Capítulo 3

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Notas del capítulo:

Solo decir que los precios por los servicios de Bill pueden ser algo exagerados, pero bueno, siendo Bill se pagaría eso y mas por estar toda una semana con él.

Escribí parte del cap escuchando "Quiero despertarme contigo", de Rebeca Jimenez






Amaneció y Tom lo vio desde la cama. Tumbado de costado no quitaba los ojos de la desnuda espalda que yacía a su lado. Tras hacer el amor, le dio pena decirle que se fuera, sobre todo al ver como se acurrucó a su lado mientras recuperaba el aliento.

Suspiró y tras coger las sábanas los tapó a los dos y se quedaron dormidos al instante, cansados de las emociones vividas.

Le escuchó suspirar en sueños y sonrió. Llevó una mano a su pelo que caía por la almohada y lo acarició con suavidad. Nunca antes había estado con alguien como Bill...

No lo entendía, él no era gay pero fue verle y empezar a pensar que era muy especial, le gustaba su compañía a pesar de lo que era. No quería pensar que había actuado así solo porque le estaba pagando, quería pensar que él también sentía algo por él.

Sacudió la cabeza resoplando. Eso no era posible, Bill era un chico de la calle. No se lo imaginaba viviendo a su lado, en un piso lujoso y llevando trajes caros. No... ¿verdad?

Salió de sus pensamientos cuando le escuchó de nuevo suspirar. Retiró la mano que aún tenía sobre su pelo y le vio darse la vuelta sonriendo. Entonces fijó los ojos en sus labios. Recordaba no haberlos probado y se moría de ganas de hacerlo. Solo un beso, uno pequeño...

Resopló y decidió levantarse. Si seguía observándole de esa manera no tardaría en despertarle y volver a hacerle el amor. Salió de la cama con cuidado de no despertarle, dejándole mejor tapado con la sábana para que no se enfriara.

Salió desnudo del dormitorio y suspiró al ver su ropa tirada por el suelo del salón. La recogió y dejó sobre el sofá. Las botas de Bill estaban en un rincón y allí las dejó. Entró en el baño y se dio una ducha rápida.

Se secó y ajustó una toalla a su cintura. Regresó al dormitorio comprobando que Bill aún dormía. Se puso una muda limpia y un pantalón de chándal gris con una camiseta blanca.

Escuchó un suspiro a su espalda y se volvió sonriendo. Bill se estaba despertando y le vio pestañear gruñendo porque la luz le hacía daño a los ojos. Vio como los abría poco a poco y enfocaba en él la mirada.

Tenía los ojos castaños, como él. El maquillaje lo tenía algo corrido en unas partes, pero quitando eso tenía una belleza innata, más a primera hora de la mañana...

— ¿Qué estás mirando?

Pegó un bote en la cama se había perdido en sus pensamientos y le había pillado mirándole con una tonta expresión en la cara. Carraspeó y vio como en sus labios aparecía una amplia y dulce sonrisa.

—Buenos días—saludó él también sonriendo.

—Si...muy buenos...—contestó Bill bostezando.

Le vio estirarse arqueando la espalda, haciendo que la sábana se le resbalara y dejara al descubierto su estrella tatuada. No podía apartar los ojos de ella, pensando en lo que había más abajo...

Pretty BillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora