Etapas

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"La esperanza está creciendo en medio de la oscuridad"

[7 años más tarde desde la conquista de la oscuridad]

— ¡Espérame! - Exclamó la pequeña Semira a Leo quien estaba en su hispóstasis de león mientras corrían por el bosque. A pesar de que en su forma original Leo era media cabeza más alto que Semira, en su forma de león era el doble de grande
Leo se detuvo en seco y observó a Semira quien ya estaba junto a él, su cuerpo comenzó a temblar mientras se hacía más pequeño, al ver esto Semira rápidamente le entregó unos pantalones y una camisa y se alejó para darle privacidad. Leo volvió a su forma original totalmente desnudo por lo que se apresuró a vestirse.
- ¡Puedes salir! - Informó Leo
Semira salió de su escondite con una mirada desafiante y dijo:
- Nada mal, has logrado dominar a la perfección tu transformación
Leo le regaló una sonrisa sincera y dijo en respuesta:
- Admiro que hayas podido alcanzarme aún en esa forma
- No tengo otra forma - dijo Semira cruzando los brazos y dándose la vuelta con un puchero
Leo bajó la mirada y preguntó:
- ¿Te he ofendido? Perdona
Semira se dio la vuelta suavemente y atrapó la mirada sincera de Leo, Ella le sonrió y respondió:
- No, por supuesto que no me he ofendido, además con el esfuerzo suficiente lo lograré
Leo sonrió y luego alertó:
- Baltasar debe estar esperando, no lo hagamos enfadar
Semira sonrió de manera astuta y respondió:
- Lo sé, pero quiero hacer algo antes

Leo frunció el seño con un poco de irritación y le lanzó a Semira una mirada de crítica:
- No otra vez Semira, nos meterás en un lío
Semira siseó con enojo en respuesta:
- ¡Nadie te pidió que participaras! ¡solo vete!
Leo suspiró con los ojos cerrados mientras se apretaba el puente de la nariz y dijo con calma:
- Voy contigo
- Claro que no, iré sola, no te necesito
Semira comenzó a caminar en una dirección desconocida alejándose de Leo por lo que este la alcanzó y la tomó del brazo bruscamente pero sin hacerle daño:
- Si yo no voy tú tampoco - Mencionó Leo con una sonrisa brillante la cual enfadó aún más a Semira, esta se liberó con rabia y siseó:
- No eres mi padre, no puedes decirme que hacer
Leo cruzó los brazos mientras Semira daba unos pasos para alejarse:
- Eres tan pequeña y sin embargo das tantos problemas
Semira se detuvo en seco y se dio la vuelta bruscamente, sus ojos dorados se encendieron como lámparas y su energía dorada emergía de sus palmas envolviendo sus manos como una serpiente, pero antes de que pudiera atacar de repente su rabia se esfumó haciéndola entrar en razón, su energía se apagó mientras cerraba los ojos suspirando. Leo se acercó a Semira y le dijo en voz baja de manera conciliadora:
- Eres una chica increíble y muy fuerte, no dejes que el odio te eche a perder

En respuesta Semira se abalanzó sobre Leo y lo apretó fuertemente con un abrazo, Leo no dudó y le devolvió el gesto mientras susurró en su oído:
- Llegará el día en que destruiremos a las sombras lado a lado, solo ten paciencia y centra tu agresividad en el entrenamiento de tus dones.
Semira asintió como un bebé.
Juntos volvieron a casa y fueron recibidos por Mérida con un plato caliente de su deliciosa cocina, pero Semira se sentía inquieta, como si algo fuera de su control estuviera tirando de ella para que fuera a explorar aquel pueblo en la frontera del reino de la Luna que la semana pasada visitó a espaldas de Baltasar, fuera de Nerón, fuera de la protección de las piedras de tag por lo que utilizó su amuleto para ocultarse. Baltasar les dio unas lecciones de espada y luego mandó a los niños a dormir.
Semira esperó a que todos se duerman y luego salió de la casa sigilosamente, ella se apresuró al portal oculto que conducía al pueblo, Baltasar no sabía que ella lo había descubierto. Semira se sorprendió al sentir el olor a humo y a sangre golpear su nariz, ella podía oír los gritos de las personas y la risa y los gruñidos malévolos de las criaturas y hombres de la oscuridad.
Semira estaba oculta en el follaje del bosque cercano al pueblo, ella veía como algunas personas trataban de huír pero eran alcanzadas y asesinadas por sus verdugos, jamás había visto algo así por lo que su corazón se apretó ante la tristeza y el odio emergente, el odio y el deseo de justicia eran las emociones predominantes, era solo una niña de 8 años pero odiaba como si fuese un hombre adulto. Ella no sabía que hacer, sabía que si ayudaba Dark se enteraría de su paradero y podrían hacerle daño a ella y a Leo, además de Baltasar y Mérida, pero la desesperación de esas personas la hacía estremecerse ante sus ideas. Entonces un acontecimiento la sacó de sus pensamientos, Semira observó como una niña salía corriendo de una casa cercana, estaba como a 80 metros de su posición, pero para su horror un jinete con espada en mano la perseguía, Semira no dudó más y sacó un arco de su espalda y recordando las lecciones disparó una flecha de energía dorada, el jinete estaba a punto de matar a la niña pero la flecha de Semira atravesó su corazón sin darle la oportunidad de terminar su cometido, el hombre cayó muerto. La niña de pelo blanco cayó al suelo habiendo perdido la esperanza pero cuando vio al hombre muerto con una chispa dorada en el corazón ella buscó con la mirada a su salvador, entonces en el bosque ella pudo observar un par de ojos dorados clavados en ella pero al segundo siguiente ya no estaban.
Semira estaba muy nerviosa, cuando ella se dio la vuelta luego de cerrar el portal casi muere del susto cuando vio a Leo con los brazos cruzados mientras la miraba con reproche.
- Nisiquiera preguntaré dónde estuviste - Dijo Leo, a pesar de su enojo Semira se dio cuenta de que estaba muy preocupado y que su regreso le alivió un poco.
Entonces Leo le entregó ropa limpia y le dijo en voz baja:

La Leyenda De Semira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora