Retrocedieron asustados, mientras que aquel niño cambiaba de forma a la forma de un payaso. Bill apuntó con el arma a su cabeza, mientras que escuchaba los gritos de sus amigos diciendo que lo mate.
— No lo puedes matar...— Murmuró el moreno.— ¡No está cargada! — Gritó, pero Bill apretó el gatillo.
El payaso solo hizo convulsiones, mientras que corría hacia Bill, directo a morderlo. Por suerte este usó el arma para cubrir su boca, mientras Bill intentaba defenderse, Mike salió a golpear al payaso, pero este solo atacaba, mientras que se alejaba y apretaba la mandíbula del chico.
— ¡Suéltalo! — Gritó Beverly, mientras que el payaso apretaba más.
— No... Me iré con él y me llevaré a todos ustedes para alimentarme con vuestro miedo.— Vió la cara de los chicos.—O... Me llevaré solo a Bill y ustedes podrán vivir y prosperar hasta envejecer y sufrir lentamente.—
Los chicos iban a negarse, pero el tartamudo habló primero.
— Váyanse.— Pidió
— Bill, no...—
— Yo los metí en esto... L-lo siento, ahora, v-váyanse—
Richie se acercó, hasta quedar al lado de la montaña.
— Te lo dije, Bill.— Habló.— No quiero morir, todo es tu culpa. — Empezó a contar.— Me golpeaste en la cara, me metiste en agua asquerosa y me trajiste a esta maldita pocilga. — Acercó su mano a la montaña, de donde sacó un bate-— Y ahora... Tengo que matar a este maldito payaso. ¡Bienvenido al club de los perdedores! — Gritó, antes de darle un golpe al payaso en la cara.
Hizo que este fuera a atacar a Mike, sacando de su boca manos con piel quemada, como la de sus padres. Este se defendió, pero esto solo hizo que fuera a atacar de nueva cuenta a Ben, mientras que este iba a ser atrapado por aquella cosa pegajosa que salía de la boca del monstruo. Pero Bill agarró una cadena del suelo y lo golpeó, haciendo caer al payaso de espaldas.
Un Bowers con la adrenalina a tope cogió un desodorante en spray que aún servía —El cual era de el ahora difunto Patrick.— Agarró en encendedor y lo encendió. Quemando parte de la ropa del payaso, respiró agitado, mientras que oía como vomitaba sobre Eddie.
— Uh...— Se escuchó.
— Eugh.—
Eddie con mucho enojo agarró un trozo de fierro, mientras que gritaba un: "Te mataré" y lo golpeó. Derrotado y asustado, el payaso solo pudo ver a la única chica, que estaba frente a él, su rostro se deformó, hasta quedar con el rostro del padre de esta.
— Oh, bebé... ¿Aún eres mi niña? — La chica clavó un trozo de fierro en la boca el payaso, mientras que este se retorcía del dolor, quedando al lado de un pozo.
— Por eso no mataste a Beverly... Porque no te tuvo miedo. Ahora tú tienes miedo, porque te vas a morir de hambre y no volverás por aquí.— Bill habló, mientras que el payaso se alejaba con retorcijones. Murmuró unas palabras y cayó.
Todos suspiraron con alivio, mientras que Eddie sonrió al observar como los niños bajaban, mientras que Bill lloraba al haber encontrado el chubasquero de su difunto hermano, todos lo abrazaron, mientras que sentían empatía por el chico.
[...]
Caminó por las calles, estaba completamente sucio, tenia rastros de sangre, lo que sus amigos llamaban "aguas grises", liquido asqueroso de dudosa procedencia... Todo lo que tenía que ver con la falta de higiene. Dio pasos lentos, estaba en shock aún por lo que había pasado con su hermano y padre.
Se preguntó ¿Qué pensaría Connor si hubiera visto todo?, sonrió un poco al imaginarse la escena y las cosas si todo hubiera sido diferente, cuando llego al camino de su casa pudo ver a los policías... Pero no solo eso, vió que habían detenido a alguien, sus pasos pararon cuando se dió cuenta de quien se trataba sus ojos temblaron, mientras que su respiración pasaba a ser pesada y sus ojos soltaron pequeñas lagrimas de felicidad al ver que seguía vivo.
Corrió, mientras que iba a abrazarlo, pero al ver que los policías no se lo permitieron su felicidad bajó.
— ¿Qué...?
— Lo llevaremos a juicio. Mientras tanto, como nuestro deber te dejaremos en casa de alguien que pueda cuidarte.— El chico pensó, el primer nombre que pasó por su cabeza fue "Connor" — eso, hasta que encontremos algún familiar.
No estaba prestando del todo atención, pero por una razón que hasta el día de hoy no sabía, recordó la nota que Henry le había dejado hacia ya unos meses, recordó el diario, mientras que su cuerpo solo reaccionó, corriendo hacia su habitación, donde fue al cajón donde guardaba sus calcetines, lo sacó, mientras que agarraba un bolígrafo. El policía lo miró con disgusto, mientras que lo jalaba para que vaya a la patrulla.
[...]
Agitado llegó al lugar donde ya hacia su hermano, con algo de temor se aproximó a su habitación, toco tres veces la puerta antes de abrirla con aquellas llaves que le había robado a la enfermera mientras que la distraía.
Suspiro en cuanto vio como su hermano estaba acostado en la cama de aquella, cerró la puerta detrás de él mientras que se acercaba con una pequeña sonrisa y una bolsa blanca en manos, bolsa que a pesar de ser casi translucida aún no lograba verse del todo el contenido de dentro.
— Hen...— Llamó, mientras que el mayor de los Bowers lo miraba, sonrió levemente, mientras que se levantaba, pero se tambaleo un poco, por lo que Dean tuvo que sostenerlo.—Joder... ¿Cuánto te drogaron? — Preguntó con burla, pero preocupación a la vez.
El mayor solo rio un poco mientras que apoyaba su mentón en la cabeza del chico, suspiró.
— Mierda... Jamás creí que te extrañaría tanto.— El menor pasó saliva nervioso, y algo triste.
—Yo... ¡Te traje algo! —Dijo de golpe, dejando a su mayor confundido. Dean lo ayudo a sentarse en la cama.—Ten...
Le entregó la bolsa y Bowers con mucha curiosidad la abrió, dentro habían tres cosas, un paquete de bolígrafos, tres cuadernos, dos completamente nuevos y uno que tenía escrito en la portada "my diary", Henry abrió los ojos, reconoció ese cuaderno al instante. Lo miró confuso y sorprendido.
— Hay algo más.— Le dijo Dean, mientras que suspiraba nervioso.
Rebuscó, encontrando una nota, leyó la nota en voz baja.
— "Desearía poder decírtelo de otra forma o no hacerlo, pero simplemente no puedo dejarte sin explicaciones..." ¿Qué? — Volteó a ver al menor, quien solo miraba al suelo. Al ver eso, prosiguió.— "Me iré de Derry, te dejé aquellos bolígrafos para que me digas que es lo que te pasa cada día, para cuando vuelva pueda leerlo, no será los mismo, pero tambien intentaré llamar al centro o algo..." — Sus ojos empezaron a lagrimear, ya había perdido a su hermano una vez, no quería volver a hacerlo.— "Me iré de Derry, iré a vivir con la tía Emma y con Connor, no volveré hasta a unos años. Yo no quiero irme, pero... Tampoco tengo opción." — El mayo apretó los dientes con rabia, mientras que miraba a su hermano, el cual ya se estaba levantando para irse. —¡Dean! — Le gritó.
El chico hizo caso omiso, mientras que evitaba ver al mayor, Henry no podía verlo, pero estaba llorando demasiado.
— ¡Dean Liam Bowers! — Lo llamó por su nombre completo, mientras que se intentaba levantar, pero simplemente se le hacía imposible. —¡Dean, porfavor! — Rogó con desesperación en cuanto vio como el chico salía de la habitación, mientras que la cerraba.
Dean se dejó caer sobre sus rodillas mientras que tapaba su boca, evitando salir el llanto. Intentó tomar la compostura, se levantó mientras que veía su mano, donde estaba aquel encendedor que hace días ya había usado, suspiró, mientras que agarraba las llaves y las dejaba tiradas por algún lugar del psiquiátrico.
Finalmente salió, mientras que sentía una ráfaga de aire chocarle a la cara, el verano estaba acabando y el invierno se estaba aproximando.
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𝙏𝙃𝙀 𝙎𝙄𝙉𝙂𝙇𝙀𝙎 𝘽𝙊𝙒𝙀𝙍𝙎 - [𝙈𝘼𝙇𝙀 𝙍𝙀𝘼𝘿𝙀𝙍]
Fanfiction- ¡No me puedes dejar allí! -Gritaba Dean en la parte trasera del coche- ¡¿No recuerdas el accidente, mamá?! - - Yo nunca olvido, hijo. - Respondió su madre- Pero creo que te caería bien pasar el verano con tu hermano y tu padre, después de todo de...