🖤EL HOMBRE DE MIS SUEÑOS🖤-ELIJAH MIKAELSON

Capítulo 9: El beso

-Bueno, si me lo dices así...-. Ariadna ya se había sonrojado, y como no hacerlo, porque este hombre le encendía más que un mechero a una vela.
-Por favor señorita Ariadna, no se ponga de esa forma-. Las expresiones faciales de Elijah estaban calmadas, pero la Salvatore había evolucionado a tomate en ese corto periodo de tiempo. Había veces que de verdad se preguntaba si el vampiro hacía uso de aquel característico encanto a propósito o le salía solo.
-Bien, pero llámame de tú con Ari, porfavor- cuando Elijah asintió ante aquella propuesta la chica continuó hablando -Bueno, para empezar, llevo soñando conmigo desde que tengo memoria, y antes de que preguntes, sí, sé lo de las almas gemelas.
-Ariadna, tengo que admitir que desde que puse un pie en este mundo soñé contigo, y cuando supe sobre nuestra condición de amantes tan peculiar busqué de todas las formas posibles a la encantadora muchacha que aparecía cada noche en mi mente, pero nunca obtuve resultado porque todavía no habías nacido. Cuando ya me había dado por vencido sobre los años 40, mi hermano Nicklaus llegó a nuestra mansión del momento en Nueva Orleans presumiendo de haber encontrado a la mujer más arrebatadora que jamás había visto, pero como siempre estaba con sus propios cuentos no le hice mucho caso. Esa misma noche acabó un retrato que había realizado de la bella mujer, y cuando entré a su gabinete de arte no podía creer lo que veían mis ojos. La persona con la que llevaba soñando mi eterna vida entera estaba allí retratada, apreciando lo que parecía ser un cuadro. Rápidamente entré en éxtasis y le pregunté a Nicklaus todo sobre tí, obteniendo tan solo la información básica de tu nombre, familia y procedencia, pero eso no se iba a quedar así, así que contraté a los mejores trabajadores del mundo para que te encontrasen. Dieron con tu hermano Stefan, que por ese entonces era el famoso destripador, pero no os encontraron ni a tu hermano ni a ti durante al menos nueve meses, por lo que me di por rendido. Hace poco me llegaron noticias sobre la réplica y, cuando me dijeron el pueblo de origen de esta, no pude aplazar ni un segundo este viaje para ver si me encontraba contigo de una vez por todas, y aquí estamos.

La historia de Elijah había sido increíblemente sorprendente, ya que Ariadna ya había dado por sentado que su respectiva alma gemela ni sabía que lo era, pero bueno, las vueltas que da la vida, ¿cierto?
-Tú hermano Klaus era aquel chico de la galería, ahora todo cuadra, ¿pero como sabía él mi nombre completo?
-Eso es algo que tendremos que descubrir por nuestra cuenta, no cabe duda.

Ariadna se había quedado prendada, una vez más, de la belleza vikinga que el apuesto hombre llevaba consigo, creando cierta sensación de incomodidad mezclada con diversión que la mirada de Elijah desprendía.
-¿Estás bien Ariadna?- dijo divertido -Te has quedado muda.
-Bueno, ¿¡cómo quieres que reaccione si llevo 200 años soñando contigo!?
-Ponte en mi lugar que llevo 1000, pero no temas, pues una vez una vidente me contó que una vez que las almas gemelas se juntan se les hace imposible separarse y dejan de tener estos sueños premonitorios tan molestos.
-Perfecto entonces-. La chica quería soltar uno de esos comentarios tan característicos suyos que no van para nada con el tema, pero que siente que necesita decir para quedarse tranquila con su hiperactiva consciencia.
-¿Quieres decir algo Ariadna?, te ves tensa-. Este hombre sabía leerle la mente, ya estaba comprobado.
-Es que, siento que es un comentario innecesario y que te enfadarás conmigo si lo suelto, por lo que es lo último que quiero en realidad.
-Ariadna, yo nunca te juzgaría, y además, me encantan tus comentarios sarcásticos-. Esto último fue dicho con un tono que volvió definitivamente majareta a la chica, porque además había sido susurrándole en la oreja muy sensualmente. Desde luego Ari ya se había imaginado 20 escenarios distintos en los que Elijah le susurraba así al oído.
-Eres un hueso de dinosaurio atractivo
La cara del vampiro era digna de enmarcar.
No era una persona que solía sonrojarse, y mucho menos por comentarios tan vulgares como el que acababa de hacer Ariadna, pero algo dentro de él se revolvió y simplemente sus mejillas se tornaron a un color carmín que terminaría volviendo loca a la chica.
-Elijah, ¿es verdad que nos vas a ayudar a derrotar a tu hermano? Sinceramente no tengo nada en contra de él, solo que si quiere hacer daño a mi amiga se las verá conmigo-. La chica había decidido cambiar de al notar cierta incomodidad en la mirada del hombre.
-Mí hermano siempre ha sido un incordio, y Elena no se merece la tortura que le espera si no le paramos los pies ahora que estamos a tiempo.
-Créeme Elijah, aunque ya lo debes saber tú, pero la familia es lo primero siempre y acabas perdonándola pase lo que pase. Confío plenamente en ti, solo, no nos abandones.
-Ariadna, jamás de abandonaría a ti, eres lo que le ha dado luz a mi vida tras mil años de oscuridad junto a Nicklaus. Él sumergió los cuerpos sin vida de mis hermanos en el fondo del mar sin localizaciones exactas, me condenó a una vida triste sin ningún sueño cumplido. Lo único que yo siempre quise fue una familia propia, y tener hijos para que pudieras disfrutar con sus tíos, lo tenía todo prensado: Kol sería el tío gracioso que molesta todo el rato pero siempre juega con sus sobrinos, Rebekah por otro lado sería ese tipo de tía que consiente demasiados caprichos y trataría a mis hijos como si fuesen suyos. Finn les tendría cariño desde su fría personalidad, y Nicklaus les enseñaría a pintar y convertirse en personas bien formadas culturalmente.
A Ariadna le estaba dando demasiada ternura ver toda la vida de ensueño de Elijah que se había visto frustrada por, aparte de haberse separado de sus hermanos definitivamente tras 1000 años, el que su madre lo convirtiese en vampiro tanto tiempo atrás.
-Lo siento tanto Elijah, lo cuentas con un brillo en los ojos singular
-Bueno, al igual que mi hermana Rebekah, mi sueño más profundo siempre fue echar raíces con alguien del que realmente estuviese enamorado.
-¿Y cómo sabes cuando estás realmente enamorado?-. Durante toda la conversación habían acabado sentándose en el sofá situado frente a la estufa encendida por la brusca bajada de temperatura, y poco a poco iban juntando sus cuerpos hasta estar pegados el uno al otro mirándose a los ojos mutuamente.
-Bueno, sientes que es esa persona. Cuando la miras, ves una vida entera con ellas, y aunque os conozcáis poco sabes que es la indicada, la que compartirá la mejor aventura del mundo a tu lado y te dará eso que todas las personas buscan pero que tan solo unas pocas afortunadas encuentran, amor verdadero.
Las caras de los dos estaban tan cerca la una de la otra que podían sentir el aliento del otro chocando en su cara. Ariadna sentía que aquellas hermosas palabras iban dirigidas a ella, y sabiendo que eso era exactamente lo que ella sentía por él colocó su mano derecha en la mejilla de Elijah, atrayéndolo hacia su cara para después, con toda la delicadeza del mundo, besarlo como si fuera lo más importante que había hecho nunca.
El vampiro no dudó en seguirle el beso, profundizándolo con sus dos maños en la cara de la chica y sus dos lenguas bailando al mismo compás.
Ariadna pasó su mano de la mejilla del hombre a su nuca, acariciando el pelo corto que tenía por atrás. Ella estaba empeñada en que el pelo corto le quedaría mil veces mejor que el largo, pero eso ya se lo comentaría una vez acabado ese íntimo momento.

Ninguno de los dos quiso separarse, pero la cosa tampoco subió de intensidad.
Era como si sus labios hubiesen sido creados para estar juntos.

Se vieron obligados a separarse por falta de aire, pero lo único que hicieron fue sonreírse el uno al otro y Elijah abrazó por atrás a Ariadna dándole a entender que se recostase en él, a lo que la chica accedió al instante acurrucándose sobre él y doblando las rodillas para apoyarlas en el sofá y estar más cómoda.

Ninguno de los dos habría cambiado ese momento por nada en el mundo.
De fondo sonaba música clásica tranquila que la chica utilizaba para pintar a veces, y la temperatura era ideal para estar abrazados el uno al otro.
El tiempo pasó volando pero ninguno se movió, dando a entender ser que la cosa iba para rato.
Pasaron al menos una hora juntos el uno junto al otro, disfrutando se su mutua compañía en un silencio para nada incómodo, al contrario de hecho, era tan relajante que Ariadna cerró sus ojos y calló en un profundo sueño sobre su amante.

A la siguiente mañana la chica se despertó sola en su cama y por un momento se decepcionó porque pensó que Elijah seguiría ahí cuando volviese, pero en ese mismo instante salió del aseo de la espaciosa habitación de Ariadna con tan solo una toalla cubriendo su cadera dejando apreciar su tonificado cuerpo. A la Salvatore le estaba subiendo todo el calor a las mejillas, que ya habían cogido un color demasiado rojo para ser normal.

-Me desgastarás si sigues mirándome así-. El hombre estaba empezando a soltarse con la chica y ella no podía estar más contenta por ello.
-Que dices, eres un egocétrico, solo estaba mirando la mancha que tiene la toalla-. Lo cierto es que no había ninguna mancha, de eso ya se había ocupado Ariadna para que todo estuviese impoluto y reluciente si venían visitas.
-Claro, claro, pensemos que llevas razón.

Los dos enamorados se quedaron mirándose el uno al otro como si un universo entero se formara en el iris de sus ojos, y miles de estrellas fugaces pasaran a la vez que cientos de planetas colisionaban creando un efecto precioso, pero como si hubiese sido a propósito, Damon entró en la habitación con cara de pocos amigos avisándonos de algo que Ariadna llevaba al menos una semana intentando ignorar.
-Tenemos problemas: Klaus

Holaaa
Espero que os guste el momento romántico, y dejarme deciros que van a haber muchísimos más mejor detallados.
Estoy de exámenes complicados hasta arriba pero aún así consigo sacar pequeños ratos para escribir, así que por favor tener en cuenta mi esfuerzo y votar que no cuenta nada 🫶🏻🫶🏻🫶🏻