20: Dolor

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-¡Alice, detente!- me gritó Levi, siguiéndome

Pero lo ignoré

Empujé a los soldados que se interponían en mi camino intentando llegar donde quería

Esto no podía estar pasando

No no no

Ellos... Ellos no...

Respiré agitada con las mejillas empapadas en lágrimas al apreciar los cuerpos de cuatro personas importantes para mí destrozados

Estaba pasando otra vez

Estaba pasando y dolía mucho

-¡Erd!, ¡Petra!- grité desgarrada, corriendo hacia el cuerpo del primero -Erd... Erd por favor no me hagas esto- sollocé, mis lágrimas cayendo sobre su cuerpo inerte

Lloraba desesperada mientras rogaba porque esto no fuera cierto, Erd me había prometido nunca dejarme

-¡Rompiste tu promesa!- le grité, casi furiosa -¡Prometiste que nunca me dejarías!, ¡Dijiste que nunca ibas a morir sabiendo que yo te esperaba en el cuartel!- reprendí entre sollozos, golpeando su pecho

Voltee hacia Petra y fruncí mis labios, muchas más lágrimas corriendo por mis mejillas, ya rojas por el llanto, la rabia y la impotencia

-¡Y tú eres otra!, ¡Dijiste que me mirarías orgullosa durante todas mis misiones y solo estuviste en la primera!- le recordé a su cuerpo aplastado

Sabía que no me escucharía, pero estaba enojada y me dolía demasiado

-todos... ¡Todos ustedes son unos malditos mentirosos!, ¡Siempre pregonaron no morirían tan fácil y lo hicieron!, ¡LO HICIERON Y EN MI PRIMERA MISIÓN!- exclamé, mi voz ya sonaba más que quebrada

Comencé a llorar ruidosamente, de rodillas en el suelo. Solo quería verlos a los ojos, golpearlos, decirles tantas cosas y al final simplemente soltarme a llorar y decirles que los quería mucho y que los extrañaba. Levi llevaba un buen rato parado detrás de mí sin decir nada, solo observando la escena; al final se acercó a mí y se arrodilló a mi lado

-sabes muy bien que estas cosas siempre pasan- fue lo primero que dijo, poniendo una mano en mi espalda

Lo miré sin parar de llorar

-lo sé... Sabía que en algún momento se iban a ir pero... Pero...- sollocé con fuerza, apartando la mirada de él -¡Pero no me gusta!, ¡Se está repitiendo lo que pasó con Marco y me duele mucho!, ¡Yo... Yo no sabía que esto podía llegar a hacerme sufrir tanto!- grité dolida

Sin poder evitarlo me aferré a Levi, llorando entre sus brazos. A él no le gustaba ese tipo de contacto, pero yo simplemente estaba débil y él era el único presente que no me miraba como si estuviera loca por hablarle así a los cadáveres de los que fueron mis superiores y amigos. Al final, Levi me abrazó con pesar, casi resguardándome del dolor y del mundo exterior; cada que veía su rostro desinteresado me recordaba a Auruo y mis ganas de llorar aumentaban, pero luego miraba esa tristeza oculta en el color azul grisáceo de sus ojos y recordaba que él también estaba mal, que yo no era la única sufriendo

El tiempo pasó sin yo siquiera notarlo, no sé en qué momento comencé a quedarme dormida por el agotamiento y el sufrimiento; lo último que recuerdo son unos fuertes brazos sujetando mi cuerpo y luego todo se volvió negro

***

Cuando desperté, estaba acostada en algo que se movía, a mis lados había personas sentadas, así que deduje que estaba en una carreta

La hija del comandanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora