24

1.9K 268 35
                                    

6:15pm

Esa misma tarde llegué a la ciudad de Tokio.

Saliendo de la estación tomé mi celular y le escribí a mi padre. No tuve que esperar mucho porque casi al momento me envió la ubicación.

Me marcaba que estaba a 15 minutos mi destino. Busqué un taxi porque traía mi maleta y no podía andar tan fácil con ella debido al peso.

Al llegar, el taxi me dejó fuera del gran edificio, el conductor me ayudó a bajar la maleta y ponerla en la extensa acera.

Me quedé parada admirando la magnitud del edificio, casi casi un rascacielos. Personas con vestimenta formal entraban y salían de dicho edificio. Yo me sentía como un bicho raro con mi ropa informal y con una maleta enorme y pesada.

Caminé por la pequeña plaza que había para llegar a la entrada. Los jardines y fuentes daban un muy buen aspecto al lugar. No me acerqué tanto y de por sí la gente comenzaba a verme raro gracias a mi equipaje.

Me quedé parada a un costado de la entrada principal y busqué el número de mi padre.

~~~~~~~~~~~~~~~~~

Papá ❤️

~Papá!! ya estoy aquí con todo y maleta
6:32pm

~Todavia no salgo, ve a la sala de espera
6:35pm

~Pero traigo mi maleta :c
6:36pm

~No importa hija, solo diles que estás esperando a alguien y vienes llegando de tu viaje.
6:40pm

~¿Vas a tardar mucho?
6:41pm

~Salgo a las 7:30pm, espérame donde te dije y por favor actua normal si te encuentras con alguien conocido.
6:43pm

~Sí, yo te espero ¿Normal? 👀
6:45pm

~~~~~~~~~~~~~~~~

No me respondió por lo que supuse seguía con su trabajo.

Jalé la maleta por la parte del mango y con ayuda de las rueditas pude moverla, no con facilidad pero sí pude.

Al entrar al edificio caminé todo derecho a la recepción pero me detuve al leer las letras que estaban en la pared a dónde me dirigía.

—Debe ser un chiste —hablé en voz alta pero lo dije para mí misma.

Las letras que se veían eran el nombre de la compañía.

ZENIN

Suspiré y me acerqué a la recepcionista.

—Buenas tardes, estoy esperando a alguien que trabaja aquí —dije amablemente.

—¿Tiene cita? —la mujer me contestó de manera neutra.

—No, lo que pasa es que sale 7:30pm y yo vengo llegando de mi viaje, solo lo estoy esperando, no tengo cita ni nada por el estilo.

Me miró dudosa unos segundos y tecleó algo en su computadora.

—Lo siento señorita pero no tengo ningún aviso de que algún familiar de los dueños iba a venir.

—No me expliqué bien, mi padre trabaja aquí en esta empresa, únicamente lo estoy esperando —respondí.

—Lo siento señorita —repitió. —Pero al menos que tenga cita o sea un familiar la puedo dejar pasar.

—Pero... —me interrumpió.

—Puede esperar en las bancas de afuera —me señaló hacia el jardín de la entrada. —¿Hay algo más con lo que le pueda ayudar? —sonrió.

—¿Puedo dejar mi maleta por acá? Está muy pesada y vengo con ella desde la entrada.

—No puede —negó. —Necesita llevársela y esperar afuera a quien sea que esté esperando.

Sé más amable con las personas que atiendes —una voz pronunció a mis espaldas. —La señorita viene conmigo.

Aunque hayan pasado los años su voz no había cambiado del todo.

—Lo lamento tanto, joven Zenin —se disculpó la recepcionista. —Pero no me dieron indicaciones de que llegaría alguno de sus conocidos.

Sentí como se paró a mi lado

—Eso es porque no tiene mucho que me avisaron —se recargó en el mostrador y pude ver su abundante cabellera rubia:  era él. —De todas formas si la gente viene a ver a alguien que trabaje aquí, los dejas esperar adentro y no afuera del edificio ¿Quedó claro? —respondió autoritario.

—Sí joven Zenin, no volverá a ocurrir —respondió la mujer.

—Por supuesto que no volverá a ocurrir —contestó. —Ahora revisa mi agenda de hoy y dime si hay citas pendientes.

—Tiene una reunión a las 8pm, es lo último de su agenda.

—Bien —se dio la vuelta y me vió.

Recargó sus codos en el mostrador sin importarle que estuviera la recepcionista.

—Hola Shiori —sonrió —Lamento la tardanza —se separó del mostrador y se acercó a mí. —Te ayudo con esto —tomó mi maleta y caminó con ella hacia el interior del edificio.

Me quedé parada unos segundos sin entender a qué se refería, ni mucho menos lo que estaba pasando.

Detuvo su andar y volteó a verme.

—¿Vas a venir o no? —preguntó y sonrió.

Asentí y troté para alcanzarlo. Ni con el pasar del tiempo dejaba de verme diminuta a su lado, él se veía casi igual pero más maduro.

Caminamos hasta llegar a un ascensor.
Me dejó pasar primero y con nervios entré al elevador, después él subió y apretó un botón.

Por eso mi padre me dijo que actuara normal.

Pero... como iba a actuar normal considerando a la persona que venía a mi lado. Quería que la tierra me tragara en este preciso instante.

—Estás muy callada.

—No, no es nada —respondí bajito y con la mirada al piso.

—Supongo que tienes muchas preguntas —acertó. —Pero deja que lleguemos a nuestro destino y te las podré aclarar.

Asentí con la cabeza y seguí viendo al piso mientras el elevador subía.



Scary Love  |  ChosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora