CAPITULO 8 (Parte 2)

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Una suave tonada comenzó a llenar el coliseo Lafear miraba en todas direcciones buscando de donde provenía pero sin importar donde mirara no había nada a su alrededor miro el cuerpo inerte de Zeven y pensó ¿Debo matarlo? ¿Lo podría aprisionar? No, la idea era muy estúpida después de ver como uso su poder para destrozar las puerta del coliseo, volvió a mirar buscando de donde venía esa tonada, era una tonada suave y tranquila como si despertara alguien de un sueño profundo, volvió a mirar donde estaba el cuerpo de Zeven para acercarse el mismo sabia que no tenía alternativa debía matarlo si quería parar esta depravasion pero; al volver a verlo ya no estaba allí miro al rededor y lo vio no muy lejos parado pero su cuerpo su rostro se veía que estaba inconsciente cuando de pronto su máscara de lobo comenzó a derretirse donde va la cara solo había un ovalo de cristal qué se iluminó de rojo las orejas de lobo de la máscara se convirtieron en unoa cuernos deformes y su cuerpo irradiaba trozos de oscuridad le creció una cola negra en punta y sus manos las recubris unas grandes garras negras.
Aquella extraña transformación miraba sus manos, sus piernas su capa negra y raida.

—Vaya este cuerpo contuvo mi conciencia nunca había pasado. —De un impulso voló por todo el coliseo en un instante dando piruetas y mortales en el aire. —Si, me siento bien en este cuerpo pero probemos algo más.

Cerró los ojos aquella criatura y de sus manos brotaron dos tentáculos negros y comenzó a moverlos en todas direcciones estos al tocar algo destruian cortaban pulverisaban la materia, era oscuridad en estado puro que absorbe la materia en su totalidad estuvo batiendo sus tentáculos un rato hasta que se detuvo.

—Qué divertido será esto. —Aquel personaje sonrió con unos dientes totalmente blancos con unos colmillos prominentes.

—¿Que es esa apariencia tan repulsiva Zeven? ¿A caso ya te consumió la oscuridad?

—Oh, así que conoces lo que la oscuridad puede hacer, pues déjame decirte que esto no es nada tu eras el oponente de este ser que, mirando en sus recuerdos la verdad estoy de su parte y nada más por eso, voy a matarte. —Soltó una risa desquiciada mientras volvía a sacar esos tentáculos oscuros. —Destructor de estrellas.

Aquel personaje producto de la transformación de Zeven comenzó a batir los tentáculos esta vez los tentáculos más gruesos y largos qué la primera vez de al menos 20 metros de largo comenzó a batirlos por todo el coliseo causando la destrucción casi total del coliseo los heridos qué Zeven había dejado no sobrevivieron pues los tentáculos eran atraídos por la luz que les quedaba y estos tentáculos al tocarlos automáticamente los mataba.
Lafear esquivaba de forma continua los ataques perdió otro brazo de la maquina por los tentáculos pero seguía esquivando solo con las piernas moviéndose de un lado a otro y haciendo piruetas.

—¡Más, más, más, entretenme mucho más!

Volvió a reírse de forma incontrolable y comenzó a mover aún más rápido los tentáculos y estos al dar el latigazo era mucho más destructivos poco a poco el coliseo comenzó a llenarse de polvo levantado de las estructuras siendo pulverizadas una a una hasta que llego al punto donde no se veía nada.
La criatura terminó con su ataque continuo y quedó con los brazos cansados los tenis colgando y respiraba con dificultad debido al agotamiento las gotas de sudor recorrían sus mejillas qué estaban por debajo de aquella máscara derretida y deforme qué tenía, comenzó a caminar hacia el cuerpo de Lafear y al llegar la maquina que lo contenía se encontraba destrozada sin piernas ni brazos tenía roces en el cuerpo y ya casi no servía para nada.

—Aun... —Habló aquella criatura, con intervalos de tiempo entre sus palabras por lo agitado que se encontraba. —Te ocultas, bajo esta ridícula maquina creada en la desesperación de un pueblo que no aceptó su final. —Con su mano recubierta de oscuridad la introdujo en de un golpe en un costado Lafear dentro grito con todas sus fuerzas parace qué lo había apuñalado con la mano. —Ups. —Río cruelmente la criatura. —Parece que calcule mal pero pronto tu sufrimiento terminará.

De un tirón saco la puerta que mantenía a Lafear dentro de la maquina, dentro el compartimiento estaba lleno de luz desperdigada por todo el pequeño lugar al parecer esa puñalada no era el único daño que Lafear había sufrido durante el ataque destructor de estrellas parece que había sufrido más daños, estaba exauhusto y de las comisuras de su boca brotaban dos chorros de luz de su cuerpo mientras tosía.

—Vaya te tocaron mis rayos pero sigues vivo, ¿Que me has ocultado?

Lafear en un ataque desesperado lanzo un ataque un puño de nieve apareció y golpeó a la criatura en la cara mandandola lejos, de detrás del cuerpo de Lafear apareció una reliquia mágica de siglos atrás era un copo de nieve encerrado en una burbuja de cristal este desprendia nieve a su alrededor de esta forma se conoció que la razón por la que el Valle se mantenía en un invierno eterno era causa de Lafear.

—Ya veo la reliquia de antaño, el Copo de mil inviernos, es una lástima que apenas lo uses para mentenerte consiente, ese poder lo merezco más yo si podría sacar su auténtico potencial. —Pero en ese momento la criatura se convulsióno y en una tos vomito un montón de líquido rojo casi vino tinto espeso. —Vaya que mal. —Dijo la entidad que era Zeven ahora y en un ataque desesperado se abalanzo sobre Lafear. —Al menos te mataré antes de irme maldito.

Saco la espada qué era de Zeven qué está vez no se proyectaba como un arma de luz si no como una espada de un solo filo negra hecha de oscuridad y de una forma muy diferente a la que blandia Zeven de un tajo quería quitarle la vida a Lafear pero justo antes de que el arma le robará la vida a Lafear Lucent apareció con su gran escudo y detuvo el ataque tomo a la criatura por la ropa y de una patada la mando devuelta a las gradas, tomó el catalizador de energía de Lafear y lo colocó en su escudo este transmuto convirtiéndose en un escudo de tres puntas dos qué miraban hacia arriba y una más hacia abajo más grande que desprendia escarcha y brillaba.

—Malditos malditos los maldigo, justo cuando esto se pone bueno pierdo mi conciencia este Zeven tiene una voluntad realmente fuerte pero no me iré sin luchar Zeven ¡Prepárate!

En un grito se alternaban dos voces totalmente diferentes una de Zeven la otra de la criatura que se resistía a que Zeven tomara el control de nuevo Zeven sufría debido a la transformación forzada y se revolcsba en el piso hasta que finalmente Zeven volvió a la normalidad exauhusto y sudando su cuerpo temblaba, y su visión era borrosa pero se aclaraba de a poco.

—Has llegado al punto de convertirte en una criatura de oscuridad Zeven. —Dijo Lucent mientras se acercaba a Zeven caminando. —¿No es esto prueba suficiente de que estas en un camino equivocado que solo te conducira a la muerte?

—Yo ya estoy muerte Lucent, cuando la gran ave tomó a Neona ese día no solo la tomo a ella si no que también me tomo a mi, yo vivía por ella y créeme. —Río amargamente Zeven. —Moriré por ella.

Lucent tomo su escudo y con la punta se disponía a tomar la vida de Zeven pero en ese momento alguien desvío el escudo tomo a Lucent del pecho y con una vuelta de 360 grados lo lanzó contra su hermano que estaba débil aun en la maquina.

—¿Que clase de caballero se lanza a matar a su oponente desarmado y débil? —Este personaje escupió al suelo.

—Luciel, de todas las escorias de los 7 reinos nunca pensé que te pondrías de parte de Zeven.

—Seré una escoria pero al menos no apuñalo a traición eso te hace peor que escoria Lucent y yo no me alie a Zeven yo pertenezco al bosque como el bosque pertenece a mi siempre lo defenderé de basuras como tu que valen menos que los huesos de los antiguos.

Sky: ResilienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora