Mi querido Ranpo.
Hoy escribiré sobre la primera vez que te vi porque jamás olvidaré aquel día, trataré de recordarlo día y noche, en la luna y las estrellas, y aquello no será difícil, pues es tan especial que no lo olvido.
Lo recuerdo como brillante, fue tan inesperado, fue hermoso, fue perfecto, totalmente maravilloso.
Porque eres tan lindo que no pude negarlo, tan bello, tan perfecto.
Mi amor, ¿puedo llamarte así?, suena lindo...
Casi igual que tú.
Mi amor, así es más fácil decirlo, tú sabes que los nervios me limitan a veces, estaría tan nervioso de decirte así con mi voz, por eso lo hago con mis escritos, por eso lo disimulo, porque se bien que no podría hablar.
¿Como es que eres tan lindo?
Eres perfectamente brillante que desde ese día no deje de pensar en tí y tal vez lo crei por una razón diferente.
En el fondo yo lo sé, sé que eres mejor, eres lo mejor, eres el mejor, porque no hay comparación, porque en serio te amo y no se como has llegado a quererme.
¿Qué me hizo diferente a los demás?
Incluso podría decir que son mejores que yo, e incluso podría decir que no tengo valor.
Ese día lo vi, no hizo falta nada de esfuerzo ni dudar, todo fue tan claro, todo me dejó imaginando.
"Tal vez si logró superarte demostraría que merezco una oportunidad"
Y ahora no puedo sentirme tan bendecido.
Te amo mi querido Ranpo y no hay nada que me haga más feliz que tú.