De Freya, Orf y Luciel.
Orf veía la guerra que lideraba desde hace una semana la pelea para conquistar el castillo había terminado pero el reino era tan grande que habían rebeliones constantes en el resto de los reinos y Orf lideraba aquellas escaramuzas constantes.
—Orf el frente este esta muy cerca de donde estan los civiles resguardados, su nos acercamos más no podríamos pelear o lo que es peor podrían usarlos para chantajearnos.
—Luciel Zeven lleva dormido una semana y esta guerra qué nos dejó sigue en constante crecimiento me han llegado informes de que siguen enviando apoyo desde la bóveda para no perder totalmente el Valle si no acabamos en este mismo momento con los rebeldes nos veremos obligados a retroceder.
—Hay una cosa que ustedes no saben. —Freya veía la batalla constante desde donde estaban los tres un pico alto donde podían ver todo el campo de batalla. —Hay una maquina oculta debajo del coliseo es una maquina tan grande que claramente podría quebrar la moral de los rebeldes restantes.
—¿Freya proque no habías dicho nada?
—Proque es una maquina inestable y no se que tan segura podría ser pero vayamos a ver si podemos hacer que funcione.
—Vayan ustedes, yo me quedaré en el campo de batalla debe haber alguien liderando.
—De acuerdo Orf Freya y yo trataremos de volver lo más rápido posible con noticias.
—Vayan ya.
El campo de batalla era un baño de sangre tanto las tropas de Zeven como el remanente rebelde perdían vidas sin parar, a Orf le preocupaba la pérdida de fuerzas así que ordenó un cese al fuego para dar tiempo a que Lucíel y Freya activaran lo que fuera que Lafear tuviera bajo el coliseo.
Mientras observaba Orf recordaba el final de la batalla de Zeven contra Lafear, Luciel había hecho algo bueno en ese momento pues si el no hubiese llegado a tiempo seguramente Lucent habria matado a Zeven sin remordimientos, Luciel había mantenido un combate contra Lucent demostrando que era muy diestro en combate pero, en un descuido Lucent había volteado las cartas y casi mataba a Luciel cuando todas las tropas de Zeven bajaron por las gradas para detenerlo, Lucent se vio intimidado por las tropas y retrocedió llevándose el cuerpo de Lafear con él.
Ahora se luchaba por la conquista total del reino y Orf solo podía pensar en si Zeven despertaría pues luego de aquella batalla había quedado inconsciente y lo mantenían bajo cuidado en el castillo de Valle, Orf volvió a constatarse en el campo de batalla cuando vio las grandes mantas del Reino de Planicie alzó la mirada y pudo divisar la figura de Aurax sobre las mantas venía con refuerzos desde Planicie y aterrizando detrás del frente de batalla voló hacia el punto alto donde Ord dirigía la batalla.—¿Donde esta Zeven? —Reclamo Aurax.
—Descansa en el castillo de Valle conquistó el castillo pero la batalla estuvo muy fuerte.
—Mis mensajeros llegaron con un informe diferente, dicen que Zeven esta inconsciente y que tu no has sido capaz de terminar de conquistar el reino.
—Aurax con todo el respeto que se merece, esta guerra no es su asunto.
—Esta guerra es mi asunto desde que Zeven es mi esposo, quiero saber que plan tienes para eliminar a los rebeldes qué quedan.
En ese momento un frío recorrió el cuerpo de Orf y Aurax había quedado impactada al verlos, Yax y Sila los hermanos guía de Valle del Triunfo se creía que habían muerto hace mucho tiempo pero resulta que no, ahí estaban en el frente con sus armas de luz estaban colocando una mesa y llamaban con el brazo a la mesa.
—Bajare a ver que es lo que queiren conversar necesito ganar tiempo.
—Yo iré contigo.
Orf no quería discutir con ella así que solo asintió y voló hasta la mesa por encima de los guerreros que estaban en espera para continuar la batalla. Al aterrizar Orf qué aún estaba herido por el golpe de Lafear tosió y vomito su luz, aun se encontraba delicado, Aurax al llegar se apresuró a ayudarlo paso un brazo de Orf por sus hombros para que no callera y uso un hechizo de luz sanadora para ayudarlo con el dolor.
ESTÁS LEYENDO
Sky: Resiliencia
Random-Aun en la forma del nuevo amor que se promete en la ideología de la gran Ave, para mi no son más que sucias y vanales promesas hechas por una mentira y una farsa pudrida qué me deja un mal sabor en la boca...