Delirio

10. Celo mañoso

Katsuki tiene una gran sonrisa en el rostro
–Debemos salir sin que nos vean...o en la facultad dirán millones de cosas
Me apretujo a su lado, gruñendo un poco. A lo que solo sonreí, jamás había visto a un Alfa en celo, ni si quiera a mi mamá ya que solía desaparecer por esos días.
-Kats quieras o no...nos verán sino me sueltas, lo sabes?
Solo gruñó por lo bajo oliendo mi cuello lentamente
-Por un lado mejor....ese maldito vera que no debe rodearte
Dijo lo último en casi tono bajo que sino estuviésemos tan cerca no le hubiera escuchado
-A donde vamos entonces, Katsuki?
Me acerca más a su pecho. Aún manteniendo su rostro en mi cuello.
-Mis papás me rentaron un maldito departamento para estas situaciones...ahí no habrá nadie más que tu y yo...pequeño zuzu, no te da miedo?
Sentí como pasaba su lengua delicadamente por mi cuello, sorprendiéndome por lo que había hecho mientras aprovechaba para acercarme más a él.
-es gracioso como reaccionas ante mi, pequeño zuzu. Lo más probable es que aquí ya estés mojado para mi...o me equivoco?
Me sonrió mientras bajaba su mano en dirección a mi pantalón
-No...kats pueden escucharnos...
Sonrió arrogante
-Que vean como pongo a un Omega como tu...por lo que veo estas más que mojado...dime zuzu quieres que te lo meta aquí?
Mi cuerpo había reaccionado ante sus palabras, abriendo mis piernas para que siguiera su camino de exploración.
-Estas deseoso, verdad zuzu? Quieres tanto de mi?
Mordisqueo un poco mi cuello a lo que mi cuerpo se estremeció forzandome a cerrar los ojos.
-Zuzu...tu cuerpo anhela mis toques eh?
Sonrió orgulloso de decirlo
-Vamos a ir...yo igual te tengo ganas mendigo Omega
Aun abrazándome salimos de aquel pequeño baño

16 de abril de 2043

Ha pasado un día que llegué a casa, y de la regañaba que me llevé por parte de mi madre. Si que ha gritado al cielo pero por suerte no desconfío mis mentiras...aunque me duele un poco el corazón de que no pueda decirle. Se que no querrá que tenga cosas de una aventura con un Alfa, que su amado hijo este de enredadera con un Alfa que me trataba mal, espero que después de siquiera estos días su trato hacia mi cambie. Esperando con entusiasmo estoy enfrente de la facultad, debo presentar que por problemas del celo no pude asistir así que debo pasar a la oficina principalmente.
Antes de llegar observo a Katsuki, esta hablando con alguien más, cuyo nombre desconozco. ¿Debía acercarme y saludar o que hacen los Omegas cuando pasan el celo con un Alfa?
Katsuki me mira de reojo, pero no observo alguna reacción. Supongo como había dicho no quiere que haya rumores absurdos. Sigo mi camino a la oficina central, debía tramitar mi falta para entregarla a los profesores.
-Hey tu...
Era Kats...
Me volteo a observarlo, esta serio y el otro chico esta ocultando una sonrisa.
-mi amigo dice que la sala de los Omegas esta de la otra dirección que te largues de donde sea que hayas venido. No quieren Omegas por aquí.
Escupió cerca mio. Que mierdas pasaba
-No me iré, Kats
Se queda perplejo, pero el otro chico comienza a reír
-Vaya amigo, un Omega te ha puesto en tu lugar eh?
Katsuki endureció su rostro. Algo malo iba a pasar, estoy seguro.
No pude observar tan rápido como el puñetazo que había recibido, no lo merecía. No había razón.
Mis lágrimas querían salir, pero no las merecía. Ni el ni nadie.
Quería decirle millones de cosas sin embargo, ni una salía. Tenía un nudo en la garganta que me estaba ahogando.
Huir, es algo que los Omegas siempre suelen hacer, y quería hacerlo. Debía.
Sin decir más di media vuelta y camine lejos de ahí sin agachar la mirada.
Se que no debía aceptar esto, y me iba a permanecer así. Es hora de ser un Omega diferente. Tomar mi camino y ser un gran enfermero y salvar a millones de personas.
No debí huir así sin decir más, sin embargo ya lo hice, con la frente en alto porque no quiero ser uno de esos omegas que agachan la cabeza ante los demás, quiero ser importante y ser feliz. Por mucho que esto cueste trataré que sea feliz.