Capítulo 29

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—Solo un poco más, un poco más —expreso, la sensación que recorre todo mi  cuerpo, la satisfacción que siento es como si estuviera volando junto al viento.

U mm es lo más rico ¡Dios!, si voy a morir que sea con esto, sé que muchos estarían de acuerdo conmigo si lo probaran.

—No me mires así, no te daré —expreso mientras lamo la cucharilla con rastros  de postre

—Sabes que Nonnaº tiene tres tortas di meleº en el refrigerador. Comes como una vaca cuando encuentra heno en medio de una sequía, no te voy a pedir, no me gusta lo dulce —dice con sutileza

—¿Por qué estás conmigo? Soy lo más dulce que pueda haber sobre esta tierra —pestañeo una y otra vez, mostrando mi rostro 

  El muy estúpido  rueda los ojos, mientras el rico clima se cuela en su cabello el cual se alborota por completo. 

—Eres más agria que dulce, serías un pastel esponjoso de limón pero sin azúcar  —explica con aire de superioridad

—Qué comparación tan asquerosa, quién comería un pastel sin endulzante —digo y pongo boca de asco

—¿Quieres uno así para nuestra boda? —Ríe como si se tratase de un chiste

Se atreve a burlarse de mí. «Gilipollas»

 —No me casaré contigo, y el día que me case quiero mucho vino y sobre todo un pastel para mí sola y otro para los invitados —tomo un sorbo de café

—Para ti y los invitados, entonces no comeré pastel —pregunta con falsa tristeza

—Si te portas bien, si acaso seas el novio, además dices que no te gustan las cosas dulces —contraataco

—Buen punto —confiesa con su típica sonrisa de chico malo

Juego con el pedazo de torta «necesito preguntarle, la curiosidad me está matando» dejo la cuchara sobre el plato. Trato de hablar, pero no articulo palabras, ni siquiera los leves masajes que doy a mis piernas bajo la mesa logran calmar este nerviosismo, lo peor es que Elio lo nota.

—¿Te sientes bien? —me escruta con la mirada, con su inexpresiva mirada que en estos momentos generan un poco de confianza por la extraña calidez que irradia

—Es... solo... —Mierda Aurora tan ruin te has vuelto ante él. «Dilo de una buena vez, solo dilo»—. Solo falta un mes y medio...

—No digas nada, entiendo todo —dice con su hermosa voz gruesa y sensual—. Iras, te lo prometo —Toma mi mano y besa mis nudillos.

Una lágrima amenaza con salir, mierda por qué estoy tan sensible, odio sentirme así ante él, tan débil y vulnerable, han sido dos hermosas semanas llenas de pasión y cortejo. Todo lo que creí no querer y, este hombre me hace sentir como una reina, su reina.

—¿Irás conmigo?, me acompañaras a su tumba —Expreso con melancolía.

No aparta su mirada de mí, acaricia mi mano con las yemas de sus dedos, 

—Claro, nunca más estaras sola, te he dejado sola e indefensa por mucho tiempo, ya no más —asegura. Una media sonrisa se forma en sus labios mientras toma una postura imponente y llena de confianza en sí mismo—. Además, creo que no podrías vivir sin mí ni un solo segundo.

—Soñar no cuesta nada —digo con sarcasmo

—Si los sueños tuvieran precio, compraría todos los tuyos, esos donde se encuentran tus deseos más ocultos y los traería a la realidad —expresa con dulzura

Aurora Del NorteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora