Uragiri (Zosan)

09

Zoro se dio cuenta de que lo que estaba viviendo no era lo que quería cuando llego el aniversario luctuoso de Kuina, habían pasado ya varios años desde que su primer amor había dejado el plano terrenal pero no es hasta ese año en el que termina de aceptar que su anhelada mujer ya no está, pasó mucho tiempo negándose a ver la lápida de la hermosa chica que tanto amo porque no quería reconocer que jamás volvería a verla, y tal vez esa fue una de las razones principales por las que terminó refugiado en Tashigi.

Se dejó llevar por la apariencia; Tashigi era idéntica a Kuina físicamente, cabello corto, lacio, de un hermoso color azul oscuro y profundo, ojos de un tono bastante similar al de su cabellera, claro... la hija de Smoker tenía algunos problemas de miopía que su primer amor no tenía, pero eso siempre pasó desapercibido para él porque ella muy seguido perdia sus gafas, además tenía una habilidad realmente parecida a la que su antigua compañera poseia antes de fallecer, ella era todo lo que imagino que su amada sería en el futuro que el destino le robo y por ello fue demasiado fácil meterse en la fantasía de que el mundo le había regresado a la espadachina para ser feliz a su lado, aún si jamás fue de él, nunca lo vio más que como un hermanito al cual querer, pero incluso con eso Zoro estaba en negación.

Tal vez por eso sus anhelos del pasado terminaron tomando el control de sus acciones, porque quiso tanto ser correspondido por la difunta que se cegó al punto de terminar con su matrimonio para estar con la ilusión de Kuina, tristemente tuvo que romper su matrimonio con Sanji para notar lo que sus propias fantasías le ocultaban.

Para empezar, su actual compañera no conocía ni la mitad de él, podía saber todas sus zonas erogenas y lo que amaba hacer en la cama, pero no tenía ni un mínimo saber sobre lo que Roronoa Zoro era como persona, su comida favorita, cumpleaños, sus miedos o metas, lo que le gusta y lo que le disgusta, sobre su pasado, su familia, nada... absolutamente nada, ni siquiera lo más obvio como lo podría ser su licor favorito. Entonces también notó que en realidad él tampoco conocía mucho sobre ella, solo que su padre era el vicealmirante de la marina, comandante de la base G-5: Smoker, pero eso ya tenía conocimiento de eso gracias a Luffy, que por inspiración de su padre ella tambien decidio entrar a esa sección de la armada y que le gustan las camisas floreadas, más allá de eso no tenía idea sobre la mujer con la que ahora tenía una relación; una que partió de una ilusión, o más bien, de un gran capricho.

A pesar de eso la espadachin parecía estar muy enamorada de él, completamente perdida por un extraño que sabía que palabras bonitas decirle y que rosas regalarle para tenerla contenta aún cuando apenas y sabía con certeza su nombre, lo más probable es que ella también estuviera encaprichada, no tenía consciencia de cuánto le podría durar a la peliazul pero al menos para Roronoa, esa querencia ya lo estaba hartando. Lo que diferenciaba a Tashigi de Sanji y Kuina es que los últimos mencionados eran unos sabelotodo del japonés y lo amaban con el alma entera, si, quizás de forma diferente, pero ese cariño era indudable.

Así que mientras va de regreso a casa, luego de visitar la tumba de su adorada Kuina por primera vez desde su fallecimiento, muchas de las tantas cosas que han pasado desde que el chef y él no están juntos empiezan a aparecer en su memoria, las veces que vio a Sanji llorar por su culpa, la decepción en el rostro de Nami y Usopp al enterarse de la infidelidad, la humillación de ser regañado por Luffy, la cara de desaprobación de Zeff cuando visito el Baratie, el sarcasmo de Perona, los papeles del divorcio sin firmar, casi puede imaginarse a Kuina reprendiendolo por haber lastimado a quien era su esposo... por faltar a sus valores y promesas, entonces comienza a arrepentirse, se siente tan arrepentido de sus acciones, de perseguir algo que jamás de iba a dar, que no iba a dejar de ser solo un sueño infantil del pequeño Zoro que no pudo dejar atrás el pasado; siente que la posibilidad de regresar con el cocinero o de ser perdonado se escapa de sus manos como agua corriendo así que la frustración llega al no saber que hacer para lograr atrapar aunque sea una gota de esperanza.