8: Reencuentro

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Narra Alice:

-y... ¡Listo!, Se ve hermosa señorita- sonrió Lizeth terminando de acomodar mi cabello
-¿Ya quedó?- pregunté tocando suavemente las flores en mi cabello
-si, pero no las toque, podrían caerse- respondió quitando mis manos de donde las tenía
-gracias Lizeth, iré con papá- sonreí saliendo de la habitación

Habían pasado dos días desde que hablé con papá acerca de unirme a la Legión, y hoy iría con él a hablar con Keith, pues aún tocaba que yo hiciera mi entrada de niña consentida de toda la Legión de Reconocimiento jsjsjs ok no. Lizeth se había encargado de arreglarme, con un suéter de lana blanco, una falda negra y una chaqueta también negra por encima, porque si, ambas tenemos un fanatismo al negro combinado con el blanco jajaja. Para mí cabello, había recogido algunos mechones enrollándolos con algunas rosas blancas, dejando el resto suelto. Según ella me veía hermosa y casual, bueno, me gusta dejarle eso a ella

Llegué al despacho de mi padre, entré y fui a su habitación, mas no me atreví a entrar, ya que incluso con papá era muy respetuosa, así que toqué la puerta

-papito, estoy lista- informé
-ven entra- pidió desde dentro e hice caso

Entré a la habitación y mi padre estaba acomodándose el traje de la Legión, me acerqué y lo ayudé con la capa como pude, pues Erwin Smith era un hombre demasiado alto, no como yo que salí más bien enana jsjsjsjs :') llegaba a ser una combinación entre mamá y papá a veces, lo de mi madre él me lo contó, pues aveces hablaba de ella cuando yo le preguntaba cómo era. Una vez terminó de arreglarse volteó a verme

-¿Cómo puedes lucir tan hermosa siempre?- preguntó con un leve puchero a lo que sonreí
-tenía que ser así, después de todo mi padre es el codiciado y "suculento" comandante Erwin Smith jajajaja- reí mientras salíamos en dirección al pasillo
-tal vez tienes razón- sonrió -te revolvería el cabello pero Lizeth, a pesar de ser el comandante, me mataría por arruinar su mejor creación- rió nervioso
-see- reí mientras mi padre pasaba uno de sus brazos por mis hombros

Caminamos por los pasillos tranquilamente, hasta llegar al campo de entrenamiento

-eh... ¿Y Keith?- pregunté mirando el lugar
-oh, comandante Erwin, si busca al entrenador Shadis está donde los supervivientes rescatados de María- informó un soldado de las Tropas de Guarnición
-gracias soldado- respondió mi padre y él hizo el saludo de la Legión para luego marcharse

Avanzamos un poco más, hasta que lo vi... Delante de mí... De espaldas...

-Hannes-san- murmuré y volteó a verme
-¡Alice!- corrió hacia mí sin percatarse de la presencia de mi padre y me abrazó levantándome del suelo -por dios, que alivio que estés viva- murmuró acercándome a él
-Hannes-san- musité empezando a llorar -y-yo, t-tenía miedo de algo les pasara- confesé aferrándome a él
-tranquila, lo que importa es que estamos bien- susurró acariciando mi cabello, entonces de percató de que ni padre estaba ahí -comandante Erwin- me bajó el hizo el saludo de la Legión
-Alice, él...-
-si papá, él sabe- lo corté
-déjeme decirle que ha hecho un maravilloso trabajo cuidando de Alice, tiene usted una hija maravillosa- halagó a lo que me sonrojé
-gracias- una casi imperceptible sonrisa se posó en los labios de mi padre -Alice, vamos- incitó y asentí
-adiós Hannes-san- sonreí despidiéndome con la mano

Llegamos donde los supervivientes, encontrándonos con un montón de gente haciendo fila para recibir un mísero pedazo de pan

-la gente sufre mucho- murmuré apegándome a mi padre, el cual acarició mi cabello a modo de consuelo

Nos acercamos a un lugar donde se encontraba Keith, el cual al percatarse de nuestra presencia hizo el saludo de la Legión

-comandante- saludó
-hola Keith- sonreí
-hola Alice- respondió
-Shadis, venimos a hablar acerca de lo que te comenté- informó mi padre
-claro, vengan- incitó y lo seguimos

La hija del comandanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora