo estará bien como si nada hubiera pasado, pero las falsas esperanzas te hacen creer en lo que puedes aceptar, te da metodologías que puedas argumentar, así que con pijama y toda desgreñada lo fui a buscar, cuando me vio siguió de largo pero yo lo supe atajar, le dije que si hacía como si no me importara la infidelidad podríamos volver, que esto era solo un estúpido malentendido que podíamos resolver, el me hecho en cara que estaba ebria y yo apenada me disculpé, me dijo que estaba empecinada en hacerlo quedar como un bastardo, que parara porque estos arrebatos lo estaban incomodando, que me estaba empezando a odiar y que lo estaba enfermando, entro a su casa mientras seguía alegando, y yo me quede en cuclillas llorando, como se supone que viva sin el a mi lado.

Al estar devuelta en mi Penthouse hubo un momento en el que pensé suicidarme para ser honesta, pero no quería que mi lápida resonará diciendo fue abandonada por ser melosa y molesta, sentí que ya había tocado fondo y que nada podía ser peor cuando estaba en la bañera. Cuando lo ví me fijé que tenía un nuevo corte de cabello seguro fue a una peluquería y dijo quiero el peina del actor que ganó el Oscar por favor, la camisa que tenía nunca la había visto seguro fue a un centro comercial y frente al espejo aleteando las pestañas se la provo, mientras que yo estoy tragando poyo frito como una sicótica y con los ojos hinchados por la frustración. Estar en el punto de no retorno me hizo despertar y sentar cabeza, desprenderme del sueño que tenía de que con el tendría un final de novela, porque era el único que sabía cómo se ejecutaban las funciones de mi elaborada aplicación, ahora se que sobreviviré a el imbécil que me hizo caer en la cisterna al dispararme con un arpón, a las miradas juzgadoras de Atenas, a la oleada de brisa mañanera. Ahora saldré con mi abrigo de piel sintética, con mi lencería color crema, con mis botas vaqueras, con mi mejor falda puesta, con mis extensiones de sirena, porque para empezar de nuevo estoy dispuesta, ya no tengo miedo de estar sola en las festividades, los feriados y cuando voy de vacaciones a los Ángeles, ya se pasó mi momento de drama, ahora se encargará de el por mi el karma. En mi editorial los de seguridad conocen su rostro porque está negada su entrada, en mis planes a futuro su presencia está vetada, en mi dedo anular ya no quiero que ponga una costosa piedra rosada, el sabrá donde quiera que esté de esta fiera, siempre de la forma más abrupta y severa, sabrá que ahora estoy más feliz porque me amo a mi misma, porque ahora soy la escritora que práctica lo que prédica.

Escrito por: IcónicaImagen de su autor

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Escrito por: Icónica
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⏰ Última actualización: Jan 03 ⏰

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