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Salimos del elevador y él iba adelante guiandome.

Caminamos a través del largo pasillo hasta que llegamos a una parte donde había otra recepcionista y una sala de espera.

—Jóven Zenin —la recepcionista hizo una reverencia.

Él no respondió nada y se siguió derecho hasta llegar a la única oficina que había en ese lugar: las puertas y el resto eran de cristal esmerilado, solo un par de líneas dónde el vidrio era normal dejaban ver con claridad hacia adentro de la oficina.

Abrió la puerta y me dejó pasar primero.

Al entrar pude apreciar que la oficina era más grande de lo que aparentaba: había una sala completa con centro de mesa, un escritorio de madera y a cada lado de la pared se encontraban 2 estantes: uno cubría por completo la pared izquierda, el otro solo parte de la pared derecha ya que de ese lado había un pequeño pasillo.

Parecía mas un departamento que una oficina.

Me quedé parada cerca de la sala.

—Por favor siéntate —hice caso y me senté en el sofá más cercano. Vi como dejaba la maleta en una esquina y caminaba hacia su escritorio en dirección al inmenso ventanal.

—Tu padre me dijo que llegabas hoy —metió las manos en los bolsillos de su pantalón mientras veía la ciudad. —Me avisó hace menos de media hora y me pidió que bajara por tí.

—No tenías que molestarte, podía esperar a fuera sin problema —respondí.

—No había entendido hasta que me dijo que si no eres familiar o no tienes cita no te iban a dejar quedarte en el edificio —volteó a verme y se rió. —Ni siquiera sabía que hacían eso —pasó una mano por su cabello para acomodarlo.

—Entiendo —me limité a contestar. —¿Cómo es que conoces a mi papá? —lo miré. —Hablo del trabajo, no de la universidad.

—Sobre eso —caminó hacia mí y sé sentó en el sofá que estaba delante mío.

Se reclinó hacía atrás y puso ambos brazos recargados en el sofá luego cruzó una pierna apoyando su tobillo en la rodilla de su otra pierna.

—Hace años que entró a trabajar aquí, tiene un buen puesto y solo era cuestión de tiempo para que algún día me lo encontrara —contestó. —Ya sea un proyecto, reunión, cena de trabajo, etcétera.

—Sabía que tenía un buen trabajo pero no que trabajaba en la compañía de tu padre —respondí y él hizo una mueca.

—Tal parece que él nunca te dijo que seguía en contacto conmigo —negué apenada. —Bueno, sus razones tendrá.

Se separó un poco del sofá para ahora inclinarse hacia adelante, bajó su pierna, puso ambos codos en sus rodillas y entrelazó sus manos. —Cambiando de tema ¿Ya no vives en Osaka?

—Sí, solo estoy de visita —contesté evitando su mirada.

—¿Y cuánto tiempo vas a quedarte? —preguntó directo.

—Tal vez unas semanas, no lo sé, creo que un poco más de mes —respondí viendo hacia mis manos.

—En ese caso —se levantó del sofá y fue hacía su escritorio, sacó de su cajón un sobre color negro y me lo entregó.

—¿Qué es esto? —pregunte mirando el sobre sin abrirlo, en la parte de adelante venía escrito "ZENIN" pero no decía nada más.

—La cena de fin de año de la compañía es a inicios de Diciembre, probablemente sigas aquí y no me gustaría que viniera tu padre sin ti.

Scary Love  |  ChosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora