siete.

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Se sentía confundido

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Se sentía confundido.

Demasiado confundido.

–Te estas haciendo demasiado lío, ¿No crees?– Habló Roier, un chico de primer año que se hizo buen amigo de Quackity cuando entró al instituto.

–Tal vez, pero quiero que se arreglen, quizás solo fue o un malentendido, o, Rubius no le dio chance a Luzu de explicarse...– Lo interrumpió el menor de los dos, lo estaba cansando.

–O solo no quieren saber nada más de los dos, Quackity, no te metas en cosas ajenas.–

Suspiró, tenía razón, de nada servía entrometerse en las relaciones de los demás.

Pero no podía evitarlo, necesitaba saber más. Y sabía a quién preguntarle.

...

Sabía que en este lugar iba a encontrar al mejor amigo de Luzu, siempre lo miraba en la cafetería, parece como si fuera su segundo hogar.

Estaba solo, parecía que estaba haciendo algún tipo de trabajo, tenía su laptop y libros regados por toda la mesa.

Aprovechando que no estaba el mayor, que no lo había visto en toda la mañana, ni siquiera en clases, se acercó a Auron con una sonrisa deslumbrante y que volvió loco a Luzu.

–¡Hola! ¿Auron, cierto?– El pelicastaño lo vio confundido, pero solo se limitó a asentir.

–Soy Quackity, me debes de conocer, ¿Puedo sentarme?–

–Adelante.–

El pelinegro tomó asiento, empezó a jugar con sus manos viendo como podía preguntarle de este tema a Auron.

–Es raro que me hables, Quackity, ¿Sucedió algo?–

–No es nada grave, solamente, quiero que me saques de dudas.–

Tomó aire, no sabía si esto iba a salir bien o mal.

–¿Sabes algo de la amistad de Luzu y Rubius? eres su mejor amigo, algo debes de saber.–

Auron solo lo vio serio, había metido la pata.

–¿Cómo porque esa curiosidad, Mmh?–

–Bueno... un pajarito me contó que ellos antes eran muy buenos amigos y al entrar aquí, Luzu se alejó de Rubius.–

–Ese pajarito sabe mucho, ¿Eh?– Soltó una carcajada.– Mira, Quackity, sea quien sea que te haya contado eso, no es a mi que me tienes que preguntar, es a alguno de ellos dos, este tema no incumbe a mi, ¿Entendido?–

Quackity, derrotado, solo le pudo decir un gracias y retirarse de ahí, no había conseguido nada de lo que quería, así que, le iba hacer caso al pelicastaño.

"No es a mi que me tienes que preguntar, es a alguno de ellos dos."

Pero, ¿Cuál de los dos? a Luzu no lo habiavidto en todo el transcurso de la mañana y dudaba si le quería contar algo.

Solo contaba con Rubius.

Aunque no es la mejor opción, en realidad.

–¡Quackity!– Volteó rápidamente a donde provenía la voz, sus ojitos se iluminaron al ver al mayor acercarse a él.

–¡Luzu! Por fin te veo, ¿Donde andabas?–

–Perdón, pase comprando algo y por eso no pude venir, pero acá estoy ya.– Sonrió.

–Oh, ¡Quiero ver lo que compraste!– Dio pequeños saltitos en su lugar, un gesto demasiado adorable que hacía derretir al mayor.

–Bueno, es algo para ti, en realidad.– Sacó de la bolsa una caja de galletas oreo sabor fresa.

Las favoritas del pelinegro.

–Ay Luzu... ¿Cómo sabias que eran mis favoritas?–

–Lo mencionaste hace poco, entonces se me ocurrió comprartelas, bonito.– Quitó uno de sus rebeldes mechones de pelo y los puso detrás de su oreja, gesto que hizo sonrojar al menor.

–G-Gracias Luzu, lo aprecio mucho.– El menor sujeto la mano de Luzu, entrelazando sus dedos, sintieron una reacción eléctrica, más, se sentía bien, no era incómoda.

–¿Y si vamos al patio y las comemos? No vino el profesor de literatura, tenemos libre.–

Fueron corriendo al patio, aun con sus manos entrelazadas, ignorando las miradas de los demás alumnos que estaban en los pasillos y estaban viendo la escenita.

Especialmente el capitán, que miraba serio la escena de ambos chicos.

Especialmente el capitán, que miraba serio la escena de ambos chicos

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𝐁𝐎𝐍𝐈𝐓𝐎 › luckity.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora