-¡Ocultan más secretos que Sasha comida!- exclamó Hange enojada, caminando de un lado a otro por el despacho de papá
La noche anterior me había quedado con mi padre, y en la mañana había aparecido Hange toda furiosa gritando acerca de los misterios que guardaban los del clero
-no debe ser tan ma...- intenté decir
-¡Hay un titán colosal DENTRO de la muralla, Alice!- abrió la ventana y señaló la tela que impedía que le diera la luz del sol al gigante que había entre la roca -¡Y ellos lo sabían!- frunció el ceño, molesta
-ok, sí es muy malo- miré a papá, asintiendo con la cabezaÉl me imitó y observó a Hange mientras yo tomaba mi café tranquilamente. Estaba sentada en el regazo de mi padre y escuchaba todo atenta
-¡Tanto que nos esforzamos, siempre arriesgamos nuestras vidas y llegamos a pensar que es en vano y obvio no íbamos a lograr nada si ellos ocultan las verdades debajo de nuestras narices!- se quejó, llendo de esquina a esquina -¿Y por qué Alice está sentada en tu regazo como una niña mientras toma café?- preguntó, volteando a verme acusatoria
Miré mis piernas y caderas antes de mirarla a ella
-la comodidad ante todo, Hange- respondí, dando otro sorbo a mi bebida -y sigo siendo una niña- hice un puchero
-eso lo apoyo- apoyó papá, dejando un beso en mi cabelloLa sargento estuvo a poco de decir algo cuando Levi entró por la puerta. Me miró y yo desvié mi atención a mi café, haciendo que la castaña frunciera el ceño, confusa, y nos lanzara una mirada curiosa a ambos
-¿Qué está pasando?- preguntó el capitán, mirando toda la escena
-es sobre el montón de secretos que nos guardan los de la iglesia- bufó Hange
-eso- apoyé, tomando de mi café con los ojos cerrados mientras apuntaba a la sargentoLevi volteó hacia mí
-¿Tú no deberías ir con nosotros a llevar a Eren?- indagó, frunciendo el ceño
-estaba tomando mi cafesito para luego ir, capitán- hice énfasis en la palabraMi padre me miró en extremo confundido al igual que Hange. No era normal en mí llamar a Levi de esa forma estando nosotros solos. Terminé la bebida y me levanté de regazo de papá, me dirigí a la cocina, la dejé ahí y volví al despacho a despedirme momentáneamente, Hange había bajado ya que también iría con nosotros
-listo, ya podemos irnos- me acerqué al rubio y dejé un beso en su cabello -adios papá, volveré antes de que te des cuenta- sonreí
-no provoques un desastre, Desastre- sonrió, divertido
-oye no es gracioso- me reíBesó mi frente de forma cariñosa y nos sonreímos mutuamente antes de que yo tomara mis cosas y bajara junto a Levi
-¿Por qué me ignoras?- preguntó, viéndome
-no sé de qué me habla, capitán- respondí sin mirarlo
-desde ayer no me miras, evitas hablarme y actúas de forma extraña- frunció el ceño -¿Qué mierda te pasa?-Me detuve de golpe, estábamos nosotros solos en todo el pasillo. Lo miré fijamente a los ojos, desafiante
-me pasa que me dí cuenta de que jugar a quién provoca más al otro con mi capitán está terriblemente mal- respondí
Su expresión cambió a una que no pude identificar
-¿Te arrepientes de haberme besado?- puso una mano en la pared, junto a mi cabeza, acorralándome
Tragué saliva, nerviosa. Ya no era tan valiente
-¿Y si le dijera que sí?- pregunté, manteniendo mis ojos clavados en los suyos
Miró mis labios con deseo y volvió a verme
-te haría cambiar de opinión- respondió, serio
-¿Ah sí?, ¿Y cómo lo hará, capitán?-
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La hija del comandante
RastgeleAquella mirada. Aquella azul mirada. Esa que desprendía tanto y a la vez tan poco. El mero contacto de sus ojos era suficiente para estremecer su cuerpo, para hacerlo sentir indefenso. ¿Acaso era eso posible?. Vió a esa niña corretear por el cuarte...