Aurora, una hermosa veinteañera sumergida en los traumas del ayer, decidida a cumplir la última voluntad de su padre, emprende un viaje a Milán.
Elio, un hombre Dominante de porte elegante, un poco sarcástico y amante a las mujeres, decide ayudarla...
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—¿Sabes?, esto me traerá problemas —dice con seguridad mientras sirve un poco de jugo del refrigerador y me lo ofrece
—Elio, tu capo, tu Don, lo que sea, no me está dando más opciones que esta —afirmo mientras tomo el vaso de jugo—. Son casi cinco meses y no veo avances, tampoco pistas y menos una señal
—No puedo traicionar su confianza, Sabes cuánto tiempo hemos estado Don y yo juntos como hermanos —expresa mientras recuesta sus codos de la encimera
—¿Te estoy obligando de alguna manera?, creo que no, aceptaste ayudarme por tu propia cuenta, no te estoy apuntando con un arma. —Lo miro con falsa seguridad, ni yo misma me creo. No estoy segura de lo que hago al cien por ciento, pero quiero resolver toda esta mierda que me consume por dentro
Bruno suspira con un poco de preocupación, «¿realmente le teme al hecho de que está traicionando la confianza de Elio?» Tomo un sorbo de Jugo mientras Bruno piensa con cautela lo que hacer, ¿o eso creo? Después de mucho analizar como si estuviera residiendo por una nación entera, acepta.
—Está bien, te ayudaré, pero me deberás un gran favor —expresa con serenidad «como si con ello le deberé la vida» —Tengo que cambiarme luego de eso nos vamos
Sale de mi vista en tan solo segundos, en eso escucho una notificación de un nuevo mensaje en mi móvil y al mirarlo mi cabeza comienza a dar vueltas de poco a poco, logró leerlo entre la incómoda sensación que comienza a apoderarse de mi cuerpo lentamente.
Número desconocido
«Tenemos dos mentes que pelean entre sí, la que piensa y la que siente. La satisfacción me la otorga el saber que un día morirás entre mis brazos, ¿es humano? Sí lo es. Sé que pronto las dos partes de mi mente se unirán en una... te espero mi dulce Aurora»
—Sé quién pueda ayudarte... —Mira de manera extraña—. Por lo visto está haciendo efecto —afirma
Mi cuerpo se debilita, no puedo mantenerme en pie. Signos de un profundo sueño que quiere atacarme se hacen presente y siento todo dentro de mi relajarse, al cerrar los ojos me ahogo en las profundas tinieblas y esa frase resuena una y otra vez "Te espero mi dulce Aurora"
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