Capítulo 23

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Podría decir que esta ha sido una semana relajada, Niki vendrá hoy a casa luego de una larga semana hospitalizada

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Podría decir que esta ha sido una semana relajada, Niki vendrá hoy a casa luego de una larga semana hospitalizada. Estoy en espera de mi loca amiga, he extrañado cada uno de sus comentarios fuera de lugar, el espíritu libre de esa chica me despoja de todo el peso que llevo sobre mis hombros, aunque sea por un momento.

Elio, ha bajado la guardia a tal punto que no lo reconozco, quisiera que fuera siempre así, pero tengo miedo de que en cualquier arranque vuelva a ser el mismo frío de siempre.

Me ha invitado a cenar, algo extraño nunca lo había hecho… Solo en algunos bares en la ciudad de Nueva York, mentiría si dijera que no me hace ilusión, No sé qué me pasa, pero eso que creí haber enterrado en Nueva York cuando lo conocí está volviendo a surgir con más fuerza. 

Diría que he tratado de sosegar la atracción que siento por él, pero es difícil cuando lo tengo frente a mí todo el tiempo.

Apenas son las Diez de la mañana desayuné en mi habitación, no tengo ánimos para ver a algunas personas de este "tranquilo hogar", converso con Nonno° cuando tengo tiempo libre, nos encerramos en la biblioteca y este me cuenta historia de su época, mientras tomamos suficiente café y degustamos Torta di Mele, la última se ha vuelto mi obsesión, es un rico pastel de manzana sencillo pero esponjoso y delicioso.

Puedo escuchar una plática animada en la entrada de la mansión, reconozco esa voz.

No puedo evitar sonreír al escuchar a Niki, esa voz cantarina llena de vida, reflejando la libertad de su alma.

Bajo las escaleras lo más rápido posible, Mierda tengo que comenzar a ejercitarme, ni siquiera sirvo para correr. Puedo verla entrar por la puerta, mi corazón salta de alegría, mi loca amiga está aquí, está bien, es ella, aunque tiene algunas heridas visibles, es ella. Me dirijo hacia ella como si fuera un niño tras un camión de helados, algo cursi, pero eso siento dentro en este preciso momento, la rodeo con mis brazos lo más que puedo. La siento es ella, es la amiga que creí perder aquel día cuando la mire cubierta de sangre entre la oscuridad. 

—Niki —expreso con lágrimas en los ojos. No lo puedo evitar, ella es unas de las pocas personas que siempre ha estado para mí

—Mi pelirroja ardiente —manifiesta con añoranza. Sus manos me rodean con fortaleza—. Estoy bien, estoy bien, todo terminó, no llores sí

—Creí… —No salen las palabras, no puedo articular nada, siento todo dentro de mi estallar.

 —SSH, Tranquila, no fue tu culpa, solo pasó y nadie lo pudo evitar —dice con dulzura—. Estoy aquí, dicen que hierba mala nunca muere —Ríe, contagiándome.

Aurora Del NorteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora