dieciséis.

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-A veces, me das dolor de cabeza

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-A veces, me das dolor de cabeza.- Dijo un frustrado Auron, Luzu no había podido confesar sus sentimientos a Quackity y estaba perdiendo la paciencia.

-Perdón, es muy complicado.- Suspiró.

-¡Claro que no! Solo tienes que acercarle y decirle: "Oye, me gustas, ¿te gustaría ser mi novio?" Y listo.-

-No es tan fácil Auron, entiende.-

Suspiró y se sentó en el cómodo sillón de la casa de Luzu, nunca pensó que iba a ser tan complicado que su mejor amigo se declarara a alguien.

Los dos se quedaron en silencio, centrados en sus propios pensamientos, Luzu lo devoraban por dentro, ahora se arrepienten de no haberle dicho todo al menor, Era un idiota.

-¿Crees que tenga otra oportunidad de decirle?-

-Seguro, pero si tú no pones de tu parte, te lo van a ganar.-

Soltó un suspiro frustrado.-¿Y quien me lo va a ganar?-

Auron lo vió, tenía el ceño fruncido.

Tal vez podía molestarlo un poco.

-Déjame pensar... Tal vez el capitán de algún equipo de por ahí, ¿Como se llamaba?- Rió.

-¿Como crees que Rubius podrá ganarme?-

-Quien sabe.-

Apretó sus ojos, Auron lo iba a sacar de casillas en algún momento.

...

-Bien, repasemos mi excelente plan.- Sonrío.

-En el almuerzo vas y hablas con él un momento, blah blah blah, luego, le dirás lo que sientes, serán novios, se casaran y tendrán diez gatos y diez perros.-

-¿Un poco muy exagerado, no crees?- Habló Roier, lo habían incluido en el plan también ya que más personas era mejor.

-Siempre es así, no te preocupes.-

-Bueno, Quackity me dijo que iría a almorzar a ese árbol que está en el patio.-

-Siempre almuerza ahí, además es un buen lugar para que Luzu le confiese sus sentimientos.- Sonrío un emocionado Auron.

Al rato de unas cuantas horas, el almuerzo llegó y como siempre acostumbraba el mayor, iba a comer con el pelinegro.

Emocionado y a la vez, nervioso, fue a al árbol.

Más, la escena que presenció lo dejó helado.

Rubius estaba con Quackity, pero eso no era lo peor.

El capitán estaba besando los labios que él en algún momento soñó con probar, sin darse cuenta, un par de lágrimas saladas salieron de sus oscuros ojos, su corazón dolía, parecía que se lo habían roto en mil pedazos.

Huyó de la escena, más la imagen de su peor enemigo besando los labios del chico que más ama lo perseguían.

Esto no podía estar pasando, no podía creerlo.

Esto no podía estar pasando, no podía creerlo

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𝐁𝐎𝐍𝐈𝐓𝐎 › luckity.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora