Capítulo 15

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Entró en Dior sin poder evitar esbozar una amplia sonrisa. Saludó a las dependientas que se encontraban en la sección de maquillaje y con una inclinación de cabeza saludó a Georg, ocupado con un matrimonio que buscaban ropa para un momento especial, como él...

Subió las escaleras y fue directamente donde estaban las cazadoras de cuero. Allí había un joven dependiente que era nuevo y se dirigió a él.

—Buenos días—saludó con una amplia sonrisa.

—Buenos días señor, ¿en qué puedo ayudarle? —preguntó el dependiente con mucha educación.

—Busco una cazadora de cuero, hoy hago un mes con mi novio y vamos a celebrarlo—explicó Tom sonriendo más al decir la palabra novio.

—Pues ha venido al lugar adecuado, acabamos de recibir los últimos modelos. Permítame enseñárselos—dijo el dependiente haciendo un gesto con la mano.

Tom asintió y echó a andar hacia el rincón que le señalaba. En varias pechas colgadas había varias cazadoras aún medio empaquetadas, con una funda de plástico para que no se estropearan. El joven dependiente se las dejó mirar, y pasó percha por percha hasta dar con una que le llamó mucho la atención.

Era toda negra y entallada. El dependiente alabó su gusto y la cogió para enseñársela.

—Dígame cual es su talla—dijo el dependiente mirando la etiqueta.

—Yo diría que la mediana, pero no estoy muy seguro...—murmuró Tom arrugando la frente.

—Descríbamelo, tal vez le pueda ayudar.

—Pues...es muy alto, delgado....guapo....—explicó Tom riendo por lo bajo— ¿Por qué no te la pruebas tú? Eres tan delgado como él, así me haría una idea.

El dependiente asintió y le señaló la zona de probadores para poder tener a mano un espejo. Se quitó la americana negra que llevaba se puso la cazadora de cuero que Tom había elegido.

Se la abrochó mirándose al espejo y se dio media vuelta para que Tom le viera.

—Si, esta es su talla—murmuró Tom caminando hacia el dependiente.

Dio una vuelta alrededor de él y sin mediar palabra se le acercó y le besó en el cuello.

—Señor....creo que se confunde, y a saber que dice su novio—protestó el dependiente en voz baja.

El jefe andaba cerca y podía reñirle por tomarse esas libertades...

—Mi novio es muy comprensivo—susurró Tom a su oído—Y no te preocupes por el jefe. Conozco a Georg y sé que no dirá nada.

Como última travesura, se atrevió a bajar una mano y pellizcarle el trasero a través de la fina tela del pantalón negro que llevaba. Sonrió al escuchar el pequeño grito que se escapó de los labios y se retiró suspirando.

—En fin....me la llevo—dijo Tom dando un paso atrás.

El joven dependiente asintió en silencio y se apresuró a quitarse la cazadora antes de que se le ocurriera meterle mano en mitad de la tienda. Recuperó su americana y se la puso.

Bajó al piso inferior seguido de Tom, en donde dobló la cazadora y la metió en una caja que él mismo empaquetó como regalo.

— ¿Pagará con tarjeta o en efectivo? —preguntó tras meterla en una bolsa de Dior.

—Tarjeta—contestó Tom sacando la cartera.

—Necesito un documento de identificación—murmuró el dependiente.

Pretty BillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora