[ 9: Casa de mierda ]

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"Neibolt" Casa abandonada donde se ocultaban y dormían los vagabundos, lugar donde al investigar más afondo podías encontrar cosas que nunca imaginarias, lo cual nuestros protagonistas estaban apunto de ver.

- ¿Crees que debemos decirle a Dean sobre esto? - Preguntaba la única chica del grupo.

- Dean ya esta lo suficiente traumatizado como para decirle sobre esto.- Decía Richie mientras que ayudaba a Bill a acomodar esa especie de mapa que quería enseñarles.

- Lo sé, pero... Él también merece saber que es lo que pasa.-

Un pequeño silencio se hizo presente, seguido de unos pasos de Bill.

- Iré a llamarlo, e-esperen aquí.- Seguido de eso, solo se escuchó la puerta abrirse.

Caminó a paso lento mientras que vigilaba los alrededores de su casa con atención, como si alguien lo estuviera vigilando. Desde que había visto aquella alucinación de Georgie tenía más miedo de estar dentro que fuera de casa, se acercó al teléfono y empezó a marcar lentamente el número de la casa de los Bowers.

Uno...

Dos...

Tres...

Había marcado tres veces ya y nadie respondía. "A la cuarta va la vencida, pensó", con el corazón en la boca volvió a marcar, esta vez una voz conocida le contestó, pero no era Dean.

- ¿Hola, casa Bowers? -La voz era de Henry. Bill pasó saliva, tratando de sonar lo más tranquilo posible.

- ¿E-está Dean? -

Hubo un pequeño silencio, seguido de unos pasos que se hacia cercanos. Dean había ahora agarrado el teléfono.

- ¿Si? ¿Qué pasa? - La voz de Dean sonaba algo más ronca de lo normal.

-Dean... Tienes q-que venir... R-rapidam-mente.-

La voz de Bill resonó en la cabeza de Dean, de inmediato cortó la llamada y fue a su habitación corriendo, solo agarró una navaja que había encontrado entre algunos cajones. "Que conveniente", pensó, mientras que la metía en un bolsillo de sus pantalones cortos, salió corriendo mientras detrás de él azotaba la puerta.

[...]

Dean estaba solo a una calle de la casa de Bill. había sido la corrida más larga de su vida.

... Si es que hablamos de correr con las piernas, claro.

Finalmente estaba ya en la puerta de la casa. Tocó el timbre mientras que sentía los nervios carcomerle la cabeza, y las gotas de sudor pasar por su frente.

No habrían pasado más de diez segundos cuando Bill había ya abierto la puerta del garaje, haciendo que Dean tuviera que caminar otra vez.

Se acomodaron todos como pudieron, sentándose y otros de pie frente a aquella pared donde se veía aquel mapa, donde habían cosas apuntadas.

Bill pasó al frente y empezó a apuntar algunos puntos.

- Este lugar... - Tomó una pausa.- G-Georgie desapareció aquí.

Hubo un silencio entre todos, mientras que prestaban atención a lo que decía Bill.

- Si... Si juntamos los puntos y-y v-vemos la corriente y-y por donde fue desplazado... Su punto d-de encuentro es... - Apuntó un punto.

- La casa Neibolt... - Dijeron casi todos al mismo tiempo. -

- Fue allí... Donde ví a eso... - Un asustado Eddie declaró mientras que inhalaba su inhalador.

- Odio ese lugar... Cada que paso por allí siento que hay alguien mirándome. - Dijo Beverly.

Dean y Ben se voltearon a ver.

- ¿Es la casa abandonada? - Preguntó Dean lo obvio

- Sí. - Dijeron al mismo tiempo Stan, Ben y Richie. Soltandole al de pelo claro un "oh"

Bill hizo un ruido de carraspeo y cuando iba a proseguir. Eddie saltó de su asiento y sacó el mapa de la pared.

- ¡¿Qué estas haciendo?! ¡P-pon ese mapa! -

- ¡No! ¡No deberíamos estar haciendo esto! ¡Es verano! ¡S-somos niños! ¡E-estoy teniendo un ataque de asma! -

Antes de que ambos pudieran seguir peleando las imágenes cambiaron, dejando imágenes de la familia del tartamudo.

- Agh, s-se trabó. - Se agachó para arreglar la máquina, pero al hacerlo, rápidamente notó como en una foto, donde su madre tenía el rostro tapado, se iba repitiendo y acercando cada vez más a su madre.

Soltandole gritos de terror a los niños al darse cuenta de que Eso estaba allí, los había encontrado. Eso creyeron, hasta que Mike le dió una patada a la máquina, apagandola y dejándola en el suelo unos segundos. Todos tomaron una gran suspiro de alivio.

Pero ese alivio duró poco ya que Eso salió de la pantalla yendo a atacarlos, más bien, yendo a atacar a Beverly, que se había quedado sola en un rincón mientras que tapaba su boca y lloraba. Cuando aquel ente de dientes filosos estaba cerca de Beverly, Ben en un ágil movimiento subió la puerta del garaje, dejando que la luz entrase y el monstruo se vaya.

Beverly asustado fue hacia Ben.

- Ben... Gracias... - Agradeció, mientras que iba y se abrazaba a Bill.

Ben se quedó en silencio, mientras que Dean le daba unas pequeñas palmaditas en la espalda a modo de consuelo.

Dean estaba completamente dispuesto a darlo todo por sus amigos, incluso si eso significaba matar a alguien, o incluso, acabar con eso.

La adrenalina se le había subido demasiado a la cabeza y ahora estaba enfrente de que llamar casa.

- Bien... ¿Quién vigila? - preguntó el tartaja, mientras que veía como todos a excepción de Beverly y Dean levantaban la mano.

- Diablos... - murmuró el de gafas.

- Yo le entro. - dijo el rubio, mientras que se acercaba a la entrada junto a Bill.

- ¿Palitos? - preguntó Eddie

-Palitos. - afirmó el tartamudo.

Todos agarraron palitos y al ver quienes tenían los más cortos... Ellos debían entrar. Y los menos afortunados fueron tanto Richie como Eddie.

- Bien... Vamos dentro. - el rubio entró a la par de Bill, mientras que en asmático y el de gafas pasaron saliva, nerviosos por lo que fuera a pasar.

Todos sus pitaron nerviosos, mientras que Dean fue el primero que fue hacia las escaleras de aquella casa.

- ¡Espera! - frenó Eddie. -¿Debemos subir...? - preguntó, mientras que sentía que en cualquier momento le daría sus típicos ataques de asma.

-Sí. - Dijo Bill, mientras que seguía a Dean, subiendo lentamente las escaleras, con cuidado debido a que la casa era demasiado vieja.

Subieron finalmente las escaleras y se adentraron en aquel escalofriante pasillo.

𝙏𝙃𝙀 𝙎𝙄𝙉𝙂𝙇𝙀𝙎 𝘽𝙊𝙒𝙀𝙍𝙎 - [𝙈𝘼𝙇𝙀 𝙍𝙀𝘼𝘿𝙀𝙍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora