27: Nuevos traidores

52 7 18
                                    

-¡La ayuda ha llegado!-

Había pasado casi una hora, no había rastro de nadie más, cuando aquel animado grito me hizo abrir los ojos rápidamente y sonreírle a quien lo provocó.

-¡Armin!- me levanté de mi lugar, llendo a abrazarlo

Él me correspondió mientras los superiores iban a ayudar a Nanaba. Me escondí lo más que pude entre sus brazos, intentando escapar del mundo, notando como la fría y penetrante mirada de Levi se clavaba en mi nuca, enviando escalofríos por todo mi cuerpo.

-¿Estás bien?- preguntó mi mejor amigo preocupado, apartándose y tomando mi rostro entre sus manos

Asentí como pude.

-fuétame- demandé a duras penas, pues, por la preocupación, me había apretado las mejillas y no podía hablar bien

Rió nervioso, soltándome. Apenas lo hizo froté mis pobres cachetitos, mirándolo feo. En eso el capitán cruzó por nuestro lado y pensé que nos ignoraría y se iría, justo como parecía que iba a hacer, pero, en su lugar, me agarró del brazo y me arrastró con él.

-¿Eh?- murmuré, mirando atónita al azabache y luego a Armin
-¿Eh?- murmuró él, haciendo lo mismo que yo
-AYUDA- articulé con los labios sin emitir sonido alguno

Pero el muy cobarde negó rápidamente con la cabeza, mirando con miedo a nuestro capitán y luego viéndome a mí. Le rogué con la mirada que me salvara de lo que fuera que estaba por pasarme, pues que Levi te agarrara del brazo de repente y te arrastrara no era muy normal, pero él se negaba, y su oportunidad de escapar apareció cuando Hange lo llamó para que los ayudara con Nanaba. Armin hizo un festejo mientras yo le lanzaba la peor de las miradas, aún siendo arrastrada por mi superior.

-¿A dónde me lleva, capitán?- pregunté, volteando a verlo

No respondió.

Solo siguió tirando de mí.

Entrecerré los ojos, mirándolo feo.

-¿Capitán?- repetí, pero fue en vano

Ante la ausencia de respuestas, solo me quedé en silencio dejando que me llevara con él a donde fuera que se dirigía.

No le temía. No tenía por qué.

Es tu capitán y hace unas horas te besó como si quisiera succionarte el alma por la boca, ¿Suficientes motivos para que quieras salir corriendo o quieres más?.

¡No!, Son suficientes.

Levi me llevó no me pregunten a dónde, solo sé que estábamos más que solos. Miró a los lados, soltó mi brazo, apretó los puños buscando control, y de golpe, se giró hacia mí y me besó.

Mis ojos se abrieron como platos, mientras sus labios volvían a moverse ágilmente sobre los míos. Sus manos acariciaron mi cintura con suavidad, estaba siendo más suave que la otra vez, no estaba desesperado. Antes de alejarse al notar que no le correspondía—no me culpen, estaba impactada, no todos los días el guapote de tu capitán te besa dos veces— mordió mi labio inferior, haciéndome jadear, acción que provocó que apretara mis caderas y se apartara por completo.

Y sólo cuando sus ojos se toparon con los míos pareció analizarlo. Acababa de besarme, a mí, una recluta, y más para colmo la hija del comandante.

-¿Qué mierda me hiciste, Alice?- murmuró, juntando sus párpados con resignación
-yo no hice nada, Levi- respondí

Él negó.

-hiciste... De alguna forma, de un día para otro, me atraías de una forma extraña. ¿Acaso me embrujaste o algo por el estilo?-

Me reí, mis mejillas rojas de la vergüenza. Negué lentamente con la cabeza.

La hija del comandanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora