15: El juicio

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Suspiré mirando mi pierna, debían ser aproximadamente las 6:00 a.m. del día siguiente en el que sellamos la brecha y yo estaba despierta, mirando mi pierna con verdadero remordimiento. ¿Y si no podía moverla bien luego?, ¿Y si me sacaban de la Legión por eso?, Y si... ¿Y si decepcionaba a mi padre?. Sin darme cuenta siquiera, lágrimas silenciosas escurrían por mis mejillas, trazando caminos salados hasta mi barbilla

-¿Qué pasó, mocosa llorona?- apenas escuché la pregunta, limpié rápidamente mi rostro -¿Por qué lloras?-
-n-no estoy llorando- respondí, mas un sollozo traicionero dejó mis labios -tsk... Mierda- aparté la mirada. Él se sentó a mi lado
-¿Qué tienes?- preguntó seriamente
-nada... ¿Qué haces por aquí, Levi?- pregunté aún sin mirarlo
-estaba caminando un rato por aquí, recordé que solías beber té a estas horas mirando el amanecer y venía a ver si seguías con la rutina- respondió desinteresado

Nuevamente pasé mi brazo por mi rostro, limpiando mis lágrimas con la manga de mi chaqueta

-ni siquiera me he atrevido a levantarme- confesé, volteó a verme con una mirada interrogante -yo... Tengo miedo de no poder caminar- expliqué sintiendo mi voz quebrarse, otro sollozo dejó mis labios -perdón- tragué fuerte apartando la mirada y volviendo a limpiar mi rostro

Sentí un suspiro de su parte y se levantó, me envolvió en sus brazos obligándome a levantarme, lo miré nerviosa e insegura

-Levi, ¿Qué ha...?-
-no quiero cobardes en mi escuadrón- respondió seriamente -vas a caminar normalmente, o sino, no entrarás a mi escuadrón y te irás al de Hange- exigió. Lo miré con los ojos cristalinos -y ya deja de llorar- ordenó, asentí frenéticamente y pasé el dorso de mi mano por mis ojos

Sin darme tiempo a nada, me soltó, obligándome a dejar caer todo mi peso sobre mis piernas, apreté mis párpados esperando un doloroso impacto contra el duro suelo, mas este nunca llegó. Abrí lentamente los ojos, estaba de pie

-da un paso- ordenó firmemente el capitán

Obedecí, seguía de pie sin sentir nada

-cinco más- demandó

Nuevamente obedecí, no sentí nada, comencé a avanzar por mi cuenta al no recibir más órdenes del azabache a mi lado. Podía caminar perfectamente, como si nunca me hubiera pasado nada... Como si nunca hubiera perdido la esperanza. Daba pasos en todos lados, incluso en reversa, para luego terminar chocando con un fornido pecho. Voltee mi rostro para poder ver. El capitán me miraba seriamente un poco más arriba de mi altura, luego, una mínima sonrisa se posó en sus labios, una sonrisa orgullosa

-sabía que podrías- confesó

Sonreí y me voltee completamente para abrazarlo, enterrando mi rostro en su pecho

-muchísimas gracias, capitán-
-tsk... De nada- respondió apartándome, dió media vuelta y se marchó

Me mantuve firme, y cuando salió, sonreí emocionada corriendo a lanzarme a la cama que había estado ocupando, reí bajamente gracias a que coloqué mis manos sobre mi boca mientras pataleaba un poco. Me sonrojé al recordar lo que había pasado hacía unos segundos mientras una estúpida sonrisa se posaba en mis labios; no sabía si por la emoción, por la felicidad de poder caminar o por la forma de actuar de Levi, pero sobre todo no podía olvidar aquella hermosa e inusual sonrisa en sus labios, ¿Cómo era posible este suceso?. >¿Cómo e' posible ete' sucesooooo? XD. Jajaja, ya me callo xd<

Paré mi ataque de emoción mirando el techo mientras el sol iluminaba mi rostro a través de la ventana; tal vez aquel inicio era una señal de que hoy sería un buen día

Pero no fue así

Fue uno malo

Uno malditamente malo

La hija del comandanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora