Capítulo 14

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—Mi oferta sigue en pie, no te guardo rencor por haberte ido y dejado a medias—dijo David con una sonrisa.

—Y mi respuesta sigue siendo no—murmuró Bill.

—Vamos...Tom no sabe nada y no porque no haya tenido oportunidad—explicó David— ¿Cómo crees que se sentiría si supiera lo que me has hecho?

—No te he hecho nada—dijo Bill con firmeza.

—Esa es tu versión de los hechos, pero si le cuento otra distinta....

Se echó a reír al ver la cara de miedo que ponía Bill. Alargó la mano y le abrió la puerta para que entrara en el coche. Le tenía cogido por los huevos...

—Solo vamos a tomar algo, nada más—dejó Bill muy claro—Y a un sitio público.

—Está bien...por esta vez—aceptó David sonriendo—Y para que veas que soy legal, te doy ahora el dinero, para que no pienses mal.

Metió una mano en su chaqueta y sacó la cartera esperando a que Bill le dijera el precio.

—Tú dirás—murmuró cansado de esperar.

—Por una copa no te pienso cobrar mucho. Lo de siempre, 200€—susurró Bill sin mirarle.

David le ignoró y sacó 1000€ que dejó sobre su regazo.

—Bill, vales tu peso en oro no te infravalores—dijo poniendo el coche en marcha—Me sé de un bar que abren esta noche, lo iremos a inaugurar.

Bill se encogió de hombros y se metió el dinero en su bota derecha junto con sus armas de trabajo. Se acomodó en el asiento y pasó todo el viaje en silencio, ignorando las lascivas miradas que David le dirigía.




Entraron en el bar a la media hora. Era un local nuevo y estaba medio lleno. Dieron una vuelta hasta dar con un rincón apartado en donde poder "hablar" sin ser molestados. Nada más ver pasar a una camarera, David pidió dos copas. Esperaron hasta que se las sirvieron y mientras que Bill solo se mojaba los labios, David la vació de un trago.

— ¿Pedimos otra? —preguntó David.

—Haz lo que te dé la gana—murmuró Bill resoplando.

David soltó una carcajada y levantó la mano pidiendo otra ronda que se bebió también de un trago. Bill le miraba con un gesto de esperanza en la cara, con un poco de suerte se emborracharía y se caería redondo.

— ¿Bailamos?—preguntó David de repente.

Iba a negarse, pero no le quedaba más remedio que obedecer. Si se conformaba con un baile...

David sonrió encantado al verle asentir. Cogió su bebida y la dejó sobre una mesa junto con la suya. Le cogió de la mano y poniendo la otra sobre su cintura empezaron a moverse al compás de la música en el mismo sitio en el que estaban.

—Hueles muy bien—susurró David enterrando la cara en la curva del cuello d Bill.

Bill se dejaba hacer, que remedio. Apartó la cara para que no le llegara el fétido aliento de David, que apestaba a alcohol. Desvió la mirada y la fijó en lo primero que vieron sus ojos. Una pareja charlaba animadamente en la barra, el chico tenía cogida por la cintura a la chica, que se le arrimaba y le comía el cuello con los labios, tal y como David le hacía en esos momentos....y tanto le gustaba a Tom.

Pensar en Tom le hizo cerrar los ojos y maldecir por lo bajo, hasta le parecía verle en cada persona que pasaba delante de sus ojos, como en ese chico que tenía ahí mismo.....

Pretty BillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora