Call of Love [FreenBecky]

#3. Miradas.

-Entonces no te besó.- más que una pregunta, fue una afirmación de parte de Nam.

-La situación con su hermana no lo permitió.- respondió Freen tomando un sorbo de su milk tea, tratando de no sonar decepcionada, pero Nam la conocía como a la palma de su mano.

-Ay Freen.- la castaña notó como su mejor amiga suspiró y negó con la cabeza como si estuviera viendo un caso perdido

-¿Por qué siento que estás compadeciendome?.- alzó una ceja y miró dudosa a su mejor amiga por su gesto.

-¡Porque lo estoy!.- exclamó coml wi fuera lo más obvio del mundo.- Llevas como un año esperándo una simple señal de que le gustas también y justo cuándo pasa, dejas que cualquier cosa lo arruine, y encima ¿sólo lo abrazaste para consolarlo?.- terminó con un tono burlón.- y yo creía que Armstrong era el lento entre ustedes dos.- llevó un bocado de galleta a su boca sin dejar de reírse.

-Nam, no quería agobiarlo sabiendo que estaba pasando un momento duro.- negó con la cabeza desaprobatoriamente por lo que le decía la pelinegra.- no sabes cómo se puso porque no estabas allí... yo lo vi llorar, vi el dolor y el enojo en sus ojos cuándo estaba contándome todo.- suspiró dejando su vaso en la mesa y jugando con las gotas que resbalaban por la superficie de este.- El me gusta en serio, amiga.- no apartaba la mirada del vaso.- quiero que me vea como un apoyo emocional, que sepa que estaré para él no solo en las buenas, sino también en las malas. Que sepa que las cosas conmigo van más allá de lo carnal y que puedo consolarlo cuándo se sienta mal.

-Freen, eres una maldita cursi.- Nam rodó los ojos y tomó de su te.- y tienes que dejar de pensar así.- la señaló con su dedo índice a manera de exhortación.- los hombres sólo buscan con quién tener sexo, ¿por qué crees que hay tantos hombres casados que buscan amantes?... tienen en casa a alguien que está con ellos en las buenas y en las malas, que son un apoyo en su hogar, que les atienden, ¿y que hacen ellos?, buscan con quién más coger.- rió amargamente.- a ellos no les importa si eres una buena mujer o no.

-Richie no es así, él es un buen hombre.- lo defendió frunciendo el ceño.

-Es un hombre.- Nam rodó los ojos por enésima vez. Completamente fastidiada por la credulidad de su amiga.- el hecho de que sea un nerd, no quiere decir que no pueda ser un patán.

Freen soltó una risita resignada, tratando de calmarse para no iniciar una disputa con su mejor amiga. Sin embargo, una duda se apoderó de ella y es que, desde que le habló a la pelinegra acerca de su flechazo con el castaño, esta se encargaba de que se desilusionara de él a como dé lugar.

-¿Que te hizo Richie para que le tengas tan mal concepto?.- preguntó con una de sus cejas alzada. Realmente quería saber el porqué de su extrema oposición.- siempre te empeñas en que vea lo peor de él.

-No me da buena espina, es todo.- se encogió de hombros tomando de su bebida.- y le tengo mucha fe a mi sexto sentido, muy rara vez me falla.

Freen asintió resignada, sabía muy bien cuándo Nam mentía y esa vez no lo estaba haciéndo, estaba siendo muy sincera. Para la castaña, era casi imposible imaginarse a Richie siendo un patán, lo conocía como un hombre sensible y dulce, no como un idiota.

Ambas continuaron comiendo y conversando de temas cualquiera, como era costumbre cada que se reunían en las tardes. Esta vez habían decidido ir a una cafetería nueva y el ambiente había sido lo que las había hecho querer quedarse más de lo normal. Era un lugar tranquilo, el blanco predominaba en la decoración, junto con el verde de las plantas. Todo era muy minimalista y el personal era muy atento. Además, la suave música de fondo era muy buena.

Freen se disculpó con su amiga para ir a usar el baño, dónde se quedó un par de minutos lavando sus manos y acomodando su cabello largo para que este luciera tan perfecto como le gusta. Freen sabe que es una mujer muy atractiva, le gusta llamar la atención de las personas, es por eso que siempre se asegura de verse perfecta. Como justo ahora, que estaba retocando su labial de un leve tono rosa que los hacía resaltar sin perder la naturalidad. Luego de un último vistazo en el espejo y pasar su mano por su cabello una última vez, salió del baño para volver con su mejor amiga.