#5. Su olor.

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-Esto no puede estarme sucediendo.- pensó Freen al notar como el motor de su auto se apagó por segunda vez en menos de 5 minutos. Intentó encenderlo nuevamente y esta vez no funcionó.- ¡joder!.- murmuró golpeando el volante luego de intentar encenderlo varias veces más.

Se bajó del automóvil con una mano en su cintura y la otra en su frente, estaba preocupada. Justamente todo se había puesto en su contra esa noche. Para comenzar, tuvo que salir tarde de la oficina porque tenía que enviar un reporte; su celular se había descargado por completo y olvidó el cargador en su casa; encima su carro comenzó a fallar justo en una zona bastante oscura y solitaria. No sabía que hacer, no podía llamar a Nam, mucho menos a Richie, tampoco había alguien alrededor para pedirle ayuda. Estaba muerta de miedo. Bangkok no es una ciudad muy insegura, pero tampoco es la más segura del mundo, sobretodo no para una mujer sola, en medio de la noche, con tantas cosas de valor.

A lo lejos logró ver como dos luces se acercaban, lo que parecía ser un automóvil venía a baja velocidad, por lo que encendió las luces intermitentes para que la pudieran ver y alzó las manos pidiendo que se detuvieran a ayudarle. El auto con vidrios polarizados se detuvo a su lado y al bajar la ventana del copiloto, pudo ver cómo dos hombres la veían sonrientes.

-Buenas noches, muñeca, ¿necesitas una mano?.- el conductor del vehículo la miró con unos ojos llenos de maldad, haciendo que cada vello en su piel se erizara del temor que sintió al ver esos ojos.

-Ehmm... no, gracias... estoy esperando a alguien.- dijo Freen tratando de no mostrarse asustada ante los sujetos. Tenía un mal presentimiento.

-¿Entonces por qué alzaste la mano para llamarnos, preciosa?.- esa vez habló el copiloto, relamiendo sus labios mientras veía de arriba abajo a Freen.

-Yo... creí que era mi novio, porque como les dije ya viene para acá.- mintió esperando que los hombres decidieran irse.

-Vale, te haremos compañía entonces, bonita.

-No es necesario.- el corazón de la mujer comenzó a latir con fuerza, estaba examinando el entorno para saber hacia dónde podía correr en algún caso de emergencia. Por suerte llevaba tenis esa noche.

-Insisto.- el copiloto abrió la puerta del auto para bajarse cuándo el sonido de alguien aclarandose la garganta lo hizo girarse.

-Estoy casi segura de que la chica dijo que no necesita su compañía.- una voz femenina se hizo presente, Freen y el hombre la miraron.

Ninguno se había dado cuenta del sonido de la motocicleta cuando se acercaba, tampoco cuándo se detuvo detrás del auto de Freen. La mujer levantó una de las solapas de la chaqueta que llevaba y dejó ver en su cintura, un arnés que contenía un arma.

El hombre alzó las manos en señal de rendición y luego de dedicarle una mirada con lascivia a Freen, se subió de nuevo al auto y arrancaron. Freen suspiró un poco aliviada, pero el temor no desaparecía porque aunque la persona del casco la había defendido, estaba armada y encima era una desconocida. No se fiaba de nada.

-Muchas gracias.- dijo Freen mirando a la mujer frente a ella, esta aún llevaba su casco cubriendo toda su cabeza por lo que no podía verle el rostro.

-No hay de qué.

La mujer acomodó su chaqueta y acto seguido se sacó el casco con delicadeza, sacudiendo su corto cabello suelto. De pronto, al reconocer ese bello rostro, todo comenzó a suceder en cámara lenta para Freen, era la mujer que había visto en la cafetería esa tarde. Cualquier rastro de temor, desapareció en cuánto los ojos de ambas se cruzaron. Nuevamente esa sensación desconocida se apoderó de sus cuerpos, tal y como cuándo cruzaron miradas en la cafetería.

Call of Love [FreenBecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora