Capitulo 2

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Recuerdos.

—¿Qué haces ahí tu solo? —Esas fueron las primeras palabras que Neona había dirigido a Zeven, las primeras palabras que alguien le había dirigido qué no eran juzgandolo, acusándolo o insultándolo.

—Algún día, el bosque será mi reino, así que admiro el follaje de las hojas de los árboles, los troncos y me uno al espíritu del bosque para crecer con el.

—Enseñame a crecer con el bosque. —En ese momento Zeven miro a Noena a los ojos pensando si de verdad en el mundo habia alguien dispuesto a creer en lo que hasta el momento solo él creía, en si mismo. Tomo la mano de Neona y la atrajo a la sombra donde el se ubicaba, Neona no sabia pero Zeven estaba parado en el pico de un risco debían haber más de treinta metrosde altura y aun así los árboles sobrepasaban al risco y seguian a lo más alto del bosque.

—Debes cerrar tus ojos, respira lento y exhala igual, escucha el sonido de los árboles, pájaros, únete al latido de los animales que corren por el bosque y respira el aire del bosque. —Zeven no sabia si ella sentiría lo mismo que el sentía al hacer la unión al bosque pero se lo explico y ella siguió sus indicaciones.

Al ser niños, los seres de este mundo forjan un lazo con el reino donde crecen a esto los ancianos llaman "La Unión" pasa pocas veces y en muy pocos niños de luz, de cada 100 solo un niño puede realizar la unión con éxito, esto los vuelve uno con el reino, sus sentidos se agudizan y al estar en un entorno igual o parecido el de su reino sus reflejos, fuerza, e inteligencia aumentan, van más allá de sus límites. En el caso de Zeven y Neona era especial pues ambos lograron realizar la unión con el bosque y; al hacerlo juntos sus espíritus también coenectaron. Zeven sentía como Neona ahora crecía más y se dio cuenta de que no encontraría otra como ella aunque pasaran 100 ni 1000 años más.

—¿Como supiste que esto podía hacerse Zeven?

—¡Neona! —Ambos niños voltearon por el grito de llamado. —¿Que haces de la mano con ese perdedor?

—¡No le digas así! —Grito ella con rabia en su rostro.

—Apartate de ella. —El otro niño, empujó a Zeven haciendo que este resbalara y callera al estar cerca del borde Zeven callo y quedo colgado del borde del precipicio.

—¡Dejalo! —Grito Neona con fuerza, pero el niño no venía solo, tres más venían con el y sujetaron a Neona para que no hiciera nada.

—Vaya, Vaya, si es el niño que se convertirá en Rey. —Los niños rieron con fuerza. —Oh perdone usted su real majestad, qué le pise la mano. —El niño piso a Zeven con fuerza de la única mano de la que se sujetaba, Zeven resbaló un poco más. —Chicos, ¿Un Rey pediría ayuda?

—No. —Contestaron los niños.

—Y tu Zeven, ¿Pedirás mi ayuda para subir?

—Te lo dije patético trozo de luz apagada, seré el primer Rey de este reino y cuando lo sea te arrodillaras ante mi como la patética basura que eres. ¿Pedirte ayuda? No, el bosque es mi guía tu solo pasas entre los árboles, yo, soy los árboles.

Zeven soltó su mano de aquel risco y cayo al vacío hundiéndose en la negrura del vacío fondo del bosque, solo escucho el grito de Neona, Zeven sonreía al caer pues, alcanzo a ver como la mano empuñada de Neona descompnia el rostro de aquel niño al acestarle un duro golpe en la cara.

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Zeven despertó en su cama, la cortina estaba abierta y la lluvia torrencial del bosque caía sin parar, atraves de la ventana Zeven recordaba, viendo a lo lejos, aquel recuerdo de hacia años y un dolor nuevamente lo invadió al recordar que ella ya no estaba, qué no estaría de nuevo nunca más.
En ese momento Orf entro con el ropaje de Zeven en sus manos.

—Majestad el ropaje qué solicito esta hecho.

—Gracias Orf, déjalo en la cama. Hoy de nuevo soñé con ella Orf, esta vez con el día en que la conocí, el día que resquebrajo la cara de Uir. —Orf río entre dientes y Zeven sonrió.

—Aun lleva la máscara desquebrajada, es su orgullo contar como Neona le hizo las fisuras en la máscara.

—Ahora recordarlo lo debe hacer sufrir...

—Todos lamentan la partida de Neona Zeven. Verte sin ella es igual que ver un árbol sin hojas, un Ying sin su Yang.

—No quedará inpune Orf, no quedaran impunes después de esto lo juro. Prepara nuestros hombres salimos de inmediato.

Zeven ordenó a Orf qué preparara 300.000 de sus soldados más preparados más 150.000 hombres de a pie y 150.000 hombres en los carros de guerra.
Cabe resaltar que la preparación de guerra era algo que nunca se había hecho en ninguno de los reinos pues no se había hecho o programado una guerra desde los registros de la gran guerra que devasto la primera civilización de Sky, el programa de preparación de soldados y su entrenamiento había sido programado y realizado por Zeven y Orf había transmitido sus órdenes al pie de la letra. Se puso su ropaje negro de punta a punta, se dibujo en el rostro unas marcas rojas y tomo el trabajo que le había tomado años perfeccionar y se lo coloco en la cintura su capa negra como la noche lo hacía ver imponente y alto pero también lo hacía ver sombrío y oscuro.

Al abrir las puertas del castillo varios se habían reunido a las afueras para ver a su Rey salir por fin del castillo después de tantos años pero no vitorearon al verlo, sus caras fueron de asombro, y miedo pues Zeven nunca uso la máscara de guerra en todos sus años de reinado verlo con ella para su gente era algo terrible, ver a los hombres marchando les causó temor. En se momento Zeven detuvo la marcha.

—Gente de mi Reino, ¿Cuantos de ustedes no ayudo el conocimiento y los descubrimientos de Neona? ¿Cuantos siguen vivos gracias a sus hallasgos y sabiduría? —Los reunidos acentian con la cabeza y murmuraban las curas descubiertas por ella. —Afuera hay personas dispuestas a sacrificar a otras, con tal de complacer a una deidad inexistente, un falso Dios creado de mentiras y de ilusiones vanas y vacías qué nos quitaron a una verdadera santa como ustedes le decían. —Los reunidos comenzaron a levantar sus voces en aprobación. —¿Pretenden que el Rey se quede en exilio dentro del castillo? Mientras que ellos ríen y celebran en sus fiestas y gozan de tranquilidad mientras nosotros lloramos y sentimos la muerte de nuestra amada, amiga, compañera, santa... Esposa. —El dolor de Zeven era intenso al decir lo último. —¡No! —Grito con voz fuerte y firme. —No dejaré que sea en vano su muerte, ellos seguirán sacrificando personas con tal de complacer a su falso dios, no quiero que ninguno de ustedes sea un sacrificio más por eso llevare la justicia en mi mano como lo pueden ver ustedes mismos.

Zeven saco una empuñadura de un arma qué nunca se había creado en los Reinos de Sky era un mango largo y adornado con rubí pero había una piedra en el centro de la empuñadura, esta era negra tan negra como la oscuridad al haber encontrado la forma de manipular la luz de su interior, Zeven había logrado transmitir esa luz a la piedra oscura, nombre qué el mismo le había dado. Esta a su vez se cargaba de esa misma luz y la convertía y potenciaba en un haz de luz que tomaba la forma de una hoja de espada larga y brillante. Zeven levanto la espada de luz por encima de su cabeza a lo que todos los presentes vitorearon y aplaudieron.

Sky: ResilienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora