[ 2: Incómodo ]

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- ¿"Richie Toizer"? ¿Es tu nombre o es un diminutivo? - se atrevió a preguntar el de pelo más claro.

- Es un diminutivo, idiota. Mi nombre completo es Richard. -

- Oh... Okay... - La situación se había tornado un poco incómoda para Dean.

Pero después de acabar una partida, obviamente ganada por Richie, este habló.

- ¿Quieres jugar una partida? - Le pregunta, mostrándole una moneda.

- Uh- Claro. - Respondió.

Luego, empezaron a jugar, mientras que Richie hacia un par de bromas, la partida no duró mucho ya que Dean no era muy bueno en Street Fighter asique Richie ya había ganado, mientras que hacia comentarios algo obscenos, pero divertidos.

- ¡Eso es, chupalo perra! - Gritó, y finalmente ganó la partida.

Dean solo le sonrió, mientras que veía su reloj de pulsera.

- Bueno... Creo que es hora de irme, sé que es muy temprano pero... Ya sabes, quiero explorar el pueblo.-

- ¡Espera! ¿No quieres jugar otra vez? - Le preguntó. - Solo una partida más.

Dean se lo pensó, pero una tercera voz interrumpió

- Pero miren que tenemos aquí. - Se oyó a las espaldas del cuatro ojos.- Richard Toizer... ¿Qué estas haciendo aquí? - Preguntó al aire, mientras se acercaba. - ¿Dean? ¿Te esta molestando este idiota? - preguntó, con un tono algo sarcástico.

- ¿Qué...? No. - Respondió. - Solo jugábamos...

- ¡Oye, marica! ¡¿Estabas intentando ligarte a mi hermanito?! ¡¿Intentabas follar con él?! -

- ¡Claro que no, Bowers! - Respondió de inmediato, algo ofendido. - Solo era una partida de Street Fighter. Díselo, Dean.

Dean no contestaba, podía sentir la mirada de Henry clavada en él, con algo de molestia y al mirarlo atentamente lo confirmó.

Detrás de él, se podía ver a tres chicos, uno algo delgado y rubio. El otro era algo gordo y tenía una gorra. Y el último le dió un poco de miedo, era más alto que los otros tres, tenía el pelo negro y llevaba una camiseta junto con unos jeans apretados.

Tal vez después le preguntaría a Henry por sus nombres.

- ¡Responde, carajo! - gritó Henry, llamando más la atención de los que estaban dentro del establecimiento. - ¡¿Este maricón te invitó a jugar y tú le aceptaste?! - preguntó, con toda la intención de que Dean le respondiera de la manera en que él quisiera.

Dean ahora estaba algo asustado ¿Y cómo no? Las miradas cían sobre él y eso lo atemorizaba, no creía que jugar con ese chico le traería tanto problemas...

Ya sabía que Henry quería que dijera, que lo estaba molestando, pero no entendía por y pars qué, por lo que solo respondió con la cabeza algo baja.

- No... Y-yo estaba aquí tranquilo... Y él me dijo que juegue con él... Yo no sé lo acepte y me insistía y llegaste tú... - Respondió, obviamente mintiendo, pero parecía tan natural que incluso el propio Henry creyó que su cuento era verdad.

Henry volteo a ver a Richie y luego le gritó, con una cara de enfado

- ¡Fuera de mi ciudad, marica! -

[...]

- No tenías que hacer eso. - Le dijo Dean a su hermano, mientras comían en la mesa comida precalentada que su padre había dejado.

- ¿Y qué importa si lo hice? Es por tu bien. A la gente así hay que saber cómo tratarla. -

- ¿'A la gente así'? ¿De qué clase de gente hablas? -

- A los maricones como él. - se levantó de la mesa y dejó su plato en el fregadero.- Lava los plato, será tu castigo por juntarte con ese chupapollas.

Henry se fue a su habitación, Dean solo suspiro frustrado y se levantó, tiró la comida que ya no quería al bote de basura y luego sacó una esponja, empezando a lavar. Encendió una radio que estaba por allí cerca y puso algo de música.

[...]

"Querido... Cuaderno.
Hoy fue un día de mierda. Cuando pensé que tenía la oportunidad de socializar con alguien y conseguir amigos viene el imbécil de mi hermano a molestarme y llamarlo 'marica'
De verdad no lo soporto. Y solo llevo unos días en esta casa.
Nos vemos luego, cuaderno. Almenos esto me servirá de desahogo."

[...]

Dean se despertó algo cansado pero hizo su rutina, se ducho, se puso su ropa, alistó una mochila y fue a la cocina, para su buena suerte Henry no estaba, por lo que solo agarró el galón de leche y lo bebió directo de la botella, luego fue al baño a cepillarse los dientes.

Pero al salir del baño ya estaba su hermano, y eso no era lo peor, estaban los tres chicos de ayer. Dean solo trató de caminar sin miedo, pero la mirada del más alto lo intimidaba, además de que Dean notaba como este se relamia los labios mientras miraba su trasero, estaba apuntó de irse pero la voz del chico rubio lo llamó.

- ¿Tú no saludas o qué, niñato? -

- Hola... Y adiós. - Dijo y estaba apunto de abrir la puerta, pero Henry lo detuvo, tirando de su pequeña mochila para llevarlo hacia atrás.

- Quieto ahí, niñito. - Dijo, mientras seguía tirando de su mochila y lo sentaba en una silla. - Aunque no quiera, hoy te quedaras conmigo. -

- ¿Qué? ¿Por qué? -

- Porque si, no hagas preguntas. - Henry no quería aceptarlo, pero la única razón por la que se lo llevaba era porque Patrick le dijo que su hermano era muy atractivo. ¿Y qué mejor que emparejar a tu hermano de trece años con tu "amigo" psicópata de diecisiete? Además, sabía que Patrick trataba mal a sus antiguas parejas, por lo que sería doble premio para él, deshacerse de su hermano y que este salga herido.

¿El mejor plan, cierto?

... ¿Cierto?

- Mierda... Bien. ¿Por qué de la nada quieres que pase tiempo contigo? - preguntó, mientras miraba a Patrick disimuladamente, mientras que su mirada lo ponía más incómodo todavía.

- ... Porque... - se quedó pensando. - Porque... Porque eres mi hermanito... Y me di cuenta de que no siempre podré estar enojado por algo que no fue tu culpa.

Dijo, en el fondo se estaba sincerizando un poco, pero no lo aceptaría.

Claro que no.

[...]

- ¡Largate de mi ciudad! - gritó Henry, mientras tiraba un cigarro a un chico de tez morena.

Dean se preguntaba ¿cómo había llegado a esa situación?

- ¿Por qué hacen eso? - preguntó. Mientras que el coche de Belch seguía su camino.

- Porque es divertido, enano. -

- ¡No lo es! ¡Solo molestas a personas y esperas que lo soporten! ¡Le tiraste un cigarro a este chico! ¡¿Qué te pasa?! - gritó ya harto.

El resto de personas en el coche solo se callaron, mientras que todos pensaban lo mismo. "Ese niño acaba de cavar su propia tumba"

- Belch, déjanos aquí. - ordenó Henry.

Belch algo nervioso solo asintió y estacionó el auto.

Henry bajó del auto de un salto y abrió la puerta donde estaba Dean.

- Esperenos aquí, no tardaremos. - dijo y acto seguido agarró a Dean del brazo fuertemente mientras azotaba la puerta del auto.

Se lo llevó a un lugar algo alejado, el auto estaba cerca del puente de los besos, pero no lo suficientemente cerca como para que pudieran escuchar o ver lo que pasaba.

- ¡¿Qué, ahora me vas a golpear a mí también?! - dijo Dean, estaba empezando a perder los papeles.

De pronto, Dean solo pudo sentir como su cabeza volteado agresivamente hacia la izquierda.

Henry le había dado una cachetada.

𝙏𝙃𝙀 𝙎𝙄𝙉𝙂𝙇𝙀𝙎 𝘽𝙊𝙒𝙀𝙍𝙎 - [𝙈𝘼𝙇𝙀 𝙍𝙀𝘼𝘿𝙀𝙍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora