#14. Es mi madre.

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Tal como lo dijo la noche anterior, Becky despertó muy temprano para salir a correr y para su sorpresa, en la mesa de noche a su lado, estaba un conjunto deportivo acomodado junto con un cepillo de dientes. Becky sonrió viendo a Freen dormida plácidamente. Con cuidado de no hacer ruido, salió después de lavar sus dientes y vestirse. En la calle, comenzó a estirarse y arrancó su ruta de la mañana por las calles del bonito vecindario dónde vive Freen. Las casas allí eran bastante bonitas, se podría decir que era un vecindario de clase media alta, le recordaba a la urbanización dónde viven sus padres, a quienes no visitaba desde unos meses atrás.

Por su parte, Freen intentaba acomodarse para seguir durmiendo, pero por más que lo intentaba, no lograba conciliar el sueño. Bufó frustrada despertándose. Al mirar hacia el otro lado de la cama, notó que estaba vacío, la ropa ya no estaba sobre la mesa de noche, lo que significaba que Rebecca ya había salido a correr. Sarocha decidió levantarse de una vez por todas y fue directo al baño para hacer su rutina de aseo matutino. Su espalda dolía al igual que su cuello, había pasado una mala noche.

Una vez lista su rutina, fue a la cocina para preparar un poco de café y un desayuno, pero antes de siquiera empezar escuchó una leve voz y pasos proveniente de la entrada de su casa, por lo que fue a ver de qué se trataba. No pudo evitar soltar una carcajada cuándo vió por la mirilla a una Rebecca caminando de lado a lado, mientras se tomaba la cabeza pensando en cómo entrar. No lo había pensado al salir, pero no tenía ni la más mínima idea de como volver a ingresar sin despertar a Freen, y no quería hacer eso. Freen disfrutó verla preocupada, cuestionandose si tocar el timbre o no, y fue justo cuándo decidió sentarse en la pequeña escalera de la entrada para esperar, cuando Freen abrió la puerta muerta de la risa.

-Buen día.- comentó entre risas, atrayendo la mirada de Rebecca, quién se levantó enseguida.

-¿Te desperté?.- preguntó con una expresión de arrepentimiento en su rostro.- lo siento mucho, yo no...

-No me despertaste, Rebecca, ya llevo rato despierta.- negó con la cabeza aún riendo.- pasa.

La pequeña ingresó de nuevo a la casa y dentro decidió sacarse por fin el jersey que la cubría, quedando sólo con una camiseta de tirantes. Freen dejó de reírse apenas la vió sin el jersey, abriendo paso a un silencio absoluto, dónde sólo se escuchaban sus respiraciones. Los músculos de Becky estaban contraídos por el movimiento que hacía para sacarse la prenda y su piel aún sudada brillaba magníficamente. Freen estaba hipnotizada con el movimiento sube y baja de su pecho y clavículas sudadas.

Nunca en la vida, una persona sudada le había provocado tanto deseo como Rebecca. Se sentía completamente acalorada viéndola y sólo había algo que quería hacer... besarla. Era como un anhelo insano el querer tener sus bocas juntas. Dió un par de pasos hasta estar a centímetros de la pequeña, quién la miró atentamente mientras Freen seguía hipnotizada en las gotas de sudor que resbalaban por su cuello. Alzó su mano para delinear sus clavículas, sintiendo la piel caliente debajo de sus yemas, Rebecca sólo se dedicaba a observar la expresión hambrienta en su rostro, su cuerpo comenzaba a reaccionar ante esa mirada. Freen siguió pasando sus dedos por sus clavículas, ahora subiendo por su cuello, llevándose un poco de sudor en ellos, hasta posicionar su mano completa en la nuca de Rebecca y hacer presión ahí. Se quedaron mirándose a los ojos, las palabras no hacían falta porque sus miradas lo decían todo. Poco a poco se fueron acercando más, hasta que sentían la respiración de la otra.

*Escuchar Not Afraid Anymore by Halsey en repeat*

-No sé que es lo que me estás haciéndo, Rebecca...- rosaron sus labios apenas.- pero no te detengas, me gusta.

Tras esto, unieron sus bocas en un beso apasionado. Ambas suspiraron al primer toque de sus labios, habían extrañado la sensación desde la noche anterior. El beso esta vez era lento, pero muy profundo, como si quisieran grabar cada parte de sus bocas en sus memorias. Las manos de Rebecca fueron directo a la cintura de Freen para pegarla a su cuerpo, mientra que las de Freen recorrían el cuello y las clavículas de Becky. Comenzaron a caminar sin separar sus labios, la más alta siendo la que las guió hasta el sofá, dónde hizo que Rebecca se sentara y acto seguido ella se sentó en sus piernas, a horcajadas.

Call of Love [FreenBecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora