CAPITULO 46

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Me carga sacándome de la ducha sin dejar de besarme.

El frío me recibe cuando entramos a la habitación.

Me deja en la cama, con la yema de sus dedos va explorando mi cuerpo me deja roja mientras va bajando lentamente, una de sus manos se posa en mi seno derecho mientras que con la otra abre mi piernas.

Me pongo nerviosa, la última vez que lo hice fue con el y fue hace mucho.

Cómo la primera vez, su lengua toca mi clítoris y me erizo, empieza con movimientos circulares y repetitivos que me dejan la boca aguada.

Aprieta mi seno haciendo que me arqueé de placer.

Comienzo a temblar de solo pensar que tendré un orgasmo a base de su lengua.

Continúa con los movimientos haciendo que me cubra la boca para no gemir tan alto, su lengua es mágica.

Tomo su cabello, lo aprieto, gimo, me arqueo y tengo un orgasmo.

No se detiene cuando terminó, se queda allí hasta que le pido que se detenga.

Sus zafiros me miran con hambre y dejo que me bese tomando mi cuello en el intento pero no tan fuerte para no lastimarme.

Mi temperatura está caliente a pesar de que el aire acondicionado está encendido.

Los roces de su miembro con el mío me pone a mil, entra suavemente, siento que tiene miedo a lastimarme.

Lo hace con delicadeza pero no lo quiero así.

Me mira y lo miro, con la mirada le pido más y accede empezando con las embestidas rápidas que hacen que moje a chorros.

Me cubro la boca para no gemir tan alto pero quita mi mano embistiendo más duro.

_Quiero escucharte gemir, demuestra quien te domina.

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Con mis manos presionadas en mi pecho no pude evitar disfrutar del placer que el me daba con gemidos severos que lo ponían más caliente.

Lo que siento no tiene explicación pero los orgasmos dejan mucho que desear.

Varios minutos, varias posiciones, orgasmos por mi parte, llegamos a un punto donde estaba mareada y las piernas me temblaron.

Aún así no paramos.

Disfruto está parte con el, donde es tímido ni se oculta como lo hace siempre.

Aquí es rudo y no respeta las reglas.

.
.

Al día siguiente me levanté sin el, encontré desayuno en la mesita de noche y sonrió como loca recordando todo lo que pasó ayer.

No sé que tiene ese hombre pero me encanta.

La TV amaneció encendida y las noticias que pasan me llaman la atención.

Hombre fue encontrado con vida en el sótano de una casa desconocida, las autoridades dicen que podría ser un posible secuestro.

Me quedo observando mejor y me doy cuenta de que es la misma casa de la cual salimos corriendo cuando se armó el tiroteo.

Presentan al hombre en pantalla, su cara no se conoce pero podría jurar que lo he visto en el algún lado.

Esos rasgos no se me pueden ir de la mente.

Es Roger.

Me quedo en shock de solo imaginar que le pasó, alcanzó mi teléfono y marco el número de Reynolds pero no me contesta.

Tendrá que explicarme por que Roger estaba en el sótano de su casa.

Me ducho y me visto para salir de la habitación, en la terraza me encuentro con Luz y leynis que desayunan mientras conversan.

_Buenos días, ¿Saben dónde está Reynolds?.

_Salio para resolver algunos asuntos, estará aquí en un par de horas.

No puedo esperar un par de horas.

_Vi las noticias, Roger estaba secuestrado en el sótano de la casa de Reynolds, lo ví muy golpeado y maltrato, ¿Me pueden decir que le pasó?.

_Reynolds lo torturó mientras tú estabas en el hospital.

_¿Por qué haría algo así?.

_Por lo que te hizo.

Tomo conciencia, supongo que lo hizo por un bien pero tampoco le deseo eso a Roger.

_Esa no era la manera.

_Tuvo suerte de que fue rescatado, mi hermano lo seguiría torturando por un par de días más y luego lo lanzaría al mar.

_Tengo que hablar con Reynolds seriamente.

_Sera mejor que no lo intentes, Reynolds no lo dejará hasta que no lo vea muerto.

Me dice Luz.

_¿Dónde está?.

_No sabemos exactamente, te tocará esperar a que venga.

El Rey Mafioso Continuación...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora