Capítulo 8: Soy todo tuyo

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La mañana para Ariadna transcurrió normal sorprendentemente

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La mañana para Ariadna transcurrió normal sorprendentemente.
Tras la ajetreada fiesta de ayer, la castaña había acudido a casa de la Sheriff con Caroline para pasar la noche allí. Desde que la conocía, Lis siempre había tratado a Ariadna como si fuera su hija, y eso la reconfortaba en más modos de los que en realidad admite. Siempre dice que es porque tiene "mommy issues" y que si una mujer por encima de los 50 le da cariño ya siente que es una madre suplente, y le solía pasar lo mismo con los hombres hasta que conoció a Elijah, que puede que tuviera más de mil años pero ella no lo veía para nada como figura paterna, todo lo contrario...

Por la mañana las adolescentes desayunaron helado de stracciatella a petición de Ariadna, que sorprendentemente fue aceptada, pero solo porque la castaña decía que tenía el presentimiento de que algo fuerte iba a pasar hoy y que necesitarían fuerzas, aunque después de aquel desayuno tan extravagante salieron a correr para quemar grasa.
A las dos les gustaba hacerse compañía para hacer deporte, sin conversación ni nada por el estilo, solo estar sufriendo juntas en silencio.
Iban haciendo descansos poco a poco para no fatigarse, y siempre paraban en los mismos sitios porque allí vendían las bebidas energéticas necesarias para sobrellevar aquel ejercicio físico. La ruta la hizo Caroline en sus inicios para ella sola, pero pronto se dio cuenta de que necesitaba compañía para no sentirse una marginada social, y Ariadna que siempre había sido una buena atleta se ofreció encantada. La ruta pasaba por algunas de las zonas más transitadas de Mystic Falls porque la rubia quería lucirse en frente de la gente, y su amiga más mayor que ella no puso quejas, no porque quisiera que la miraran, sino porque estaba empezando a encajar en el grupo y no quería fastidiarla, además de que paraba en los sitios perfectos para abastecerse de alimentos, cosa que sí le gusta.

Cuando las amigas salieron a correr, cada una llevaba sus auriculares con música, Caroline escuchaba a Rihanna y Ariadna a Taylor Swift, distintos modos de verlo pero preciosos los dos desde luego.
Varios chicos se les quedaron mirando por el camino, pero a pesar de que las ellas estaban concentradas en lo que hacían habían dos personas que volvían locas a las jóvenes, Elijah y Tyler, por lo que por mucho que otros miraran su corazón pertenecía a ellas.
En todo este tiempo no habían salido a correr por los mareos momentáneos de Ariadna, pero estaba mañana se encontraba extrañamente bien y no le dio importancia, ya que después de haber estado tanto tiempo enferma ya se había acostumbrado.

Se encontraban ya en la recta final de su rutina de ejercicio que había sido hoy más explosiva que nunca por el tiempo perdido cuando Caroline sugirió ir a casa de Tyler para saludar, y ya que Ariadna no podía tener su historia de amor decidió luchar por la de su amiga aunque él fuera todo un gilipollas.
Al llegar a la casa Caroline tocó, y pocos segundos después la puerta se abrió dejando ver a una Carol muy arreglada.
-Hola Carol, ¿está Tyler?-. Pese a que mi amiga siempre había sido muy educada y amable con la alcaldesa, ella nunca había mostrado un mínimo de agrado a su persona.
-No lo siento ha salido, ¿qué tal estás Ariadna, mejor los mareos?
-Lo cierto es que sí, gracias por preguntar. ¿A dónde va?
-Asuntos de alcaldesa cariño, Caroline, ¿puedes coger esas cajas y descargarlas en el coche por favor?-. Ella sabía que las cajas tenían que pesar 20k juntas, pero como no sabía de la capacidad de la rubia para aguantar peso le mandó a hacerlo con mala intención.
-Por supuesto -Caroline callando bocas las cogió todas a la vez- Ahora vuelvo Ari.

🖤EL HOMBRE DE MIS SUEÑOS🖤-ELIJAH MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora