— ¿Quién es Aeri? — inquirí lo suficientemente confundida.
—Su hermana.
De pronto recordé la conversación que ella había tenido con Jimin anoche y que había mencionado a una tal Aeri como su hermana.
— ¡Oh! — exclamé —. Me encantaría — sonreí, amable —. Pero sería... ¿Cómo una cita doble? — cuestioné mirándola con recelo a lo que ella situó sus ojos cafés en mí —. Ya sabes sobre mis gustos, no sería... ¿raro? — fruncí el entrecejo.
— ¡Para nada! — clamó en un silbido que me aturdió por un par de segundos —. De hecho yo creo que a ella también le gustan las mujeres — sus cejas ascendieron y descendieron de una manera un tanto sugerente y yo solo negué con la cabeza, rendida.
—Entonces está bien.
— ¡Le diré a Jimin para que organicemos todo! — me abrazó de nuevo, dando brinquitos como una niña pequeña.
Así era Ning, dulce, tierna, cariñosa, frágil y entusiasta, era una niña pequeña encerrada en el cuerpo de una persona adulta de veintiún años.
—Oye — musité, cambiando repentinamente de tema —. Quiero ir al tan famoso puente de los suspiros, quizá pueda tomar algunas fotografías.
—El puente de los suspiros... ¿Y para qué quieres ir allí? No es la gran cosa — expresó —. Más bien deberías ir a la plaza de San Marcos, muchos toman sus fotografías ahí.
—Lo sé, pero no quiero algo común. Ya me conoces — me encogí de hombros.
—Bueno, también podrías ir al Palazzo Ducale, le podrías tomar bellas fotos.
— ¿Al qué? Oye, ¿te molestaría hablarme en un idioma que entienda?
Ella rió.
—Al palacio del Duque.
—Gracias. ¿Me llevarás al puente de los suspiros?
Puso los ojos en blanco ante mi insistencia.
—Está bien. Te llevare mañana.
—Gracias, Ning. Eres la mejor — y esta vez fui yo quien empezó el abrazo ahora.
Seguimos caminando por las calles de Venecia, mirando casi todas las tiendas de ropa que ahí había. Comimos en un pequeño restaurante y luego llegamos cansadísimas al departamento.
Eran las siete de la tarde con treinta minutos cuando llamaron a la puerta.
— ¡Es Jimin! — anunció jovialmente Yizhuo y se levantó como rayo dando grandes zancadas hacia la puerta. Fue inevitable que mi vista se dirigiera hasta allá, desviándola del televisor, anhelante de ver el rostro perfecto.
— ¡Amor! — Yizhuo se lanzó a sus brazos en cuanto la figura de su novia fue palpable, y ella la recibió cálidamente.
La fierecilla dentro de mí se removió incomoda.
—Ven, pasa.
Desvié mi mirada de nuevo al televisor queriendo aparentar que no la había despegado de ahí.
—Minjeong, hola — mi nombre en su voz era tan melodioso y diferente al resto de voces que lo habían puesto en su sonido; lo hacía parecer bello, único. Me giré para mirarle.
—Hola, Jimin — le sonreí.
— ¿Cómo va tu primer día en Italia? — preguntó.
—Cansado — reí al recordar que había usado el mismo adjetivo cuando ella me había preguntado acerca del vuelo.
Creo que ella también se acordó, porque rió de la misma manera que yo.
—Ojalá los demás no sean siempre así — comentó y sonrió, luego miró a Yizhuo para entablar una conversación con ella.
Entonces yo me giré de nuevo, pero a decir verdad, estaba más pendiente de su conversación que del programa de comida italiana que se proyectaba en la televisión.
— ¿Estás nervosa, cielo? — le preguntó a Yizhuo.
— ¿Sobre qué? — inquirió ella confundida.
—Sobre tu entrevista de trabajo, mañana.
— ¿Mañana es diecinueve? — la voz de mi mejor amiga sonó alarmada —. ¡Dios, lo olvidé!
Entonces me giré de nuevo para mirar —. ¿Tienes una entrevista de trabajo? — pregunté, realmente emocionada.
—Sí y... ¡oh! — se quedó en silencio durante unos segundos —. ¡Lo siento! ¡Lo siento, lo siento, lo siento! — se acercó a mí —. Es que no recordaba lo de la entrevista, perdóname.
Tardé un segundo en comprender por qué me pedía disculpas.
—Oh, Ning, no. No te preocupes — le sonreí —. Iremos otro día a visitar el puente.
— ¿No estás enojada?
— ¿Yo? Para nada, al contrario. ¿De qué es el trabajo que solicitas?
—Enfermería en el hospital de la Isla de Torcello — se quedó en silencio un segundo antes de mirarme con los ojos bien abiertos —. ¡Tengo una idea! — Dijo de pronto, como si la primer parte no importara demasiado, se giró a mirar a su novia —. Amor, ¿podrías tú llevar a Minjeong mañana a Il Ponte dei sospiri?
Los ojos se me abrieron de par en par ante la sorpresa y luego miré el rostro de Jimin, tan bello como el de un ángel, ella también me miraba.
ESTÁS LEYENDO
el manual de lo prohibido [winrina]
Fanfiction[¡ADAPTACIÓN!] "Ella, la perfección en persona. Mi mejor amiga, con la que deseaba toparme desde los 6 años, única e incondicional. Decían que era la chica perfecta para ella. Yo, situada justo en el medio; enamorada de la novia de mi mejor amiga."...