Capítulo 5

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—Chiaro. Non è un problema per me — respondió ella y luego sonrió.

—Gracias, Jimin — dijo Yizhuo y luego me miró.

—Un idioma que se entienda, por favor — dije, y ambas rieron.

—Que sí, que no hay problema — dijo mi amiga.

Miré a Jimin.

— ¿Segura que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando el tiempo solo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Yizhuo tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.

—No — me respondió —. Por mí está bien, a menos que no quieras ir conmigo.

—No, digo, sí — sacudí la cabeza —. Quiero decir, gracias por llevarme.

—A Jimin le gusta ese lugar, seguro que está más que encantada. Ella te puede dar un tour — bromeó Yizhuo.

—Y para mí sería todo un placer — se rió, mostrando todas las perlas que conformaban su sonrisa, en la que me perdí por un segundo.

—Gracias — musite nuevamente antes de volver a mirar la televisión.

Me había asustado un poco, un hecho inusual. Desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novia a propósito, debido al pensamiento que mi reacción ante ella habían producido, así que me puse a pensar en ello. ¿Por qué encontraba a Jimin tan atractiva?

Sí, lo era, pero lo que realmente me preguntaba era, ¿por qué todo en ella causa una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de Jimin volar hacia Yizhuo.

Entonces llegué a una conclusión. Estaba deslumbrada por ella. Por supuesto, era la joven más apuesta con la que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, que suerte la de Yizhuo.

— ¿Te quedas a cenar? — Preguntó ella después de un rato —-. ¿Sabes? Con Minjeong se me ocurrió una idea, ¿por qué no salimos un día las cuatro? Nosotras tres y Aeri — explicó sin esperar la respuesta de su novia a la primera pregunta.

—No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar — torció el gesto —. Y sobre la salida entre las cuatro, suena bien, le comentaré a Aeri el día de hoy.

¿Debería preocuparme? Sabía que Ning ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho... ¿qué tan malo podría ser si se trataba de la hermana de Jimin? Seguramente también era guapa.

—Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vaya — dijo Jimin a Yizhuo y luego besó su frente.

—Gracias, amor.

—Minjeong — me giré hacia Jimin de nuevo al escuchar mi nombre —. Mañana tenemos muchas que hacer, espero que no te canses — sonrió.

De pronto sentí una emoción que no pude explicar, un ligero entusiasmo ahí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.

—Hasta mañana — musité y le devolví la sonrisa.

Yizhuo y Jimin salieron hasta la puerta, donde tardaron más de cinco minutos en despedirse, traté de no pensar en ello, porque a fin de cuentas, su manera para decir adiós era algo que a mí no me incumbía.

Luego de que escuché la puerta cerrarse, Yizhuo volvió para sentarse a mi lado en el sofá.

— ¿No es perfecta? — preguntó soltando un suspiro.

— ¿Qué cosa? — inquirí, confundida.

—Mi novia — musitó llena de orgullo.

Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando Yizhuo me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecta. Pero por alguna extraña razón, mi boca era incapaz de soltar aquellas palabras frente a mi amiga.

— ¿A qué hora te irás mañana?

—A las seis.

— ¿De la tarde?

—De la mañana — abrí los ojos como platos y la miré.

— ¿Seis de la mañana? Y, ¿a qué hora vendrás?

—No lo sé — musitó y luego torció el gesto —. El hospital está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.

—pero si solo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?

Porque si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así — se encogió de hombros.

—Voy a extrañarte — hice un puchero.

Ella rió.

—Me extrañarás más si consigo el trabajo, porque saldré desde las ocho de la noche — volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.

—Ning, estoy cansada, me acostaré ya — dije.

— ¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.

—Ocho cuarenta — corregí —. Y sí, estoy cansada y quiero dormir.

Bueno, de lo que había dicho, solo la primera parte era cierta porque tenía demasiado miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.

—Está bien. Buenas noches.

—Buenas noches — me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.

— ¡Ah! Mañana te tienes que despertar temprano — me avisó —. Jimin vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevara al puente.

Me detuve antes de entrar a la habitación.

—Gracias — mascullé y sonreí.

Me introduje a la habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido de la televisión proveniente de la sala.

Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que Yizhuo se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con Jimin. Pero aun no sabía porque esa idea me entusiasmaba tanto.

el manual de lo prohibido [winrina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora