(10)

958 136 4
                                    

Ya que Katsuki se había sincerado con él sobre las cosas de su pasado que le dolían en el presente, Eijiro decidió hacer lo mismo.

Le contó sobre su deseo de ser un héroe profesional; cómo este se vio aplastado por su propia autoestima y falta de valor; cómo se sintió el día en el que no pudo ayudar a sus compañeras de clase frente a un villano; sobre cómo pasó dos años de su vida lamentándose a diario, pasando horas en el baño, horas durmiendo de más, casi repitiendo un año de preparatoria por su cantidad de faltas...

Ahora fue turno de Katsuki de abrazarlo mientras lloraba, y Eijiro no pudo evitar pensar que se sentía agradecido de tener una persona con quién compartir, no solo sus alegrías, sino que también sus tristezas.

Y pensó en la cantidad de emociones que le faltaba compartir con Bakugo.

(...)

—Kiri-- Eijiro— Se corrigió a sí mismo.

Decidieron comenzar a llamarse por su primer nombre. Aunque no fue una conversación establecida, ambos lo decidieron. Aun así, a veces era complicado dejar atrás la costumbre.

Eijiro lo miró, indicando que lo escuchaba.

—¿Qué es eso?

Kirishima había accedido a mudarse con Bakugo. Creyó, genuinamente, que después de las cosas que habían compartido, los sentimientos entre ambos eran bastante claros. No sabía si se estaba apresurando, tenían solo algunos meses juntos, pero pensó, debería pasar menos tiempo cuestionándose cuánto duraría su relación y más tiempo disfrutándola. Al fin y al cabo, era una decisión tomada por dos adultos racionales, no por adolescentes en medio de un enamoramiento.

La pregunta de Bakugo lo tomó un poco de bajada. Habían contratado un pequeño camión para llevar las cosas del departamento de Kirishima. Sus pertenencias como sus libros, pasatiempos, ya que Katsuki le sugirió que, a menos que fueran cosas con un valor sentimental, podría vender sus utensilios de cocina y muebles, ya que no los necesitaría en la casa del rubio.

Tenía razón, de todas maneras sus muebles de ocho colores diferentes no se adecuarían a la estética de la casa de Katsuki, con tonalidades negras, blancas y cafés.

—¿Qué es qué?

—Eso— Señaló.

Era una caja de plástico transparente que dentro contenía figuras de acción de sus dos héroes favoritos. Nada extraño, Katsuki sabía que era algo fanboy de ellos dos.

Y bueno, sí, no era extraño, pero para Katsuki era una emoción un tanto inesperada. El que su novio tuviera figuras de acción suyas. Se sentía un poco avergonzado. No en un mal sentido. Pero eran momentos como ese en los que quería gritarle que él era Dynamight y al mismo tiempo callárselo más tiempo.

—Ahh, ¿mis figuras?

—No sabía que te gustaba tanto, ese Dynamight.

—Te dije que lo admiro mucho.

Kirishima se tensó un momento con un recuerdo, que notó, no había compartido.

Mientras Bakugo sacaba un par de cajas de cartón y las colocaba en el suelo, pensó: ¿cómo podría iniciar esa conversación?, ¿se molestaría? No tendría por qué, ¿cierto?

Así que, mientras descansaban con un vaso de agua en la cocina luego de bajar sus cosas y Kirishima no dejaba de mirarlo con nervios, Bakugo preguntó:

—Bueno, ¿y ahora qué te pasa? Si quieres sexo, sabes que solo debes pedirlo, pero estoy algo cansado para eso ahora.

—¡No, no es eso! Yo también estoy cansado. No es eso— Se sonrojó y ocultó su rostro con su vaso de agua, tomándoselo todo de un jalón—. Katsuki-san..., hay algo de lo que quiero hablar.

Bakugo le indicó con un gesto que podía continuar.

—¿Recuerdas cómo tú me decías que podrías ponerte un poco celoso de Dynamight-san, y que yo te decía que no pasaría nada, porque te quiero a ti?

—Ajá...

—No te enojes, ¿okay? Nada pasó— Jugaba con sus dedos entre sí con nerviosismo—. Hace unos días, Dynamight-san intentó besarme. ¡Pero yo lo detuve, okay! No tienes nada de qué preocuparte.

Bakugo lo miró, ligeramente boquiabierto.

Bueno, quizá sí sería lo correcto no mantener en secreto algo como eso, pero, ¿cómo decirle que ya lo sabía, porque él fue quien estuvo ahí? Oh, no parecía un buen momento. Además, Kirishima se había esforzado mucho en decirle eso por la confianza de su relación.

—¿Estás enojado?

Estaba demorando mucho en contestar, pero era porque estaba pensando en cómo hacerlo.

—Lo hubieras dejado— Bakugo se echó para atrás en su silla y se cruzó de brazos y piernas—, no tienes muchas oportunidades de besar a un héroe profesional, ¿no? Deja tú a tu favorito.

—No digas esas cosas, Katsuki-san, yo no tengo ninguna intención como esa. Me voy a enojar yo.

—No, no, no es mi intención— Descruzó las piernas para acercarse a la mesa—. Gracias por decírmelo— Tomó entre sus manos las de Eijiro, aún nerviosas—. Siempre he confiado en ti de todos modos. Gracias. Además, no puedo culparlo— Añadió—, yo también me muero por besarte todo el tiempo.

Kirishima correspondió a las caricias en sus manos.

—¿Así que no tendrías problemas si beso a Dynamight-san? — Dijo, bromeando.

—Hmmm— Ladeó la cabeza pensando—. Bueno, pero solo a él, eh.

Le intrigaba un poco el ver la expresión de Eijiro si lo besara siendo Dynamight.

Prohéroe | KiriBaku/BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora