En La Villa Del Desierto [Yoonmin]

La Huida

La luna colgaba en el cielo como un farol brillante mientras el rey Yoongi se encontraba en la sala del trono, enfrentando a su padre, el rey anciano de Egipto. La sala estaba llena del silencio tenso que precede a una tormenta, mientras los dos hombres se miraban intensamente, las emociones y la historia compartida entre ellos tejiendo una red compleja de conflictos y lealtades.

"Padre", comenzó Yoongi con voz firme, "mi corazón pertenece a Jimin y a nuestro hijo. No puedo abandonarlos por un matrimonio que nunca elegí. Mi deber como rey es proteger a mi familia, no sacrificarla en nombre de las tradiciones."

El padre de Yoongi, un hombre de rostro endurecido por los años y la autoridad, fulminó a su hijo con una mirada implacable. "Tu deber es con el reino, Yoongi. Debes proteger nuestra dinastía, y eso significa mantener tu matrimonio con la reina. No permitiré que un amor del desierto te lleve por un camino que destruirá todo lo que hemos construido."

La tensión en la sala se cortaba con un cuchillo mientras los dos hombres seguían discutiendo, palabras afiladas como espadas envenenadas. Finalmente, Yoongi se alejó, con los hombros tensos y la determinación ardiente en sus ojos. Sabía que no podía ceder ante las amenazas de su padre; su amor por Jimin y Ayari era más fuerte que cualquier lazo de sangre o deber real.

Esa noche, Yoongi se reunió en secreto con Jimin y sus guerreros de confianza en el desierto. Las sombras bailaban en la arena mientras los cuatro hombres planeaban su escape. La decisión se había tomado: iban a huir juntos, lejos de las garras del reino que amenazaba con separarlos.

"Debemos irnos esta misma noche", dijo Yoongi con urgencia en su voz. "No puedo permitir que mi padre dañe a mi reina o a nuestra familia. Nos llevaremos a nuestros guerreros y a mi amigo Jungkook. Juntos, seremos lo suficientemente fuertes para enfrentar cualquier desafío que se nos presente."

Jimin asintió con determinación, sus ojos grises brillando con valentía. "Estoy listo, Yoongi. Estoy dispuesto a enfrentar cualquier cosa con tal de estar contigo y Ayari."

El grupo se preparó en silencio, sus corazones llenos de esperanza y miedo. Sabían que el camino por delante sería peligroso y desafiante, pero también sabían que estaban unidos por un amor que había soportado el tiempo y la distancia.

Bajo el manto de la noche, con las estrellas como testigos silenciosos, Yoongi, Jimin, Ayari y sus leales guerreros emprendieron su huida. La arena del desierto susurraba bajo sus pies mientras avanzaban hacia un futuro incierto, pero juntos, se sentían invencibles. En el corazón de la oscuridad, el amor brillaba como una luz guía, iluminando el camino hacia su libertad y felicidad.