Mi querido Ranpo.
Hoy es un caso diferente el motivo de ésto, gran parte es para aclarar mis sentimientos. Siento que deberías saberlo.
No se que pasó, no se cómo reaccionar, no se describir con exactitud lo que vi.
Fue tan similar a lo que en mí mente desciende, esos pensamientos e inseguridades, fueron sus palabras y el miedo, fue cómo ver un reflejo, no lo entiendo.
Bien, yo se que no soy siempre lo mejor, no soy aquello que mereces, incluso podría decirse que ni siquiera merezco el título de tú rival, no soy nada a comparación, no tengo nada especial que presumir.
Lo sé, no hay mucho en mí, pero tampoco puedo ignorar lo que sentí. Tal vez ni tengo el derecho a sentir aquello que me confundió.
Perdón si mi enojó te molesta, perdón si te sientes incómodo, estoy intentando ignorarlo, perdón, me estoy preocupando.
Pero no puedo solo ver cómo alguien me intenta robar aquello que más me importa. En ese momento aquel enojó fue hacia él, no tengo ni idea de quién es.
Confío en tí, en serio que lo hago, porque mi corazón te dí y con ello aprendí "solo a tí te amaré".
Es tan complicado, porque sus intenciones fueron muy claras, su insistencia tan molesta y su presencia tan innecesaria.
Incluso vi que te incómodo.
Por eso decidí intervenir, cuando tú llamado llegó y ayuda pedias.
Entonces cuando se marchó al fin, refugiado en mi acabó, ¿maldición o bendición?, ¿aquella impotencia asfixiante ó tus brazos relajantes en mí?
Ambas me demostraron que esa presión duele, que conmigo siempre te quedes, cuidare de tí, lo prometí, no dejaré que te molesten, cuenta conmigo siempre.
Te amo mi querido Ranpo.