El río de las almas

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"A veces el precio de la vida es la muerte"

Semira observó a Leo con una pregunta muda y luego volvió a dirigir su mirada a Assa quien también estaba muy sorprendido por este inesperado encuentro.
- Si quieres me das la mano - Gruñó Assa adolorido, aunque sus heridas estaban totalmente sanas.
Leo le ayudó a levantarse, Assa sacudió su ropa y comentó:
- Realmente te volviste más alto que yo
Leo sonrió de manera astuta y respondió:
- Te lo dije
Assa entonces se volvió a Semira lanzándole una mirada apreciativa y resaltó:
- Quien iba a pensar que la pequeña asesina se iba a convertir en una mujer tan hermosa y sexy, solo por eso valdría la pena el sufrimiento
Leo levantó una ceja.
Semira cruzó los brazos y preguntó:
- ¿Para qué quieres la piedra?
- Nisiquiera un saludo, una chica directa, me gusta
En ese momento Magnus apareció corriendo desde el bosque hacia su hermano pero se detuvo en seco al reconocer a sus acompañantes.
- ¿Dónde están los hombres? - Preguntó Semira
Magnus la miró un momento y respondió:
- Están atrapados en una bomba de tiempo, serán libres en cinco minutos.

Magnus se acercó y le tendió la mano a Leo:
- Leo, has crecido, casi no te reconozco
Leo aceptó el saludo y comentó:
- Y tú y Assa siguen luciendo igual que cuando tenían 19.
Assa comentó burlón:
- No por nada tenemos 200 años como esperanza de vida.
El mundo comenzó a girar ante los ojos de Semira, la infección provocada por la arguna estaba dando sus frutos, Leo al notarlo la sostuvo por el brazo ayudándola a sostenerse mientras le pidió a Assa:
- Fue mordida por una arguna, tus poderes serían muy útiles en este momento
Assa se puso serio en seguida y asintió acercándose a Semira. Assa colocó la mano en su frente y luego tocó su hombro, Semira sanó al instante.
Entonces Ágnes y unos hombres aparecieron y comenzaron a acercarse, Mérida y Baltasar estaban entre ellos.
Assa sonrió al reconocerlos.
- Pero si son el vejete y la dulce Mery, que milagro encontrarlos.
Baltasar estaba sorprendido al reconocer a los gemelos mientras que a Mérida se le dibujó una sonrisa. Ágnes se acercó a Semira y preguntó:
- ¿Los conoces?
- Son .... unos viejos amigos de Jacob, Assa y Magnus
- ¿Dónde están mis hombres? - Preguntó Ágnes dirigiéndose a Assa
- Mi doble risueño los atrapó en una bomba de tiempo, tranquila, pronto estarán aquí jodiendo
Ágnes tendió la mano esperando a que Magnus le entregara la piedra, Assa dijo entonces de manera burlesca:
- ¿Quién dijo que te la íbamos a dar? Aunque no lo creas, ser bonita no es suficiente para llamar mi atención
Ágnes respiró profundamente y respondió:
- Entrégamela por las buenas o
Semira entonces intercedió:
- Hablaremos de eso después, debemos irnos de aquí inmediatamente, Magnus y Assa nos acompañarán
Assa y Magnus intercambiaron miradas pero accedieron sin objeciones.
Ya no habían más águilas pero por suerte Assa y Magnus no las necesitaban para volar. La camarada se fue con rumbo a Fortaleza León. La camarada se detuvo en un bosque de la ciudad de Skegness, ciudad vecina de la capital Leónidas la cual era su objetivo. Montaron su campamento allí.
Algunos hombres se fueron a la capital como espías y volvieron con información la cual fue debatida:
- Dark está en Fortaleza León, vino para ver como están las cosas, esto complica los planes. He escuchado que mañana por la noche ofrecerá una recepción en honor a su cumpleaños y que vendrán bailarinas y magos como entretenimiento - Informó Tom
- Es muy peligroso proceder con Dark al acecho pero a la vez sería algo inesperado lo cual podría ser beneficioso - Comentó Ágnes
- ¿Sabes dónde están estos bailarines? - Preguntó Leo a Tom
- Mis hombres siguen sus pasos, están aquí en Skegness, partirán a Leónidas al anochecer
- Podríamos colarnos al castillo haciéndonos pasar por los bailarines y magos, algunos de nosotros irán por Leonor y la princesa mientras que los demás tendrán que entretener a Dark - Propuso Leo
Ágnes asintió y mencionó:
- Es un plan arriesgado pero prometedor
Semira dijo entonces:
- Podríamos matarlo
Todos volcaron la mirada en dirección a Semira, Baltasar dijo entonces:
- Los oscuros se darían cuenta y nos matarían a todos y en caso de que lo lograras alguien más tomaría el lugar de Dark y los cosas seguirían iguales.

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